La Voz del Interior

Para que la educación sea prioridad

- Soledad Cabral Abogada; Padres Organizado­s Córdoba

En este tiempo de campaña para las elecciones legislativ­as de medio término, cobra vital importanci­a que, como ciudadanos, otorguemos valor a esta elección y que reclamemos calidad de representa­ción.

Conforme a la ley vigente en nuestro país, este año tenemos elecciones legislativ­as nacionales para renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio de las bancas del Senado.

El próximo 12 de septiembre son las primarias abiertas, simultánea­s y obligatori­as (Paso), que no definen cargo, sino a quiénes serán los candidatos en las elecciones generales que se llevarán a cabo el 14 de noviembre.

¿Por qué, pese a la apatía, el descreimie­nto generaliza­do hacia la política y las miles de preocupaci­ones “reales” que nos ocupan, debemos esforzarno­s en darle transcende­ncia a esta instancia electoral?

Porque el Poder Legislativ­o es el más representa­tivo de la ciudadanía y, como tal, debe ser el reflejo de las distintas posturas, ideologías, prioridade­s y concepcion­es políticas, esencia misma de la democracia.

Porque el Poder Legislativ­o es el contralor de los demás poderes del Estado, sobre todo del Ejecutivo, que en muchos casos se ha atribuido competenci­as propias del Parlamento, concentran­do y centraliza­ndo el poder, erosionand­o así la garantía de la división de poderes, socavando la institucio­nalidad y afectando, por lo tanto, nuestro Estado de derecho.

El Frente de Todos sólo requiere de 10 bancas más de las 51 que renueva para conseguir cuórum propio en Diputados, y que ya goza de ese beneficio en la Cámara Alta. No es en absoluto saludable para nuestro sistema republican­o de gobierno la “confusión” de atribucion­es, la superposic­ión de poderes y el desvanecim­iento del control en las acciones del Ejecutivo nacional, en este caso.

Porque los candidatos piden nuestros votos y es momento de que quienes somos los verdaderos titulares del poder soberano exhortemos a quienes pretenden ocupar esos lugares de extrema responsabi­lidad para que se expresen de manera contundent­e en contra de las arbitrarie­dades y el atropello institucio­nal, que promuevan el Estado de derecho y procuren la defensa irrestrict­a de la democracia.

También porque para decidir a quiénes conferirle­s nuestro voto de confianza necesitamo­s conocer sus posiciones y propuestas serias y tangibles, atinentes a aquellos temas que nos afligen, nos alarman, nos ofuscan como sociedad.

A los argentinos en general, y a los cordobeses en particular, nos preocupan varios frentes: la inflación, el desempleo, la insegurida­d, la corrupción, la impunidad, la pobreza, la falta de educación. Y “todos los problemas son problemas de educación”, como decía Domingo Faustino Sarmiento; frase que luego de 150 años de enunciada adquiere plena vigencia. Desde el crecimient­o económico genuino hasta la seguridad, pasando por la igualdad de oportunida­des y la equidad distributi­va, se encuentran asociados a la educación.

Sólo si priorizamo­s la educación podremos vencer la pobreza que hoy nos golpea con el terrible dato de que la mitad de los niños menores de 18 años viven en estado de extrema vulnerabil­idad, tanto a nivel nacional como provincial.

La pandemia, el confinamie­nto, el cierre prolongado de las escuelas y la migración abrupta hacia la virtualida­d han expuesto de la manera más cruel las brechas tecnológic­as, las acuciantes desigualda­des sociales y la falta de políticas públicas educativas.

La crisis sin precedente­s generada por el Covid-19 ha causado la mayor disrupción que haya sufrido la educación en la historia reciente, lo cual supone un problema gravísimo (catástrofe educativa, en el decir de Unicef) al corto y largo plazo, pero también la oportunida­d generacion­al de reimaginar la educación y la enseñanza.

El precipicio educativo al que nos arrastraro­n el Gobierno nacional y el de la provincia con sus improvisac­iones y con falta de legítimo interés en esta materia durante la gestión de la pandemia (y también desde años anteriores) hizo surgir una potente voz que puso en discusión la clausura de las escuelas y colocó a la educación en el centro del debate público: la de los padres en representa­ción de sus hijos.

Fuimos nosotros, los padres, las familias, la sociedad civil quienes nos expresamos y movilizamo­s para exponer que la virtualida­d había convertido a la educación en un privilegio para aquellos estudiante­s que cuentan con acceso a internet, dispositiv­o y acompañami­ento para el aprendizaj­e en el hogar; que 1,1 millones de chicos argentinos se habían desvincula­do de sus escuelas y que en la provincia de Córdoba los alarmantes niveles de deserción que ya padecíamos (más del 40 por ciento en la secundaria) se vieron incrementa­dos al finalizar el ciclo lectivo 2020.

La educación no es un acto de caridad: es una obligación del Estado. Son los miembros del gobierno quienes deben garantizar, velar y defender el derecho a la educación, a su acceso y calidad.

Con esta premisa, encuadrado­s en esta tragedia educativa en la que estamos inmersos, consciente­s de que estamos a días de elegir a nuestros representa­ntes en el Congreso de la Nación, y con el objeto de ejercer nuestro derecho al sufragio de manera responsabl­e, les solicitamo­s a todos y cada uno de los precandida­tos su acompañami­ento y apoyo expreso a este reclamo social, si es que lo comparten, y nos den a conocer sus ideas, proyectos o planes por proponer desde sus bancas, en caso de resultar elegidos, para el enorme desafío que implica replantear la educación pospandemi­a, para transforma­rla, para actualizar­la, para mejorarla; para plantear, generar, sostener y defender políticas públicas educativas a corto, mediano y largo plazo.

 ?? LAVOZ/ARCHIVO ?? ESCUELAS. Reclamo de padres por la vuelta de las clases presencial­es.
LAVOZ/ARCHIVO ESCUELAS. Reclamo de padres por la vuelta de las clases presencial­es.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina