Protestas. Cuba no es prioridad para Biden, y nadie se ilusiona con grandes cambios
RELACIONES BILATERALES. La posición del presidente de Estados Unidos respecto de la isla tiene que ver más con su política interna que con los problemas cubanos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hizo campaña con la promesa de promover “una nueva política hacia Cuba”, pero a seis meses de haber asumido no cambió ni una coma de las sanciones y las restricciones impuestas por Donald Trump. Las protestas en Cuba revitalizaron los reclamos en la región y en el mundo para que Estados Unidos ponga fin a seis décadas de embargo comercial contra la isla, pero las señales que ha emitido Biden no parecen indicar que algún cambio significativo esté en sus planes.
“Biden no es Barack Obama en la política hacia Cuba... el momento político cambió de forma importante, se cerró mucho el espacio político porque el Gobierno cubano no ha respondido de ninguna forma y, de hecho, la opresión en contra de los cubanos es peor aún hoy de lo que tal vez fue durante la administración (de George) Bush”, afirmó en abril Juan González, el principal asesor de la Casa Blanca para la región, en una entrevista con la cadena CNN, reforzando la idea de que fue el Gobierno cubano el que “perdió” la oportunidad de abrirse en 2015 y en 2016, y no Trump quien dinamitó el proceso desde 2017, como interpretan las autoridades de la isla.
Exigencias mutuas
Esta semana, la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, aseguró que están “analizando de cerca” cómo pueden “ayudar de manera humanitaria” a los cubanos, y luego el propio Biden se dijo “dispuesto a donar cantidades significativas de vacunas”, pero puso como condición que las administrara “una organización internacional”.
La respuesta llegó rápido y de parte de su par cubano, Miguel DíazCanel, quien volvió a pedirle lo mismo que le viene pidiendo hace seis meses: dar marcha atrás con las sanciones de Trump y terminar con el embargo. Pero aun si el tema volvió a estar en el centro de la agenda política, ni en La Habana ni en Washington creen que haya grandes cambios en el horizonte.
“Biden no tiene una retórica activa como Trump, no hay nuevas sanciones, solo se mantiene lo que estaba, sin agregar nada nuevo. La retórica ha bajado un poco, concentrada en las críticas a las supuestas violaciones de derechos humanos, desde el punto de vista de EE.UU. Pero mientras tanto, la burocracia sigue ejecutando las órdenes que están dadas: mantener la presión económica y a Cuba en todas las listas negativas”, explicó Raúl Rodríguez Rodríguez, director del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre EE.UU., de la Universidad de la Habana.
“Hace 15 días se habló de que EE.UU. podía hacer cambios unilaterales, sin pedir nada a cambio ni abrir un diálogo, que básicamente son sus promesas de campaña. Pero nada sucedió. Para este presidente, la política interna va primero, su legado no está vinculado a Cuba”, agregó y enumeró las tres principales promesas de campaña. 1) Permitir que los estadounidenses viajen a Cuba con licencia especial de viajes llamados “pueblo a pueblo”, una opción que Trump suspendió. 2) Quitar los topes y las restricciones a las remesas que pueden ser enviadas a la isla. 3) Reactivar las reunificaciones familiares.
Todas estas son medidas que están por fuera del embargo y pueden ser tomadas por decreto, sin necesidad de pasar por el Congreso. Sin embargo, eso no significa que no tendrían un costo político para Biden.
“Hasta ahora, el presidente ha sido extremadamente cauto. Y aunque las protestas pusieron a Cuba de vuelta en la agenda, también hicieron más difícil impulsar cambios significativos. Esto se debe a la política interna en EE.UU.”, explicó Michael Shifter, de Diálogo Interamericano.
“Biden teme que si levanta las sanciones, les dará más munición a los republicanos para que digan que es débil con el régimen. Le preocupa la política en Florida y no quiere irritar a los cubanos-estadounidenses en el Congreso, especialmente a Bob Menéndez, el presidente de la Cámara de Relaciones Exteriores del Senado, que es importante para sus prioridades en política exterior, como China, Rusia e Irán”, señaló.
Robert Menéndez es demócrata, durante el gobierno de Obama fue muy crítico de su acercamiento a Cuba, y hoy está en una posición mucho más poderosa, en un Senado empatado.
Liberada. La periodista y corresponsal de ‘ABC’ en La Habana, Camila Acosta, fue excarcelada ayer. Lo confirmó la propia periodista.