La hidrovía Córdoba-La Pampa: ¿un cuento?
En el año 2018, un extraño proyecto rondaba las oficinas públicas nacionales, bajo el título “Hidrovía Continental”. Se trataba de un canal navegable para sacar la producción agrícola de la provincia de Córdoba por un lugar diferente del río Paraná.
“Una cinta logística en el centro del país”, explicaba Pablo Bereciartua, el entonces secretario de Infraestructura y Política Hídrica del gobierno de Mauricio Macri. El proyecto, elaborado por técnicos holandeses, fue presentado en la “Conferencia Binacional de la Gestión Integral del Agua”, de aquel año.
La traza, de 25 metros de ancho y 4 metros de profundidad, se iba a extender a lo largo de 635 kilómetros. En un extremo, Arroyito, Córdoba; en el otro, Catriló, La Pampa. Allí estaba planeado un nudo transbordador: la carga de la barcaza que navegó por la hidrovía se traspasaba a un tren para recorrer otros 300 kilómetros hasta el puerto de la ciudad de Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires.
En aquellos días, Bereciartua decía que la obra, “aunque ambiciosa”, no era “tan complicada” de realizar.
A propósito del fin de la concesión del mantenimiento de la hidrovía Paraná-Paraguay, autopista fluvial por donde sale el 60 por ciento del comercio exterior de la República Argentina, La
Voz consultó en la Provincia sobre los avances de la “hidrovía cordobesa”. La respuesta no sorprende: “No hubo nunca un proyecto cierto y serio, en términos ingenieriles, para realmente ver si algo así era factible de ejecutar o no”, dijeron altas fuentes del Panal sobre aquel proyecto.
“Hay que hacer muchos más estudios. Los que se hicieron no tenían ningún estudio de factibilidad cierto, no se decía técnicamente de dónde se iba a sacar el agua para tener ese canal lleno todo el año, ni de factibilidad ambiental, ni de factibilidad económica. Nada”, agregaron en el Gobierno provincial.