Los forenses hablaron y la acusada de matar a su pareja quedó en libertad
JUSTICIA DE CÓRDOBA. La autopsia no estableció relación causal entre las heridas y la muerte. La acusación será: homicidio preterintencional.
Fue el primer homicidio ocurrido en Córdoba en 2021. El caso sacudió a Mendiolaza, en el corazón de las Sierras Chicas. Una mujer había quedado detenida por haber supuestamente matado a golpes a su pareja.
La vecina, incluso, había quedado imputada con gravísimos cargos penales: homicidio calificado por el vínculo; un delito que, en caso de condena, prevé la perpetua.
Sin embargo, el caso se presentaba complejo y los interrogantes superaban a las certezas: es que, más allá de que la mujer negaba haber sido la autora del crimen; las heridas que presentaba el hombre, a simple vista, no eran de entidad como para haberle causado la muerte.
En las últimas horas, el caso tuvo un giro: la mujer recuperó la libertad. De todos modos, seguirá imputada y estará bajo la lupa judicial.
Es que los forenses determinaron que, si bien el cuerpo presentaba algunos traumatismos y escoriaciones, los mismos no eran de tal entidad como para haberle causado el deceso de manera violenta.
Es más: los forenses señalaron que Ariel Rosales (47) murió presuntamente a causa del estrés sufrido en esas cuatro paredes en el marco de una discusión y una pelea.
Los profesionales señalan que todo sería una muerte súbita.
El cuerpo forense va a continuar con la segunda parte del trabajo: exámenes anatomopatológicos.
Esto permitirá determinar o descartar si el hombre había consumido alguna sustancia.
La acusada es la martillera Marisa Judith del Castillo (50).
Tras haber recibido el informe forense, el fiscal de instrucción José Pueyrredón, del fuero de Violencia Familiar, decidió excarcelar a la mujer y “bajarle” la imputación.
De la figura de homicidio calificado por el vínculo, el fiscal dispuso que la mujer sea acusada ahora por homicidio preterintencional.
¿De qué se trata? El homicidio preterintencional se da cuando el o la
El caso. Todo se descubrió en Mendiolaza, el pasado 3 de enero, cuando una mujer llamó a la Policía y dijo que su pareja había vuelto de un paseo, tras una discusión, y había muerto en la casa. El cuerpo presentaba algunos traumatismos.
agresora actúa con la intención de provocar lesiones a otra persona, con un medio idóneo para ello, pero finalmente le provoca la muerte.
La intención era golpear y no matar, aunque la víctima termina perdiendo la vida.
El ejemplo por excelencia que se da en las facultades de Derecho es el caso de una persona que, en el marco de una pelea, golpea a otra.
Esta cae, pega con su cabeza contra el suelo o contra un objeto contundente y se muere. El agresor quería golpear, no matar al otro.
¿Y qué pasó en esa casa?
El drama sucedió el pasado 3 de enero en una vivienda de las afueras de Mendiolaza, departamento Colón. Allí residían la martillera Del Castillo junto con su pareja, Ariel Rosales. Un hijo de la mujer vivía en un departamento cercano.
Supuestamente, todo se inició en las primeras horas de la mañana de aquel domingo, cuando Marisa del Castillo llamó a la Policía.
Según fuentes del caso, la mujer indicó que su pareja había regresado a casa “todo golpeado” y que había muerto a poco de ingresar.
Detenida. La mujer quedó detenida a las pocas horas, acusada de haber matado al hombre en el marco de una presunta pelea dentro del hogar. Fue imputada de manera inicial como supuesta autora del delito de homicidio calificado por el vínculo.
De acuerdo a su relato, esa mañana habían discutido, tras lo cual el hombre se había “ofuscado” y se había ido a caminar por la zona.
Rato después, siempre de acuerdo con su versión, había regresado ya con lesiones en la cabeza, se descompuso y murió.
En una primera instancia, la fiscal Betina Croppi (quien actuaba en la feria judicial), y en virtud de los primeros indicios y de ciertas contradicciones de la mujer, dispuso su detención inmediata.
Acto seguido, ordenó una profundización de la investigación, ya que había puntos y aspectos que “no cerraban” por ningún lado.
Sobre todo, las heridas. Es que el hombre presentaba cortes y traumatismos pero que no eran graves.
La presunción es que la mujer y el hombre habían mantenido una fuerte discusión y que él presuntamente había sido golpeado con algunos elementos de la casa. Pero las heridas no eran de importancia.
Se barajó que había sido agredido con un trozo de mortal y con una lámpara de jardín que cuentan con un dispositivo de energía solar.
Al terminar la feria de verano, la
Giro en la causa. Los estudios forenses determinaron que, si bien el hombre presentaba golpes y cortes (presuntamente recibidos en una pelea) no tenían entidad suficiente para causar la muerte. La mujer fue liberada con nuevos cargos.
causa recayó en el fiscal Pueyrredón.
En las últimas horas, el funcionario recibió un informe forense.
Estudio desde la morgue
Fuentes oficiales señalaron que el estudio determinó que, si bien la víctima presentaba un traumatismo de tórax y uno de cráneo, estas lesiones podrían haber contribuido a una “situación de estrés” en el hombre que, finalmente, le terminaron causando la muerte súbita.
Los forenses, en tanto, señalaron que las lesiones que presentaba Rosales fueron recibidas en el marco de una “pelea” o de “una lucha”.
El estudio de los técnicos fue claro y concreto: no se encontró una herida concreta capaz de haberle causado la muerte al hombre.
Con ese resultado en sus manos, y con otros elementos que venían siendo recolectados como testimonios, el fiscal dispuso el pasado viernes la liberación de la acusada.
De todos modos, Marisa Judith Del Castillo no fue sobreseída.
En la fiscalía se dispuso un cambio de su imputación. De la figura gravísima de un homicidio calificado por el vínculo se pasó ahora a un homicidio preterintencional, delito que tiene una escala penal mucho menor: una pena de prisión de 1 a 3 años.
Desde la fiscalía se le indicó al abogado de la mujer, Carlos Nayi, que debe fijar domicilio y no puede salir de Córdoba sin permiso alguno.
Trascendió que el defensor podría aportar datos sobre supuestos malos tratos recibidos por la mujer.