La Voz del Interior

Geriátrico­s: lejos de volver a la normalidad

PANDEMIA. Un año después del brote en la residencia de Saldán, el 44% de las institucio­nes tuvo un caso de Covid-19. A pesar de la vacunación, siguen los protocolos estrictos para las visitas.

- Lucas Viano y Benita Cuellar ciudadanos@lavozdelin­terior.com.ar

A un año del brote en Saldán, cómo se vive hoy en estas institucio­nes

Uno de los sectores más vulnerable­s frente a la pandemia son los geriátrico­s. Es una población de alto riesgo y en un espacio cerrado. De hecho el primer brote de Covid-19 en la provincia ocurrió en la residencia Santa Lucía, de Saldán.

A la fecha, el coronaviru­s ingresó a 312 geriátrico­s de Córdoba e infectó a 2.299 residentes. Eso correspond­e al 44 por ciento de las 703 institucio­nes geriátrica­s que hay en Córdoba, según datos del Gobierno de Córdoba.

Verónica Olivato, coordinado­ra de comunidade­s cerradas de la Provincia, asegura que se pasó de tener 250 infectados mensuales durante agosto y septiembre de 2020 a 60 positivos el mes pasado “La mortalidad también bajó por la vacunación. En abril hubo solo dos fallecidos”, detalla. A lo largo de toda la pandemia murieron 353 residentes de geriátrico­s.

La tasa de letalidad (porcentaje de muertes sobre el total de infectados) en estas institucio­nes es altísima: 15 por ciento. A nivel general, es del menos del 2 por ciento, y de cerca del 10 por ciento entre los mayores de 60 años.

Pasó más de un año de aquel primer foco masivo de contagios en Saldán. El 8 de abril se informó el primer caso de Santa Lucía. De los 70 adultos mayores residentes, 50 se contagiaro­n y 19 murieron. Además, 15 de los 35 integrante­s del personal contrajero­n el virus.

Por varias semanas, este geriátrico fue el origen de la mayor cantidad de muertes en Córdoba. El Gobierno de Córdoba lo denunció ante la Fiscalía General del Poder Judicial por incumplimi­ento en su deber de prestador de cuidado de los adultos mayores a su cargo.

“Lo que ocurrió en Saldan fue el inicio de algo que nadie conocía. Nos obligó a adaptarnos a algo totalmente nuevo. Dejamos de ser residencia­s para pasar a ser en centros de salud ya que no podíamos derivar a los pacientes con Covid-19, salvo que estuvieran descompens­ados”, asegura Nora Kurth, titular de la Cámara de Geriátrico­s Privados de Córdoba.

En tanto, Olivato agrega: “Fuimos aprendiend­o a medida que transcurrí­a la pandemia. En los seis primeros brotes en geriátrico­s tuvimos la estrategia de trasladar a los residentes a hospitales aunque no fueran positivos. Vimos que se terminaban contagiand­o en el hospital o su salud se deteriorab­a”.

Y completa: “Luego decidimos que los residentes se quedaran en los geriátrico­s y desde la Provincia le brindamos asistencia sanitaria y hasta oxígeno. La mortalidad bajó gracias a eso”.

Kurth cree que, gracias a las institucio­nes geriátrica­s que no derivaron pacientes a clínicas, el sistema de salud no colapsó. “Se vio la calidad humana que hay en estas institucio­nes porque los residentes no podían recibir visitas. Ninguna residencia cerró por tener Covid-19. Los cierres ocurrieron después por problemas económicos”, agrega.

Rubén Ovelar, titular de la delegación Córdoba del Pami, cree que la estrategia de no derivar residentes fue buena. “Después de la experienci­a de Saldán, decíamos que no había que cerrarlo. La Provincia entendió y llegamos a la conclusión de que los casos que no tenían síntomas o eran leves había que tratarlos en la misma institució­n. Y eso hizo que bajara la cantidad de decesos”, destaca Ovelar.

Y señala que esta experienci­a sirvió para otras institucio­nes que tuvieron contagios y que se decidió tratarlos en el mismo lugar y en donde no hubo muertes. “Para las personas que viven allí ese es su hogar. Cuando los cambiás de hábito, le generás un problema serio”, dijo.

En ese momento, la residencia Santa Lucía fue desalojada. Algunos de los pacientes fueron derivados a otros geriátrico­s y centros de salud. Y los que se recuperaro­n fueron al exhospital Neuropsiqu­iátrico de Santa María de Punilla.

El geriátrico reabrió en julio de 2020 ante el pedido de los familiares al Pami y al Ministerio de Salud. Desde entonces algunos adultos mayores volvieron al lugar y otros se quedaron con sus familias.

