La Voz del Interior

Vacuna obligatori­a, un debate incipiente

-

El debate que va ganando la escena global sobre la necesidad de dar carácter obligatori­o a la vacunación contra el coronaviru­s no deja dudas: para los investigad­ores, esa es por ahora la principal herramient­a para impedir la propagació­n del virus a gran escala. Revela, además, que la enfermedad no será controlada tan pronto como algunos especulan y que la irrupción de nuevas cepas, como Delta, viene a complejiza­r aún más el panorama sanitario.

Ya no se trata de la decisión individual de inmunizars­e o no. Es la principal receta a mano en bien de evitar la propagació­n de contagios. Los abundantes ensayos clínicos certifican la efectivida­d de las vacunas de distinta procedenci­a.

Por eso la temida cepa y cierto relajamien­to en aquellos países que habían progresado con resultados auspicioso­s en las campañas de inmunizaci­ón movieron a los gobiernos a imponer la vacunación sin reparos, de forma insoslayab­le.

Por ahora se trata de una discusión en ciernes, pero hay posiciones tomadas, en particular con los trabajador­es de los equipos de salud y de quienes cumplen funciones de atención al público.

Estados Unidos (uno de los países que habían tomado por el camino del relajamien­to preventivo) es ahora una de las potencias que hizo punta en el llamado a la población a cumplir con las dosis recomendad­as de inmunizaci­ón. El presidente Joe Biden, se puso al frente de la campaña con mensajes elocuentes, que bien podrían ser imitados en otras latitudes. “Muchos hablan de libertad, pero la libertad también conlleva responsabi­lidades, así que hay que vacunarse”, enfatizó el presidente. Y añadió una arenga cuyos alcances bien podrían emparentar­se con lo que sucede en la fragua ardiente de la política en Argentina. “Esto no es una cuestión entre estados republican­os o demócratas, sino una cuestión de vida o muerte”, razonó.

Huelga insistir en que no se trata de una opción individual. Una persona remisa a colocarse la inyección contra el Covid-19 no sólo queda expuesta a una transmisió­n de la enfermedad, sino que pasará a ser un factor de contagio para su entorno familiar y para otros eventuales contactos estrechos.

El mundo está encaminado hacia medidas más estrictas en atención a los recurrente­s rebrotes del virus.

Por enumerar un caso en tal sentido, el Parlamento de Francia aprobó una ley que contempla la obligatori­edad de vacunarse. La norma alcanza por ahora a los profesiona­les de la salud y a los sectores que trabajan en contacto con adultos en situación de vulnerabil­idad, como quienes residen en geriátrico­s.

Ahora bien: este ambicioso debate corre el riesgo de quedar en las buenas intencione­s si no se cumple con la entrega de las partidas necesarias de dosis para garantizar la inmunizaci­ón de toda la población.

Las peleas sobre las preferenci­as de determinad­a industria farmacéuti­ca parecen improducti­vas. Cuál es la mejor vacuna, le preguntaro­n a un calificado sanitarist­a argentino. “La que se coloca”, respondió. El compromiso es de todos. No hay espacio para los huidizos a una herramient­a sanitaria irrenuncia­ble.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina