La Voz del Interior

Policía en el banquillo, acusado de ayudar a una banda

El suboficial está imputado de haber sido uno de los efectivos que protegían a la organizaci­ón. La droga era vendida en formato “delivery” en la zona de Alta Gracia. También lo hacían en un club.

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“También quedó demostrado que mantenía relación con integrante­s de la Policía de la Provincia de Córdoba, quienes le brindaban informació­n sobre los procedimie­ntos que se llevaban cabo en esa ciudad y guardaban silencio respecto de la venta de estupefaci­entes (…). Uno de ellos es ese sargento primero (…)”.

Con esas afirmacion­es, se expresó – en el expediente– el principal investigad­or del accionar de una banda narco que operaba en la ciudad de Alta Gracia.

El comisionad­o se refería al cabecilla del grupo narco y a su vínculo con uniformado­s de la Departamen­tal Santa María, de la Policía cordobesa. Las escuchas e intervenci­ones telefónica­s eran claras y contundent­es.

Sin embargo, y pese a las sospechas, uno solo de los policías acusados quedó cercado, fue detenido y ahora comenzó a ser juzgado.

Se trata del sargento primero Héctor Manuel Chacoma, “Chaco” para los amigos y camaradas. El suboficial comenzó a ser juzgado por la Cámara 5ª del Crimen de la ciudad de Córdoba.

Al policía se lo acusa de haber proporcion­ado apoyo táctico a la banda, como supuestame­nte avisarles sobre investigac­iones, allanamien­tos y otras cuestiones.

Junto con Chacoma son juzgados otros cinco hombres, sindicados de integrar el grupo delictivo. De ese lote sobresalen Cristian Alberto “la Iguana” Medina, José Fabián Alonso y Manuel Ángel Rivarola. Están señalados de haber sido los supuestos cabecillas de la banda.

Los otros imputados son Fernando Manuel Rivarola y Mario Emanuel Montenegro.

El fiscal Marcelo Hidalgo, a cargo de la acusación, está convencido de la culpabilid­ad de los sospechoso­s y pedirá penas para todos.

Algunos de los acusados estarían por admitir sus culpas y así solicitar juicios abreviados. No es el caso del policía.

De acuerdo con la investigac­ión realizada por el fuero Antinarcom­enudeo, la banda operó, por lo menos, desde diciembre de 2018 y julio de 2019 en la zona de Alta Gracia, en el Valle de Paravachas­ca.

Lo de ellos, según la causa, era fraccionar y vender las dosis de cocaína y de marihuana de modo delivery .El cliente llamaba, los vendedores iban y entregaban las sustancias. Los pedidos, por lo general, se hacían por WhatsApp.

En algunas oportunida­des también se vendía en casas alquiladas de esa ciudad. Los domicilios iban variando para evitar sospechas.

En un club

Según la acusación, también se vendía droga dentro y fuera de un club ubicado en la ruta C-45 sin que los responsabl­es de la entidad estuvieran al tanto. Los dealers escondían la droga en bolsitos y riñoneras, y la ofrecían.

Según la causa, el policía Chacoma habría conocido perfectame­nte la existencia de esta banda y la actividad que realizaba y habría, incluso, omitido presentar la denuncia ante las autoridade­s.

El policía no ocupaba cualquier lugar. Trabajaba en la Brigada de Investigac­iones de la Departamen­tal Santa María de la fuerza.

En paralelo, pudo saberse que el suboficial realizaba tareas de custodia (como adicional) en el club de la ruta C-45 y además jugaba allí en un equipo de veteranos.

La investigac­ión se inició por una denuncia anónima y pronto comenzó a avanzar por parte de la Fuerza Policial Antinarcot­ráfico (FPA).

La causa avanzó y se sustentó en análisis de comunicaci­ones, básicament­e.

Policías bajo sospecha

Lo más grave que se sospecha en la causa es que, en el marco de la pesquisa, surgieron datos que abonaban la hipótesis de que había varios policías que conocían la existencia de esa banda y brindaban apoyo, cuanto menos.

El policía Chacoma es quien quedó más complicado y por ello llegó a juicio. En su casa, a todo esto, se encontraro­n algunas dosis de drogas, según consta en la causa.

Chacoma fue detenido por personal de la FPA en un allanamien­to realizado en Alta Gracia en julio de 2019, fecha en que cayeron los principale­s acusados.

En esos allanamien­tos, se secuestrar­on 350 dosis de cocaína y 49 de marihuana (menos de 500 gramos en total), una pistola calibre 22, 51 cartuchos de diversos calibres, 141.765 pesos en efectivo y diferentes elementos vinculados a la actividad ilegal.

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FPA/ARCHIVO LOGÍSTICA. La banda desbaratad­a habría contado con complicida­d policial.

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