En lugar de penalizar, especialistas en salud aconsejan incentivar
VACUNACIÓN. La sugerencia de la UIA sobre los trabajadores que no se inmunizan generó polémica. Desde el ámbito de la salud, la mayoría sostiene que la medida más efectiva es la persuasión.
Las declaraciones de los referentes de la Unión Industria Argentina (UIA) generaron polémica en el país. Daniel Funes de Rioja, presidente de la organización, opinó que la pandemia había dejado un saldo negativo para la actividad y sugirió que aquellos empleados que no quieran vacunarse no deberían presentarse a sus puestos de trabajo y, por lo tanto, no tendrían que cobrar. La idea fue para minimizar el riesgo de transmisión del virus dentro del ámbito laboral.
Especialistas en salud aclararon que, tanto en Córdoba como en Argentina, no es representativo el grupo de personas que elige no vacunarse. Y aclararon que, en lugar de penalizar, la mejor estrategia son los incentivos y el acceso a la información sobre los estudios de eficacia y seguridad de las distintas formulaciones que se aplican en el país.
Agregaron que, a diferencia de Estados Unidos o Francia, aquí es minoritario el grupo que milita en contra de estas vacunas. Y que el porcentaje más grande de personas que no accede a estas dosis está comprendido por aquellos que no pueden acceder a un turno o que no fueron convocados todavía, como los menores de 18 años.
Además, plantearon otro dilema ético: las vacunas contra el Sars-Cov2 no son obligatorias porque, en el mundo, han conseguido su autorización en el uso de emergencia. Por lo tanto, no se puede penalizar a quienes no quieran colocársela.
“El salario es un derecho fundamental de las personas que les garantiza, entre otras cosas, el alimento. Creo que sería muy difícil avanzar en ese castigo porque las vacunas contra el Covid-19 no son obligatorias. No es lo mismo que privar a una persona de entrar a un restaurante o a una cancha de fútbol”, explicó a La Voz el físico y experto en bioinformática Jorge Aliaga.
Los especialistas consultados coincidieron en que se puede minimizar el riesgo de infección dentro de un puesto laboral si se cumplen los protocolos: distanciamiento, ventilación y uso de barbijo.
Si el objetivo es mejorar los porcentajes de población alcanzada con la vacuna, para lograr inmunidad de rebaño, habría que incluir en la estrategia a menores de 18 años y trabajar en las barreras en el acceso.
“Creo que es más efectivo incentivar que castigar. La población debe tener acceso a la información, a los estudios de eficacia y seguridad de todas las vacunas. Y saber que, en la historia, esta ha sido una herramienta fundamental para combatir enfermedades como sarampión y poliomielitis”, dijo Soledad Muñoz, bioquímica especialista en bacteriología.
Muñoz agregó que todavía hay personas que tienen intención de recibir la vacuna “pero todavía no entró en su rango etario o no puede hacerlo porque las dosis no están disponibles”. Recordó que los adolescentes son una “fuente de dispersión importante” y que deberían ser alcanzados por la estrategia nacional de inmunización contra el Sars-Cov2, siempre y cuando se dispongan de formulaciones aprobadas para menores de 18 años.
El infectólogo cordobés Juan Pablo Caeiro coincidió en la apreciación:
“Los adolescentes y la población pediátrica deberían ser incluidos en la estrategia, con formulaciones que estén aprobadas para esos grupos. Algunas vacunas han demostrado eficacia del 100 por ciento”.
El especialista coincidió en que la estrategia para mejorar las coberturas debe ser persuasiva. Y valoró los incentivos para quienes acceden a la inmunización.
“Por suerte, creo que en Córdoba tienen todavía muchas ganas de vacunarse. Hay un sector al que todavía no le llegó el turno y otro que no tiene acceso a internet”.
Para minimizar el impacto de la variante Delta, Caeiro sostuvo que todavía hay que trabajar fuertemente en completar los esquemas de vacunación. Argentina debería inmunizar con dos dosis entre el 40% y el 50% de la población para fines de agosto para evitar una nueva escalada, explicó el infectólogo.
Germán Ambasch, infectólogo y miembro del Comité Asesor del Ministerio de Salud de Córdoba, consideró a su vez que “la vacuna va a ser voluntaria; por el momento, no está incluida en el calendario obligatorio”. Y apuntó: “Notamos que hay grupos que rechazaban la vacuna y que ahora la están aceptando. Creemos que al final va a ser mínimo el porcentaje de gente que no se vacune en Córdoba”.
Tenemos que llegar a fines de agosto con el 40% o el 50% de toda la población vacunada con las dos dosis.
Juan Pablo Caeiro
Infectólogo y miembro del Comité Asesor
Hoy hay estudios sobre todas las vacunas que están disponibles. Necesitamos mejorar el acceso a esa información.
Soledad Muñoz
Bioquímica especialista en bacteriología