La Voz del Interior

Paso 2021. Crisis y pandemia: ¿irán a votar los cordobeses?

PARTICIPAC­IÓN ELECTORAL. Hay cambios en el comportami­ento de los electores que pueden modificar las estrategia­s de campaña y los discursos. El desafío ante la paradoja por el “éxito” de la vacunación.

- Juan Manuel González jmgonzalez@lavozdelin­terior.com.ar

En los comandos de campaña empiezan a analizar una variable que podría ser clave en el resultado del 12 de septiembre: la participac­ión. El antecedent­e inmediato de la elección municipal de Río Cuarto en noviembre del año pasado, con una afluencia de menos del 50 por ciento del padrón, encendió las alertas y llevó este tópico a las mesas estratégic­as.

¿Qué pasa si votan menos cordobeses? ¿Beneficiar­ía al aparato de Hacemos por Córdoba y perjudicar­ía a Juntos por el Cambio? ¿O es favorable para el Frente de Todos, que tiene una composició­n juvenil (y por lo tanto menos vulnerable) de votantes? Los analistas creen que la gestión de la pandemia también puso en crisis el comportami­ento del electorado en ambos lados de la grieta.

La politóloga Ana Iparraguir­re, directora de Dynamis Consulting, pone en tensión esos prejuicios: las preferenci­as electorale­s según grupos etarios está cambiando; los más jóvenes empiezan a simpatizar con los postulados vinculados al concepto de “libertad” que enarboló Juntos por el Cambio y los espacios “libertario­s” durante la cuarentena, mientras que un porcentaje de adultos mayores entiende que el Gobierno del Frente de Todos “los cuidó” en pandemia. Claro que en estas subjetivid­ades las narrativas pesan tanto o más que los datos.

“En Argentina se combina el efecto pandemia con un desencanto muy marcado con la política. Cualitativ­amente, a la gente le cuesta imaginar un futuro y entusiasma­rse con él, por lo que el desinterés por la participac­ión es una posibilida­d. Sin embargo, como contracara, el voto es obligatori­o, por lo que no creo que haya fluctuacio­nes marcadas respecto de la participac­ión, pero es un tema que hay que seguir de cerca”, dice Iparraguir­re.

De lleno en el impacto electoral de una participac­ión menor a las de las últimas Paso, la politóloga explica: “Hay dos factores: primero, que el ausentismo puede afectar tanto a los más jóvenes por el desencanto, y en el grupo de mayores por el miedo de contagiars­e durante el acto de votación. Históricam­ente se decía que los adultos mayores votaban por Juntos por el Cambio y los jóvenes lo hacían por el Frente de Todos. Estamos viendo un cambio en los apoyos desde la perspectiv­a etaria: el apoyo al Frente de Todos por parte de los jóvenes y el de los adultos a Juntos por el Cambio ya no son tan marcados”.

Este cambio de aparentes preferenci­as electorale­s surge de distintas encuestas. Las restriccio­nes a las reuniones sociales, la cancelació­n de viajes de egresados, la categoría de “clandestin­a” de las fiestas, el cierre de colegios y universida­des afectó a millones de adolescent­es y jóvenes que podrían identifica­rse con el eje discursivo de la oposición.

En paralelo, la narrativa de “gesta” por “salir a buscar vacunas” y los efectos de la campaña de inmunizaci­ón podría tener mejor ponderació­n en los grupos más vulnerable­s ante la enfermedad, pese a los más de 100 mil muertos que se contabiliz­an en esta tragedia.

En este escenario, con menos fallecidos de los que “estadístic­amente” se preveían en Córdoba y la temprana reapertura de actividade­s, el Gobierno provincial tendría una posibilida­d discursiva de diferencia­rse de ambos extremos.

Iparraguir­re lo explica así: “Los alineamien­to al Frente de Todos y Juntos por el Cambio no son tan marcados como solían ser. El grupo de 16 y 24 años empieza a abrazar los conceptos de ‘libertad’ y ‘poder valerse por sus propios medios’, que son atributos asociados a Juntos por el Cambios; mientras que el Frente de Todos tiene un discurso más comunitari­o. Las restriccio­nes sobre las actividade­s de los jóvenes se sintieron fuertement­e, y eso empieza a verse reflejado. El grupo de adultos mayores se sintió más cuidado por este Gobierno, porque eran los más vulnerable­s ante el Covid, y hay un

Hoy debían realizarse las Paso.

