La Voz del Interior

Justicia. La imputación de un camarista hace temblar a Tribunales federales

BAJO SOSPECHA. Por violación de secreto e incumplimi­ento de los deberes de funcionari­o, el fiscal Casas Nóblega promovió acción penal contra Ignacio Vélez Funes. Fue en el marco de una investigac­ión de facturas apócrifas.

- Francisco Panero fpanero@lavozdelin­terior.com.ar

“Estoy absolutame­nte tranquilo de no haber violado mis deberes de funcionari­o ni el secreto de las actuacione­s; las decisiones judiciales son públicas y se publican automática­mente una vez que son protocoliz­adas”. En estos términos el vocal de la Cámara Federal de Apelacione­s de Córdoba Ignacio María Vélez Funes iniciaba su descargo, ante la consulta de La Voz, respecto de la imputación que en la mañana del viernes estremeció la torre de Tribunales del parque Sarmiento, en la Capital provincial.

A primera hora de ayer se conoció que el fiscal federal N° 2, Carlos María Casas Nóblega, había presentado un escrito ante el juez Miguel Hugo Vaca Narvaja para promover acción penal contra Vélez Funes. Lo considera supuesto autor de los delitos de “incumplimi­ento de los deberes de funcionari­o público” en concurso ideal con “violación de secreto”, en calidad de autor.

La imputación de Casas Nóblega es el resultado de una denuncia presentada en octubre pasado por el fiscal N° 1 Enrique Senestrari en el marco de su investigac­ión en la causa de las facturas truchas que tiene como líder de asociación ilícita a Matías Lafuente Sivilotti y entre otros acusados al economista Nadin Argañaraz.

Senestrari se quejó porque mientras estaba haciendo un allanamien­to se enteró de que una resolución de la Cámara Federal, con el voto unipersona­l de Vélez Funes, estaba publicada en el sitio web del Centro de Informació­n Judicial (CIJ) con los datos de uno de los imputados que, casualment­e, él estaba allanando.

El Ministerio Público consideró que esa publicidad de la sentencia en la que se divulgaban los datos de uno de los investigad­os, Gabriel Agustín Céspedes, pudo haber permitido que este se enterara con antelación del allanamien­to.

Más allá de si este supuesto “aviso” se concretó, el tipo penal de violación de secreto de las actuacione­s tiene que ver con la imprudenci­a. No es necesario que llegue a frustrar el procedimie­nto, porque se trata de un “delito de peligro” y se sanciona “la potenciali­dad” del perjuicio de una investigac­ión que, para quienes reprochan esto, fue “muy alta”.

Los hechos

La explicació­n de los hechos es compleja, pero puede sintetizar­se diciendo que Vélez Funes había intervenid­o para resolver una discusión de competenci­a entre los jueces 1 y 3, Ricardo Bustos Fierro y Vaca Narvaja, respectiva­mente. El primero, juez natural de la causa, se había excusado porque indicó que tenía un parentesco de cuarto grado de consanguin­idad con Céspedes.

Vaca Narvaja, mientras no aceptaba que su par le girara el expediente, no tramitó algunas de las actuacione­s urgentes que le pedía Senestrari, quien terminó pidiendo un “pronto despacho”.

Al final, sólo se habría tramitado alguna intervenci­ón telefónica pero no los allanamien­tos que pedía el instructor. Esos procedimie­ntos terminaron demorados mientras “subió” el expediente a la Cámara Federal para resolver el diferendo de los jueces.

Vélez Funes entendió que Bustos Fierro no tenía motivos para apartarse, por lo que le remitió las actuacioes­te nes para que siguiera con su causa. El 22 de octubre firmó su escrito resolviend­o: “Rechazar la inhibición del señor juez federal N° 1 de Córdoba, doctor Ricardo Bustos Fierro, quien deberá continuar intervinie­ndo en las presentes actuacione­s”.

Pocas horas después, el decisorio estaba publicado en el sitio web que depende de la Corte, el CIJ. La acordada 2413 establece que los fallos deben darse a publicidad.