Ovelar destaca las ventajas de que en los geriátrico­s haya personal acostumbra­do a trabajar en geriatría con más experienci­a para manejar a este tipo de pacientes en momentos de crisis como una pandemia

Alta letalidad. La tasa de letalidad (porcentaje de muertes sobre el total de infectados) en estas institucio­nes es altísima: 15 por ciento. A nivel general, es de menos del dos por ciento. Y de cerca del 10 por ciento entre los mayores de 60 años.

Reclamos y respuestas

Kurth cree que queda un sabor amargo por lo sucedido, ya que asegura que el estado les dio la espalda a los geriátrico­s. “No nos invitaron a la última reunión entre las institucio­nes de salud y el Gobierno de Córdoba. Se anunciaron rebajas impositiva­s y en los servicios, pero los geriátrico­s quedamos afuera”, apunta.

La referente del sector explica que las institucio­nes tuvieron que adaptarse a la pandemia: sumar personal y reducir cantidad de camas. “Seguimos con las mismas fuerzas y ganas. La calidad humana es nuestro mayor valor y nunca decayó. Pero tenemos muchas exigencias y gastos que pueden llevar al cierre o a que prosperen espacios por fuera de la ley”, dice.

Olivato explica que se siguen haciendo testeos cada 15 días entre los empleados de geriátrico­s. “Son quienes puede ingresar el virus a la residencia. Se testea a todos los que están presentes en ese momento. Si se detecta un caso, se provee elementos de protección personal y se los asiste”, indica.

Vacunación a residentes

El gran aporte del estado a los geriátrico­s fue la decisión de priorizar la vacunación de sus residentes a inicios del 2021. Kurth asegura que hace semanas que los casos graves son muy pocos.

A fines de enero, la Provincia comenzó la campaña de vacunación en estas institucio­nes. Se comenzó en los que albergan a más 50 internos. Finalmente se vacunó a 8.001 residentes. La mayoría recibió la fórmula Sputnik V.

“Es el 100 por ciento de la población que aceptó ponerse la vacuna, pero como van ingresando más personas, la semana próxima reanudarem­os la vacunación en geriátrico­s para nuevos residentes”, detalla.

30 minutos de visita

Desde que volvió a funcionar, Santa Lucía cumple estrictos protocolos de cuidados sanitarios, aunque con la mitad de las camas que tenía cuando fue el brote. Y ya vacunó a sus residentes, muchos hasta con la segunda dosis, según confirmó

Kurth asegura que las institucio­nes siguen aplicando los mismos protocolos que dispuso en septiembre el Centro de Operacione­s de emergencia­s (COE).

“No tenemos acceso. La veo tras una reja, desde la vereda por 30 minutos. Con muchos cuidados, respetando el protocolo”, relata Cecilia Galbo, hija de Ángela Amprimo, residente de Santa Lucía.

Para ella “es muy triste y dura” esta situación. “Mi mamá la padece mucho”, expresa. Para visitarla primero debe sacar un turno porque hay un cupo. “Por turno puede haber dos familias, nada más. Todo cambió”, dice. Y asegura que su madre, que tuvo coronaviru­s, está muy bien cuidada. “Se nota que trabajan en conjunto con el Pami”, dice. Y agrega: “Aprendimos la lección”.

En tanto, en el caso de otros residentes, como la madre de Ana Galli, también infectada con el coronaviru­s, decidieron no volver.

“Fue una situación muy difícil la que vivió, como todos lo que pasaron por esto. Se sintió sola. Y ese miedo hizo que no quisiera regresar”, narra la hija. Hacía un año que estaba viviendo en el lugar cuando se desató el contagio masivo. Y cuando se curó, decidió quedarse con su hija.

Además, Galli dice que como familiar se sintió “desamparad­a”. Nadie les respondía. Por eso se juntaron para “hacer fuerza común” y de ese modo lograron que el Pami les diera una respuesta.

También señala que se sintió poco contenida por el Ministerio de Salud. Y el dueño del geriátrico no tuvo la delicadeza de comunicars­e con los familiares, ni dar la cara. “Me costó mucho rescatar las pertenenci­as de mi mamá”, reconoce.

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JOSÉ HERNÁNDEZ/ARCHIVO CONMOCIÓN. El contagio masivo en la residencia geriátrica Santa Lucía, de Saldán, fue el primer hecho que conmocionó a Córdoba en pandemia. Murieron 19 adultos mayores que estaban internados allí.
 ?? JOSÉ HERNÁNDEZ / ARCHIVO ?? SANTA LUCÍA, HOY. La residencia geriátrica que fue el foco del primer brote en estas institucio­nes trabaja ya con normalidad.
JOSÉ HERNÁNDEZ / ARCHIVO SANTA LUCÍA, HOY. La residencia geriátrica que fue el foco del primer brote en estas institucio­nes trabaja ya con normalidad.

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