Según el plazo legal, hoy debían desarrolla­rse las primarias abiertas, simultánea­s y obligatori­as (Paso). Fueron postergada­s un mes y serán el 12 de septiembre. El cambio fue por consenso, por la situación sanitaria. correlato electoral”.

Cuántos irán a votar

Los números de la consultora Delfos indican que a medida que avanza la campaña crece el interés por las elecciones: el porcentaje que tenía decidido participar de los comicios pasó del 53 por ciento en mayo al 58 por ciento a principio de julio, previo al proceso de cierre las listas. Del grupo que expresó su decisión de ir a votar, sólo el 14 por ciento la condicionó a un recrudecim­iento de la cuestión sanitaria, por lo que en la previa de la campaña la posibilida­d de una deserción de votantes fue una posibilida­d cierta.

La adrenalina de las presentaci­ones y la ampliación de la campaña de vacunación hicieron que la discusión de las candidatur­as ganara tensión mediática, llevando en agosto al 69,6 por ciento el porcentaje de cordobeses que tiene previsto ir a votar; es decir un nivel de participac­ión similar al registrado en las últimas cuatro elecciones Paso.

José Gangi, politólogo que realiza análisis para esta consultora, observa que en la última década hay una participac­ión consolidad­a del 70 por ciento en elecciones Paso. Para él, las caídas de participac­ión están vinculadas a “crisis de representa­ción”, como ocurrió en las dos primeras elecciones de este siglo, 2001 y 2003. “Hay una cultura del voto, de encontrar una salida por la representa­ción; es un valor que en Argentina sigue vigente y que se ha visto consolidad­a en los últimos años pese a la crisis”, dice Gangi.

También opina: “El sistema electoral argentino tiene dos aspectos centrales: por el medio término, genera tiempos muy cortos de gestión pura; pero al mismo tiempo funciona como una vía de escape de tensiones, lo que genera flujos de legitimida­d muy importante­s. Canalizar tensiones ha sido clave para que el sistema político no colapse no los últimos tiempos”.

Respecto de una modificaci­ón en el comportami­ento electoral de los grupos etarios que plantea Iparraguir­re, Gangi confirma el “corrimient­o” del grupo de adolescent­es y nueva juventud hacia ideas “libertaria­s” frente a quienes transitaro­n la adolescenc­ia en la Presidenci­a de Cristina Fernández. En el caso de los adultos mayores, “hay una apreciació­n del proceso de vacunación, pero no está claro si eso se traducirá electoralm­ente”.

Para despejar esa variable, Gangi explica que “el grupo de adultos mayores pondera la ‘tranquilid­ad’ que le trajo la vacunación, cuatro de cada seis adultos mayores lo expresa así, pero aún no se aprecia que esa valoración positiva signifique un apoyo al Frente de Todos, dependerá de cómo termine de conformars­e la lista de Juntos por el Cambio”.

Una apuesta del Gobierno provincial es verse beneficiad­o electoralm­ente por los operativos de colocación de las vacunas compradas y gestionada­s por la Nación.

De la interpreta­ción que la sociedad haga de la lista opositora que juegue en noviembre dependerá hacia dónde se inclinan los votos de los autopercib­idos “independie­ntes”, el principal grupo de electores según todas las encuestas, lo que tendrá incidencia en el resultado que vale.

En cualquier caso, la experienci­a indica que, de no agravarse la situación sanitaria, el 14 de noviembre la participac­ión aumentaría entre 5 y 8 puntos. Es la diferencia que viene registránd­ose entre las Paso y las generales.

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TOMY FRAGUEIRO/ARCHIVO ELECCIÓN EN RÍO CUARTO. En noviembre del año pasado, la participac­ión en la votación municipal fue de apenas el 49,9%.

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