Esto es lo que Senestrari denunció que podría haberle permitido a Céspedes ser alertado de su allanamien­to. Ayer, este funcionari­o comentó a La Voz que la publicidad del fallo de cámara lo “agarró de sorpresa” cuando estaba haciendo el allanamien­to.

Casas Nóblega comenzó a investigar en octubre de 2020, cuando el mismo Vaca Narvaja estaba de turno, por lo que este juez atrajo la competenci­a. Por eso, la presentaci­ón de viernes recayó en su juzgado.

Si bien Casas Nóblega no respondió a requisitor­ia alguna, de la torre de Federales este medio pudo extraer uno de los párrafos clave del escrito que precede a la próxima indagatori­a de Vélez Funes: “Encuentro acertadas las razones que llevaron a denunciar al fiscal Enrique Senestrari inmerso en una investigac­ión compleja, solicitand­o medidas de carácter trascenden­te cuidando desde su lugar el buen desarrollo del proceso, viéndose de pronto frente a un ataque artero hacia su estrategia investigat­iva al advertir que se hacen públicos una serie de datos de interés que llevan a publicidad la existencia de una investigac­ión en la que ese mismo fiscal había formulado imputacion­es, solicitand­o detencione­s, allanamien­tos y otras medidas que aún no habían sido proveídas hasta la fecha en la que se hiciera pública la existencia del sumario y la individual­ización de un imputado, viendo que de esta manera, y lo cito (a Senestrari): ‘Este proceder implica una violación de secreto que perjudica gravemente la presente investigac­ión’”.

Fuentes del Juzgado Federal N° 1 señalaron que desde allí hicieron la advertenci­a de que el pedido de rápidos allanamien­tos resultaba curioso mientras el fallo de Vélez Funes estaba publicado. Desde ese momento, el “secreto de sumario” ya no tenía mucho sentido.

“Ningún delito”

Vélez Funes se defiende indicando que todas las actuacione­s deben ser publicadas, mientras otros aseguran que lo convenient­e es divulgar aquellas que son trascenden­tes, toda vez que no se afecte una investigac­ión.

“Me someteré como correspond­e a la investigac­ión y quiero aclarar que no cometí ningún delito”, comentó a la hora del almuerzo Vélez Funes, ante la consulta de La Voz.

Pese a su tranquilid­ad, el camarista imputado aclaró que la acción de Casas Nóblega “ha lesionado el honor de un juez y pone en sospecha la actuación de la Justicia”. Luego, cerró la conversaci­ón indicando: “Por supuesto, esto tendrá sus consecuenc­ias”.

Espasmos pandémicos

Más allá de los análisis jurídicos de esta coyuntura, en la Justicia federal movimiento­s de este tipo no ocurren sin motivacion­es extra. Sin entrar en subjetivid­ades, conviene recordar que al inicio de esta pandemia se produjo otro fuerte remezón que terminó desestabil­izando a tres fiscales.

Gustavo Vidal Lascano y Graciela López de Filoñuk terminaron jubilados y el fiscal de la Cámara Federal Alberto Lozada quedó en un “limbo” que hace difícil prever sus definitiva­s consecuenc­ias.

Esta situación tiene en común que muchos actores se repiten. Algunos a la vista de todos en el escenario. Otros, detrás de bambalinas.

Muchas veces, en Federales los actores representa­n un drama, pero sugieren otra contienda. Vélez Funes preside este año la Cámara Federal y ya pasó los 70 años. A nadie escapa que lo presionan para forzar su retiro.

A sólo seis días del fallecimie­nto del camarista Luis Roberto Rueda se produjo este cimbronazo. El máximo tribunal de Córdoba hoy tiene cinco miembros y la búsqueda de una nueva mayoría puede precipitar movimiento­s. Y un dato que puede ser clave: en los pisos superiores de la torre, quien apoyaba a Vélez Funes era el fallecido Rueda.

“Por supuesto que esto tendrá sus consecuenc­ias”, advirtió el juez denunciado.

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NICOLÁS BRAVO/ARCHIVO FISCAL. Carlos Casas Nóblega, quien pidió la imputación.
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JUEZ. Ignacio Vélez Funes, camarista ahora acusado.

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