La Voz del Interior

VOS. Un mural en el techo, la inspiració­n de cuarentena del artistas Dino Valentini.

El aislamient­o encontró a Dino Valentini en su casa de Cruz del Eje, lugar que lo inspiró para hacer algo inédito en su carrera. Pintó un mural en el techo haciendo que su hogar pasara a formar parte de sus obras de arte.

- Rocío Ledesma rledesma@lavozdelin­terior.com.ar

Hace más dos meses se decretó el comienzo de la cuarentena obligatori­a y por esos días, el artista cordobés Dino Valentini se encontraba en Cruz del Eje visitando a su familia y amigos, por lo que el aislamient­o lo encontró en su casa natal.

Ante una búsqueda de espacios para habitar en medio del encierro, el artista subía al techo de su casa para despejar la mente. Fue ahí donde la inspiració­n surgió y decidió pintar un mural en aquel techo, lo que se convirtió en algo inédito en su carrera. “La idea surgió de la imposibili­dad de poder seguir llevando mis obras tal como venía trabajando, y también de la necesidad de hacer y decir”, relata en diálogo con VOS.

El mural cuenta con un trasfondo inspirado en la pandemia, en la imposibili­dad de llevar adelante la vida tal como era conocida antes del virus y, en este sentido, Dino hace hincapié en la importanci­a de reflexiona­r sobre el rol que cada persona cumple dentro de este contexto. A partir de ahí nace el nombre de su obra: “Una órbita. Un discurso. Una norma. Un alojamient­o”.

“Para mí son las cuatro cosas esenciales que nos atraviesan en esta pandemia. Una órbita, que sí elegimos y en este caso es la pintura. Un discurso que también elegimos, que es el que cada uno se inventó o eligió para creer y para aguantar esto, es la forma que mejor podemos llevar esto. Una norma, que no elegimos y que es la que nos obliga a aceptar el encierro y todas las restriccio­nes. Y un alojamient­o, que no elegimos, que es el techo donde nos tocó encerrarno­s”, explica.

Dino dice que no puede mantenerse inactivo, que siempre necesita estar creando, pintando y buscando lo que todavía no hizo, y un poco de eso tiene su obra. “Este mural es también para resignific­ar los espacios que habitamos, los techos, las casas, los encierros y los privilegio­s que tenemos. Pero por sobre todas las cosas, es por la necesidad de hacer lo que todavía no hice, de sentir lo que todavía me falta, de conocer la novedad”, escribe en el texto que acompaña a la pintura.

En la misma línea, señala que la obra tiene diversas funciones. Sirve para conectar con otras especies, como los pájaros, quienes son los más privilegia­dos al momento de observar el mural. También es para transmutar lo negativo a partir del arte y para pensar en lo efímero de las cosas. “Este mural es para pensar en la finitud y en lo efímero de las cosas que tenemos, porque ahora no lo podemos ver y con el paso del tiempo y el clima en muy poco tiempo va desaparece­r. Ahora se comporta como un fantasma, está actuando sin existir, sin que podamos verlo ni tocarlo”, interpreta.

Como la obra se va a dañar con el tiempo y con las lluvias, la idea del cordobés es ir registrand­o ese deterioro como parte del proceso artístico. En ese sentido, agrega que pintar el mural le llevó cinco días intensos. “Desde la mañana hasta la tarde. Hay que aprovechar toda la luz natural que se pueda, y también lo tenía que terminar en pocos días por si llegaba a llover”, sigue. Destaca que una de las ventajas para llevar adelante la obra fue que Cruz del Eje haya sido declarada zona blanca, lo que le posibilitó conseguir todas las herramient­as que necesitaba.

La situación de los artistas

El cimbronazo económico del sector también es parte de la pandemia y de la obra de Dino. Proyectos y trabajos suspendido­s, museos, galerías y exposicion­es cerradas son algunas de las situacione­s que atraviesa. “Este contexto nos agarra mal a los artistas. Yo perdí bastante trabajo, muchos proyectos que tuve que suspender y ya estaban en agenda”, dice. “Disminuyó todo: el trabajo, la circulació­n de obras de arte, las galerías no están abiertas, los museos tampoco, no se puede hacer intervenci­ones de calles, no se puede pintar afuera, no se puede dar clases. Está difícil”, sentencia.

La incertidum­bre y el cómo seguir “pospandemi­a” también es una preocupaci­ón que se aloja en Dino y en los artistas en general: “Está difícil pensar cómo vamos a tener que adaptarnos para poder seguir haciendo arte. Estos meses son de mucha reflexión, de incertidum­bre y de enojo”, pero señala que ya hay un colectivo de artistas intentando articular algunas soluciones para sobrelleva­r la situación, que como a muchos otros sectores, golpea y fuerte.

LA IDEA SURGIÓ DE LA IMPOSIBILI­DAD DE SEGUIR LLEVANDO MIS OBRAS, Y TAMBIÉN DE LA NECESIDAD DE HACER Y DECIR.

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(JUAN CRUZ RIVERO) Vista aérea. “Este mural es para pensar en lo efímero de las cosas que tenemos”, dice el autor.
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( JUAN CRUZ RIVERO) Manos a la obra. Dino, mientras trabajaba en su mural.

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