Que la grieta la cierre otro
El año electoral empezó ayer. Aunque no se sepa cuándo y cómo votarán los argentinos, Alberto Fernández puso en funcionamiento los motores para una campaña que será larga y difícil, y con la elección de medio término como objetivo final.
Quienes esperaban autocrítica y mesura del Presidente no conocen la política. No al menos la que se practica en nuestro país desde hace años. Lo que sucedió ayer en el Congreso de la Nación se enmarca en esa lógica, la de apretar los dientes en momentos duros y enfilar hacia las urnas como sea.
Aún circulan los videos de Fernández en campaña. Corría 2019 y el por entonces candidato hablaba de cerrar la grieta. “No se puede seguir viviendo en el país de la locura”, decía en septiembre de aquel año.
“La grieta hay que cerrarla entre todos. Yo también fui víctima de la intolerancia y no deseo ser lo mismo”, afirmaba.
Bueno, habrá que seguir esperando; que la grieta la cierre otro. No será Fernández el que lo haga, algo que ayer quedó más que claro.
El Presidente propuso un discurso de trinchera para inaugurar el 139° período legislativo de la Nación. Con artillería sobre la Justicia, denuncias para Mauricio Macri y una mención lavada e impostada sobre el escándalo de las “vacunas VIP”.
Abordamos en nuestro Primer plano lo que sucedió en el recinto de Diputados. Lo hacemos con la lectura descripta: se trató del inicio de la campaña electoral del Frente de Todos. Desde ese enfoque, presentamos un amplio informe con crónicas, análisis y repercusiones.
La tónica de lo sucedido ayer marcará el paso de los próximo meses. Un Alberto Fernández radicalizado, sin puentes con la oposición ni tampoco gestos hacia el campo ni los empresarios. Pero con la decisión de mantener las tarifas congeladas y dejar un eventual acuerdo con el FMI para cuando se pueda. No hay otra cuando se busca ganar elecciones.
Quienes esperaban autocrítica y mesura del Presidente no conocen la política. No al menos la que se practica en nuestro país.