Hernán Peirone: el presente de una promesa que jugó con Messi
Hernán “Látigo” Peirone, a sus 33 años, juega en el Club Atlético Carcarañá. El delantero cordobés, quien era una gran promesa, habla sobre su presente.
“Papi, ¿vos sos amigo de Messi?”. La pregunta de Thiago Peirone a su papá Hernán lo hace ir para atrás y recordar todo el camino. Desde Villa del Rosario hasta la pensión de San Lorenzo de Almagro.
Ese fue el inicio de un viaje que lo llevó a jugar en selecciones juveniles, compartir cancha con Lionel Messi, hacerle tres goles a Boca, ser encandilado por todos los flashes y, después, recorrer Sudamérica sin poder encontrar su sitio.
Es que Hernán Peirone, “el Látigo”, a sus 33 años sigue buscando eso: un lugar donde ser feliz y hacer goles. Desde 2019 lo hace para Atlético Carcarañá en la Liga Cañadense y este año también en el Regional Amateur, detenido por la pandemia. Ahí volvió sentirse como en casa. Y tiene ganas y fuerza para recuperar lo perdido.
“El Látigo” es dueño de una carrera que tuvo un inicio fulgurante y se fue apagando. Un cambio de DT, algunas lesiones y la falta de chances lo sacaron de San Lorenzo y luego el derrotero lo llevó por Emelec de Ecuador (2009/10), San Luis de Chile (2010), Alianza Lima (2011), Temuco de Chile (2012/13), Farroupilha de Brasil (2013), Unión San Felipe de Chile (2014) y, después, un retorno al país donde hubo puertas que no se abrieron. Jugó en Estudiantes de Río Cuarto, Racing de Nueva Italia, Unión de Sunchales y Deportivo Español.
No podía encontrar “su” lugar, hasta que llegó a Carcarañá. “El club me sorprendió
desde el primer día que llegué, en lo institucional, en lo ordenado. Cuando me llamaron, querían apostar al campeonato de la liga que hacía 10 años que no lo conseguían. Se nos dio el campeonato y fue una gran alegría. Es un lindo proyecto. Y como uno es de pueblo y tiene los mismos principios, todo fue muy fácil para que me vaya bien”, cuenta Hernán, que hizo 10 goles en 2019 para lograr el título. Por eso le pidieron que siguiera y arregló para este 2020. Él quiere responder con goles y, claro, escalar.
“Leo” y años maravillosos Visto desde afuera, parece difícil entender cómo Peirone está jugando en la cuarta categoría del fútbol argentino. Él lo resume: “El fútbol no es fácil, es un combo de situaciones. Y no siempre elegís bien”.
“Yo soy un apasionado del fútbol, esto es lo que amo. Pienso que nunca tuve una revancha en el fútbol argentino en categorías superiores, nunca se me dio la oportunidad que uno pretendía y quería. Yo sé las condiciones que tengo y también hago mi autocrítica, cometí errores. Hoy por hoy estoy acá y voy a tratar de dar lo mejor. Es una lástima no haber tenido la chance en clubes de Córdoba. Tuve un paso por Racing muy corto y no nos fue bien. Pero sigo creyendo en mí...
Estoy orgulloso de la carrera que logré, del sacrificio que hice a los 12 años yéndome lejos de mi familia por este sueño. Si hoy tuviera la posibilidad, lo volvería a hacer. Tengo 33 años, así que la voy a pelear hasta el final”, señala.
–El recuerdo de jugar con Messi te acompaña siempre...
–Y sí... En todos lados me preguntan de Messi, en cada asado, en cada lugar... Ya me acostumbré. Te consultan cómo es como persona, cómo era el trato. La verdad que siempre digo lo mismo: Messi es una excelente persona, muy humilde por lo que me tocó compartir con él. Era un chico muy comprometido y no quedan dudas que es el mejor del mundo. Mi hijo ve fotos que le muestran, ve los videos. Le dicen: ‘Tu papá jugó con Messi’. Es algo lindo, yo le cuento y me pregunta cosas. Eso lo entusiasma a jugar a la pelota. Sólo quiero que sea feliz.
–¿Cómo era compartir ataque con aquel Messi de los inicios?
EN TODOS LADOS ME PREGUNTAN DE MESSI. Y SIEMPRE DIGO LO MISMO: UNA EXCELENTE PERSONA, MUY HUMILDE. EL MEJOR DEL MUNDO.
EL FÚTBOL NO ES FÁCIL, ES UN COMBO DE SITUACIONES. Y NO SIEMPRE ELEGÍS BIEN. HAGO MI AUTOCRÍTICA, COMETÍ ERRORES.
–En ese momento jugar con Messi era un caos y te voy a explicar por qué... Agarraba la pelota en mitad de cancha y apilaba a cuatro o cinco rivales. Yo tiraba diagonales y no la veía nunca a la pelota (risas). Él estaba en otra etapa de su carrera, después de eso empezó a ser el Messi que todo el mundo sabe y conoce. En ese momento ‘Leo’ quería hacer, demostrar todo lo que sabía y es entendible. Pero yo como delantero la veía poco... La empujaba a la red nomás. Uno lo veía adentro de la cancha, en partidos y prácticas, y las cosas que hacía eran para sentarse y disfrutar. Aparte, es un pibe con una humildad y un respeto inigualable. Pueden haber ganado muchas cosas, puede tener mucha plata, pero valoro el respeto, la humildad. Y Messi tiene todo eso.
El otro gran momento en la vida del “Látigo” sucedió el 20 de febrero de 2005. Con 18 años, le metió un triplete al Boca. “Ese día fue uno de los más especiales de mi carrera. Todo el mundo recuerda esos goles a Boca, año tras año me mandan videos, fotos. Uno está agradecido que me tengan presente, me hace muy bien. Pero te diría que un momento muy feliz de mi carrera fue representar a mi país, usar la camiseta de la selección, salir a la cancha en un Mundial (sub 17, en 2003) y escuchar el Himno. Es inigualable, hermano”, explica.
–¿Cuáles sentís que fueron esos “errores” que cometiste en tu carrera para no estar ahora en Primera o Europa?
–Y... tuve muchos, soy muy autocrítico. Era chico, todo se dio muy rápido. Me equivoqué mucho, pero siempre fui de frente, con la verdad, nunca oculté nada. No me gustó irme así de San Lorenzo, club al que quiero mucho y me formó. Fue triste mi salida... Siempre hice lo que sentía, siempre fui buena leche. Creo que las condiciones las sigo teniendo, pero a veces para jugar en Primera tenés que tener cierto representante o venir de afuera, si no, no te abren puertas. Es así...
Hoy, “el Látigo” Peirone no busca la plata ni la fama. Sólo demostrarse que puede. “Uno nunca sabe lo que espera el destino, quiero jugar en clubes y lugares importantes. Si me toca jugar más arriba, seré muy feliz. Si no, me iré con la cabeza en alto por lo que hice en el fútbol. Y porque siempre fui leal y buena gente, como me enseñaron en mi pueblo. Eso es lo que quiero dejarle a mi hijo. Nada más”.