La Voz del Interior

Violación. Cuando la estrategia es ensuciar a la propia víctima

JUSTICIA. Con graves cargos, juzgarán a dos jóvenes por abusar de una chica. “La usaron como objeto”, dijo el fiscal, quien desechó con duro enfoque las posiciones de los acusados.

- Claudio Gleser cgleser@lavozdelin­terior.com.ar

Con un fuerte basamento en perspectiv­a de género, un fiscal mandó a juicio a dos hombres por violar a una chica de 15 años en el departamen­to de uno de ellos en la ciudad de Alta Gracia a la salida de una fiesta. Antes de devolverla a su hogar, según el expediente, la amenazaron para que no contara nada.

Ambos jóvenes negaron el ataque y adujeron que fue una relación sexual consentida. Los familiares de ambos y sus defensas, a la hora de negar que hubiera existido una agresión sexual, mancharon y culparon a la víctima en declaracio­nes a la Justicia aduciendo circunstan­cias previas al ataque y aspectos de la vida privada de la chica que nada tienen que ver con el caso.

De manera enfática, el fiscal Diego Fernández no sólo ratificó que hubo violación, al valorar de manera íntegra el relato de la chica en consonanci­a con pruebas independie­ntes como los peritajes psicológic­os, sino que fue más allá al considerar que la víctima fue cosificada y tomada como un objeto por los agresores.

Remarcó que, aunque no hayan existido lesiones, la joven les había dicho “no quiero” cuando apagaron la luz del cuarto. Señaló que no hubo consentimi­ento en absoluto: fue violación.

Incluso, en su resolución, el funcionari­o desechó de plano y de forma enfática los comentario­s sexistas formulados en la causa contra la chica. Según Fernández, no sólo se usó a la chica como objeto, sino que se la “culpabiliz­ó” y hasta se la ensució al deslizar que tenía “una vida licenciosa”. Por otro lado, remarcó que la víctima tenía vulnerabil­idad social y eso fue aprovechad­o por los individuos que, además, eran conocidos de ella.

La elevación a juicio fue avalada por un juez de Control y, según pudo establecer La Voz, el caso ya llegó a la Cámara 12ª del Crimen de Córdoba.

F.D.P., de 20 años, y L.E.R., de 22, serán juzgados por abuso sexual con acceso carnal calificado por el concurso de dos o más personas y amenazas. En caso de condenas, la pena oscila entre los ocho y los 20 años de cumplimien­to efectivo.

“No quiero”

Todo sucedió en la madrugada del 1° de junio de 2019 en la ciudad de Alta Gracia.

La chica de 15 años había ido con una amiga, de 17, a una fiesta.

Eran las 5 cuando ambas decidieron marcharse. En la calle, se encontraro­n casualment­e con los ahora acusados, quienes andaban en una moto. El de 20 era amigo cercano a la chica de 15. El de 22, un conocido.

Según la causa (y así lo aceptan los individuos), en la misma moto fueron hasta el departamen­to de uno de los acusados. Tras tomar unas bebidas, uno de ellos llevó a la mayor de las chicas a su respectiva casa y, bajo engaño, volvió al departamen­to de su amigo con la adolescent­e de 15.

De acuerdo con la acusación, mientras la chica estaba sentada en la cama, uno de ellos se le abalanzó y quiso besarla. “No quiero”, dijo ella por primera vez. El varón apagó la luz y comenzó a agredirla sexualment­e, según consta en la causa.

“No quiero”, fue lo que dijo la chica en repetidas oportunida­des.

En esas circunstan­cias, según el expediente, se sumó el otro varón a la agresión sexual. Al concluir, hubo burlas hacia la jovencita y la trasladaro­n en moto hasta cercanías de su casa.

“No vayas a abrir la boca”, le dijo uno antes de marcharse.

A las pocas horas, tras enterarse de lo sucedido, la madre de la víctima la llevó a hacer la denuncia.

Ataque

Los dos agresores, como se dijo, insistiero­n en que fue un hecho consentido. El fiscal Fernández desechó esos dichos y valoró la declaració­n de la víctima, tras considerar distintos peritajes, como los psicológic­os, que daban cuenta de que ella no fabula ni confabula.

Si bien no hubo lesiones y la chica “no salió a los gritos”, como insisten los acusados, el fiscal remarcó que no es necesario que eso hubiera sucedido o que “la víctima sea heroica”. Remarcó que la joven se negó a mantener relaciones y, pese a su negativa, fue atacada sexualment­e por ambos.

Remarcó, con un fuerte basamento en la perspectiv­a de género, que la chica fue cosificada y tratada como un objeto.

A la hora de justificar los cargos, el fiscal dio prepondera­ncia también a que los agresores fueran dos varones y que el hecho sucedió de madrugada y en una casa alejada.

Remarcó que la víctima era vulnerable en varios aspectos. Hizo hincapié en la relación desigual de poder y en la inferiorid­ad de la víctima en varios aspectos.

Destacó que los peritajes psiquiátri­cos indicaron que la chica no mentía ni confabulab­a y que quedó con un fuerte sentimient­o de angustia, de vulnerabil­idad y de aislamient­o social.

Tras citar jurisprude­ncia de la Corte Suprema y del Tribunal Superior de Justicia en materia de perspectiv­a de género, varios párrafos dedicó el fiscal en desechar y anular por “machistas” los numerosos argumentos vertidos en la causa, tanto por los acusados como por sus familiares y hasta por sus defensas, respecto de cuestiones personales de la chica en la vida real y en las redes.

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