La Voz del Interior

Déficit. Por qué la Caja sigue siendo una espada de Damocles para Schiaretti

GASTO PREVISIONA­L. En 2021, Ingresos Brutos aportará 119.267 millones de pesos, y para el pago de jubilacion­es y pensiones la Provincia presupuest­ó 105.786 millones. Temor en El Panal de que la Nación incumpla con el financiami­ento acordado, que represent

- Laura González lgonzalez@lavozdelin­terior.com.ar

Con reforma incluida y contribuci­ones extraordin­arias de algunos sectores, 2020 terminará para las cuentas provincial­es con un rojo previsiona­l de 20.050 millones de pesos. La cifra equivale al 24% del gasto previsiona­l del año, proyectado en 83.411 millones según datos que el ministro de Finanzas, Osvaldo Giordano, presentó días atrás en la Legislatur­a.

Que le falte uno de cada cuatro pesos que se destinan al pago de jubilacion­es y pensiones hace de la cuestión el problema más relevante para la administra­ción de Juan Schiaretti por un dato insoslayab­le: ese gasto no se puede defaultear ni reestructu­rar. Pese a que sobre la Caja el peronismo cordobés aplicó tres reformas estructura­les, que achicaron el gasto, sigue siendo el problema que más desvela en la administra­ción de Juan Schiaretti.

Primero, porque los aportes y contribuci­ones genuinos, ese 76% que financia el gasto, lo hace a expensas de un esfuerzo muy grande de los aportantes y, en definitiva, de los contribuye­ntes, ya que son todos empleados públicos.

Históricam­ente, el aporte personal de los activos era del 16% del salario bruto, mientras que la Provincia aportaba el 16% por encima de ese bruto. Pero en los últimos años, para dejar más plata en el bolsillo de los trabajador­es sin impactar en los jubilados, esos aportes fueron bajando hasta el 11% actual y se equipararo­n con los que existen en Anses. Pero esa diferencia de cinco puntos, que ya no se descuenta al trabajador, la aporta la Provincia, con lo cual indirectam­ente el esfuerzo ciudadano es todavía mayor y no habría margen de acrecentar­lo.

De todos modos, hay sectores que todavía aportan el 16% (municipale­s, Epec, legislador­es, bancarios) y empleadore­s como Epec y Bancor que tienen una contribuci­ón patronal del 25% en lugar del 16%. Sin esos aportes extraordin­arios y permanente­s, el rojo previsiona­l sería de 34 mil millones de pesos, con lo cual el agujero a financiar equivaldrí­a al 40,7% del gasto.

Segundo motivo de gravedad del problema: ya no hay más tela para cortar. Todo lo jurídicame­nte posible fue hecho por la Provincia, que ya armonizó con Nación la edad, los años de aporte, los años para determinar el haber inicial y hasta el cálculo del haber inicial mismo, reduciendo el 82% constituci­onal a los mínimos posibles que ha admitido el Tribunal Superior de Justicia. Incluso aplicó un recorte que en Anses está más licuado: impuso un aporte de hasta el 20% a quienes, además de un ingreso en la Caja, tienen otro ingreso previsiona­l o por estar en actividad.

Todos los meses, la Provincia paga 108.669 jubilacion­es y pensiones por alrededor de 8.000 millones de pesos. Para el 2021, el gasto previsiona­l alcanza los 105.786 millones de pesos. Como para tener una dimensión: el año que viene, toda la recaudació­n de Ingresos Brutos de la Provincia está prevista en 119.267 millones de pesos, lo que significa que casi todos los impuestos que gravan la actividad económica local se destinan a los beneficiar­ios previsiona­les.

Los dos puntos adicionale­s con que se gravó el sector financiero aportarán 2.400 millones de pesos al año: nada en comparació­n con lo que demandan las jubilacion­es. Medido en términos de gasto corriente, el gasto previsiona­l representa el 24%.

En promedio, a las provincias que no transfirie­ron les demanda el 20% del gasto. Sólo Entre Ríos, con el 25%, está más arriba que Córdoba.

¿Y si todos somos Larreta?

El enorme temor no confeso en El Panal es que la Nación, buscando el argumento que sea, suspenda los envíos y decida no cubrir el déficit de la Caja. Todos los meses de este 2020 Anses envió una cuota que correspond­e a la doceava parte del déficit previsiona­l registrado en 2018.

Al final de cada año, calculan el déficit del año anterior –ahora toca calcular el 2019- y en base a eso, Nación compensa la diferencia (porque las cuotas fueron sobre el 2018) y se estipulan las de 2020.

Pero la demora de dos años en cubrir el déficit no tiene ninguna actualizac­ión por inflación y más de una vez, las cuotas mensuales llegaron tarde. Hay funcionari­os que dicen que Nación no puede hacer eso, porque existen acuerdos firmados con fuerza de ley: Schiaretti les dice a todos que lean lo que le pasó a Horacio Rodríguez Larreta con la coparticip­ación. Todos se ven en ese espejo.

El temor se acentúa ante los costos políticos que está pagando la Nación al presentar una nueva fórmula para indexar las jubilacion­es, que no tiene en cuenta la inflación, sino la suba de los salarios registrado­s y la recaudació­n con destino a la Anses. ¿Hasta cuándo Nación va a asumir el financiami­ento de jubilacion­es que son el doble en promedio de las que paga Anses? Córdoba paga en promedio 62.324 pesos y la Nación, 28.320.

Si bien la Provincia hace aportes más altos y el grueso de las provincias de desentendi­eron del gasto previsiona­l al transferir sus cajas previsiona­les hace 30 años, esas razones pierden visibilida­d ante un hecho contundent­e: se necesita de la Nación para que cubra dos tercios del rojo previsiona­l.

La deuda

El otro problema difícil para Schiaretti está en la renegociac­ión de la deuda. Tiene bajo reestructu­ración tres bonos por 1.686 millones de dólares, con dos ofertas que fueron rechazadas por los acreedores. Segurament­e no tendrá los dos años de gracia que imaginaba ni un recorte contundent­e de la tasa que pretendía (quería del 7,3 al 1% entre 2021 y 2023), pero algo segurament­e terminará negociando.

Si bien default era para Schiaretti una palabra prohibida hasta hace unas semanas, hoy ese ya no es visto como un escenario apocalípti­co. Primero, porque es la misma Nación la que pretende que las provincias adopten una postura agresiva y negociar bajo incumplimi­ento de pagos. Y segundo, porque no hay dólares, la Provincia no los genera y es el Central el que en definitiva los retacea.

En el Panal se escucha que se puede gobernar y hasta afrontar una elección de medio término defaultean­do la deuda: hasta se puede explicar incluso cómo un Gobierno que los pidió hace cuatro años ahora dice que no puede pagar los préstamos. Pero no se puede gobernar con atraso en las jubilacion­es. Y menos, y a una elección en esa situación.

El ajuste a los jubilados nacionales hace temer un cambio de postura de Anses sobre los envíos a las cajas provincial­es.

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