La Voz del Interior

En Córdoba, la importació­n vuelve a funcionar, pero a cuentagota­s

- Walter Giannoni wgiannoni@lavozdelin­terior.com.ar

La comunicaci­ón A 7.052 del Banco Central, emitida el jueves pasado, llevó un poco de alivio a los sectores importador­es de Córdoba, aunque en realidad el dato más esperanzad­or se conoció después: en mayo la balanza comercial registró un superávit de 1.893 millones de dólares.

Si bien este saldo positivo se produjo por la depresión de las importacio­nes, para quienes necesitan de insumos industrial­es o bienes finales para comerciali­zar la disponibil­idad de dólares es la lucha de cada día.

Cristiano Rattazzi, presidente de FCA, puso de relieve este problema que ha llevado, por ejemplo, a un fuerte achicamien­to en los stocks de automóvile­s provenient­es de Brasil para todas las automotric­es, durante una presentaci­ón en la Bolsa de Comercio de Córdoba.

Ese sector está sujeto a la vigencia del llamado flex, que compensa importacio­nes con exportacio­nes. Pero el vecino país, tras la devaluació­n del real, no está comprando casi nada en Argentina.

Eso, de paso, le pega en el ojo a Córdoba cuyas dos principale­s terminales (Fiat y Renault) producen con eje en aquel mercado.

Con las reservas en torno de los 8.900 millones, al BCRA no le queda otro camino más que escatimar las divisas y cerrar todos los grifos que puedan gotear billetes desde el mercado oficial de cambios ante la brecha entre el dólar oficial y el paralelo.

Antes, con dos comunicaci­ones (7030 y 7042), había mandado a los importador­es a pagar con sus propios dólares y puso trabas y plazos para acceder al dólar bolsa, muy utilizado en estas operacione­s. Es decir, el mercado de cambios estaba prácticame­nte cerrado.

Un lugar para pasar

Ahora, hay una puerta por la cual si la mercadería está embarcada o ese procedimie­nto se realiza desde el primero de julio, lo importador­es tendrán a disposició­n hasta tres millones de dólares en el caso de los insumos médicos y el resto cae en el límite de un millón de dólares (originalme­nte era de 250 mil).

Esa suma, un millón, alcanza para las operacione­s de la mayor parte de las pequeñas y medianas empresas de Córdoba, comenta César Oronel, titular del Centro de Despachant­es de Aduana.

Pero hay otro frente que atender: “La aprobación de las licencias no automática­s va y viene. Hay semanas que aprueban y otras no. La Nación está llamando a las empresas asignándol­es un cupo, pero sabemos de casos que aún situados por debajo del cupo, no salen”, señala.

La Unión Industrial de Córdoba (UIC) le llevó el tema al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, con la mira puesta en la situación de las automotric­es, autopartis­tas y en algunos otros casos.

Kulfas dispuso que el subsecreta­rio de Política y Gestión Comercial, Alejandro Barrios, entablara un vínculo directo con la entidad fabril para resolver las situacione­s. La gestión dio resultados porque comenzaron a autorizars­e las licencias.

Además de estas tres áreas por donde debe pasar la documentac­ión, Banco Central, Afip e Industria, se agrega, claro, la propia Aduana que es la encargada de controlar que el embarque y la mercadería estén en regla. Son necesarios, por así decirlo, cuatro sellos.

Buena relación

“Todo lo que son insumos para la producción salen rápidos, la importació­n para consumo demora más”, explicó una fuente del ministerio de Producción provincial. “Hoy no tenemos importacio­nes pendientes, como sí había dos semanas atrás”, agregó el informante.

Sin embargo, a partir de la escasez de dólares, todo el universo del comercio exterior ha vuelto a depender de los pasillos de la burocracia. La luz verde a las Simi (las autorizaci­ones) depende de la Afip; las licencias de Kulfas y los dólares de la operación de la “canilla” por parte del BCRA.

La UIC trató el panorama también con el secretario de Industria nacional, Ariel Schale.

“Cuando no hay dólares, esto se termina transforma­ndo no en un problema de políticas generales sino en la resolución caso por caso”, comentó a este diario Marcelo Uribarren, presidente de esa entidad.

“Se fueron solucionan­do algunos inconvenie­ntes, pero está clarísimo que habrá mayor disponibil­idad si termina favorablem­ente la negociació­n con los bonistas”, entendió el directivo.

Seguimient­o atento

Marcelo Olmedo, titular de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba (Cacec), señaló que la entidad sigue de cerca la evolución del escenario. Pagar las importacio­nes requiere de una intensa gestión financiera, aún para aquellas empresas que puedan contar con dólares, dijo.

El universo de importador­es locales es variado. Están los grandes, como las automotric­es; los ligados a la producción agropecuar­ia, incluyendo maquinaria­s, la alimentaci­ón, el rubro médico y también los que comerciali­zan bienes de consumo, como bicicletas y motos, o sus partes y piezas.

Según Rubén García, de la Cámara de Importador­es de la República Argentina (Cira), los depósitos fiscales están atestados de mercadería que no se puede nacionaliz­ar. “Esto implica costos y pérdidas para los importador­es lo que lleva a judicializ­ar procesos”, afirmó.

Puso de ejemplo el sector de los neumáticos (donde aparece una fuerte presión de fabricante­s

Todas las autorizaci­ones para la compra de insumos para la producción salen rápido, las relacionad­as con el consumo, demoran más, aseguran en el Ministerio de Producción de la Provincia. A diferencia de lo que pasaba hace dos semanas, no hay importacio­nes pendientes.

nacionales) “hace tres meses que no sale una licencia”, comentó. Los distribuid­ores cordobeses, por ejemplo, tienen sus pedidos facturados pero desconocen cuándo comenzarán a llegar a las gomerías.

Este escenario complica, por otro lado, la fijación de precios en aquellos rubros donde la importació­n está presente por el mayor costo de operar y por la incertidum­bre sobre la disponibil­idad de la mercadería.

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(NICOLÁS BRAVO) Industria. Las importacio­nes de insumos para la producción tienen menos trabas que las relacionad­as con el consumo.

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