El poder de compra del salario es una variable clave
Los salarios argentinos pierden contra la inflación desde hace tres años, y todo indica que la tendencia no se va a revertir antes de las elecciones. ¿Qué va a pasar después de noviembre?
Hablando sólo de economía, la inflación en la Argentina es un factor determinante cuando un oficialismo llega a las urnas. Sin embargo, no es la única variable. En rigor, es el índice de precios en combinación con otros eventos.
Marcelo Capello, presidente del Ieral, dice que en septiembre y noviembre “van a impactar variables económicas como el nivel de la inflación, pero también los salarios y, por ende, el poder adquisitivo de los sueldos, que viene vapuleado desde 2018”.
Igualmente, el economista jefe del instituto de Fundación Mediterránea, remarca que la solución no se basa sólo en subir salarios. “Podría ocurrir que una mayor suba de salarios que la prevista inicialmente por el ministro de Economía Martín Guzmán entre junio y fin de año retroalimente la inflación vía costos y que, de todos modos, los salarios terminen perdiendo contra la inflación al final del año”, advierte.
Por otra parte, si los salarios aceleran demasiado para ganar la partida en el segundo semestre, Capello apunta que “hay riesgos de que haya una espiralización inflación-salarios, que sumado al posible levantamiento de algunas anclas post elecciones, podrían llevar más arriba el índice de precios en 2022”.
Capello agrega que en el resultado electoral “también pueden influir el desempleo, y por supuesto, los efectos de la pandemia”.
A base del combo de anclas (cambiaria, tarifaria, de control de precios y, al menos en los primeros meses, salarial), Capello ve un horizonte de aumento de precios por debajo del 3% en lo que califica como el “sub período electoral julio-noviembre”, llegando a diciembre con una interanual entre 48% y 50%.
Luego de noviembre, para Capello, la inflación “dependerá de la forma en que se levanten las anclas”, y especialmente en “cómo siga la política fiscal y monetaria en el resto de 2021: gasto público, déficit fiscal y emisión monetaria”.
Respecto de la inflación y las elecciones, el economista Bruno Panighel
lo analiza mirando en dos sentidos. “Si miramos para atrás, estamos transitando el año de mayor inflación para un año electoral, aún por encima de 2019 cuando le costó la elección a Cambiemos. Si miramos hacia adelante, creo que podemos ver tasas de menor inflación, más cercana al 3% y con el Gobierno buscando lograr un mes por debajo del 2,5% antes de la votación”, analiza.
Al igual que Capello, Panighel entiende que “posiblemente sea algo transitorio”. “Estamos quemando cartuchos y las balas son pocas. Si el atraso es rápido y exitoso, y genera ese bombeo artificial clásico de los meses preelectorales, luego de las elecciones tendrá que venir otro ajuste de precios relativos, como en los años pares del 2010 para acá. El precio relativo más importante es el dólar, pero los subsidios económicos posiblemente fuercen un ajuste tarifario y de transporte”, destaca.