Arriazu: Inflación y dólar no son problema
Argentina debe evitar “el colapso social y el quiebre de las empresas”, en tanto que en la economía de corto plazo el riesgo inflacionario es bajo y el tipo de cambio real no necesita de mayores correcciones para enfrentar la presión del dólar paralelo.
Estas fueron las principales conclusiones que dejó el economista Ricardo Arriazu en una teleconferencia para Córdoba, ocasión en la que consideró incierto el resultado de la renegociación con los bonistas por la existencia de tensiones internas “en ambas partes”. “La buena noticia es que están negociando”, recalcó.
“Hemos emitido un poco más del 20% de la base monetaria, todo para financiar al Gobierno. En el corto plazo no me genera tensiones inflacionarias porque estoy compensando una pequeña parte del ingreso que perdió la gente”, remarcó.
En la disertación organizada por Mediterránea Valores y Acciones SA, el analista señaló que el consumo bajó “a nivel de subsistencia”, por lo cual la mayor cantidad de pesos no genera alza de precios, salvo en alimentos frescos.
“Si se terminara el aislamiento y la economía se empezara a recuperar, esa cantidad de plata que hoy termina en los bancos se agregaría a la demanda. En ese momento hay que esterilizar esa plata; lo importante es que eso no vaya a demanda agregada”.
Arriazu comentó que, con las acciones impulsadas para afrontar la pandemia, el déficit fiscal de mayo y de junio se ubicará en unos 250 mil millones de pesos, que se financiarán completamente por vía de la emisión.
En cuanto al valor del dólar oficial y de su brecha del 60% con el paralelo, el economista descartó que sea necesario achicar la diferencia, y de paso alertó: “Lo peor que podría hacer la Argentina es devaluar porque Brasil devalúa”, acotó.
Puntualizó que el dólar paralelo tiene una escasa incidencia en el movimiento global de divisas (10% del total), aunque sí impacta en algunos precios de productos atados al billete norteamericano.
En cambio sí advirtió que, cuando la brecha entre el oficial y el paralelo es grande, “disminuye la eficiencia de los controles” sobre el movimiento de divisas y crecen los “incentivos para sacarle dólares oficiales al Gobierno” a través de maniobras sobre el comercio exterior y subfacturaciones.
También planteó que, en el medio de la crisis, Argentina presenta algunas fortalezas que pueden alivianar la difícil coyuntura. Por ejemplo, la industria cuenta con alta capacidad ociosa (45%), lo que le permitiría reaccionar al finalizar la cuarentena, sin necesidad de inversiones .
Otro dato considerado positivo por Arriazu es que el sistema financiero argentino, aunque pequeño, mantiene su solidez. “No debería haber jamás un problema, excepto que venga un loco y que diga qué lindos los dólares que tiene el sistema”, ironizó.