“Tanta pantalla cansa y ya nos estresa”
Antonella Soria (17), alumna de quinto año del Ipem 185 Perito Moreno, de barrio San Rafael en la ciudad de Córdoba, cuenta que el comienzo de la pandemia fue para ella, “sorprendente e impactante” por todo lo que trajo aparejado el virus.
Pero, con el transcurso del año, fue descubriendo “algunas cosas positivas” que implicaron amoldarse a nuevas rutinas, organización y modos de comunicarse.
“Con respecto al estudio, el año pasado lo pude culminar con éxito sorteando diversas dificultades -por falta de conectividad, por escasa comunicación con los profesores y compañeros- y, logrando la independencia”, explica Antonella. Y agrega que todos se vieron obligados a desarrollar estrategias propias para cumplir los desafíos educativos.
Antonella relata que comenzó este año con la alegría del retorno a las clases presenciales. “Volver a ver a mis compañeros y profesores era una experiencia única”, asegura.
En relación al último regreso a la virtualidad total, a consecuencia de las nuevas restricciones, cree que la encontró más desenvuelta con el aprendizaje remoto, pero fatigada de tanta pantalla. “Estar permanentemente en casa y utilizando el celular o computadora provoca cansancio y estrés, también trae consigo problemas para sociabilizar porque aprendimos a comunicarnos a través de pantallas inexpresivas. Vamos perdiendo el ser social que llevamos por naturaleza”, opina.
Subraya, además, que ya es una preocupación completar cada actividad escolar y un gran esfuerzo comprender los temas fuera del aula.
“Me encantaría volver nuevamente a la presencialidad al finalizar las vacaciones de invierno, sin perder las precauciones. Para que podamos vernos y compartir nuevas experiencias disfrutando la interacción mutua de forma segura”, concluye.