Coimas. El fiscal Viaut quedó muy complicado ante el tribunal
En el inicio del proceso oral en su contra, tres imputados reconocieron la acusación. A su vez, unos testigos ratificaron el pedido de dinero para “cajonear” un expediente.
Una audiencia positiva para la acusación fue el saldo de la apertura del juicio contra al fiscal federal de San Francisco Luis María Viaut, su colaborador Darío Fabián “Paco” Rivarola y tres particulares, por supuestas coimas en torno a la gestión del funcionario judicial.
En el Tribunal Oral Federal N° 2 (TOF2) de Córdoba se abrió el debate con el rechazo de un planteo individual de suspensión del juicio a prueba y la sorpresiva confesión de uno de los particulares, lo que llevó a los otros dos “de la calle” a tomar igual postura. Esto pareció dejar en solitario a los integrantes de la Fiscalía Federal de San Francisco, Viaut y el ordenanza “Paco” Rivarola.
En segundo turno, se escucharon los primeros cuatro testimonios que abonaron lo que sostiene la acusación en el primero de los hechos.
El expediente indica que Rivarola pedía dinero al contador Pablo Luis González para que el fiscal Viaut aliviara la situación de este cooperativista de El Tío en la causa de facturas apócrifas, en la que supuestamente el contable estaba comprometido.
González, que fue denunciante y es querellante con el patrocinio del abogado Juan Alberione, ratificó lo que se viene discutiendo y enfatizó en la grabación telefónica que le hizo a “Paco” Rivarola, en la que ofrecía sus servicios para que él “no tuviera problemas”.
En igual sentido declararon un directivo de la cooperativa, un abogado y un contador que estuvieron en contacto con esas acciones ocurridas en junio de 2020, cuando Rivarola habría ofrecido la “gestión” a través de un amigo común con González, Santiago Baudino.
En el segundo hecho, se relata un presunto pago de una coima por 17.100 dólares (equivalentes en ese momento a dos millones de pesos) que habría gestionado Rivarola para que Viaut haga gestiones en la Justicia provincial (donde no es su jurisdicción) para beneficiar a un joven detenido por abuso sexual.
Allí están involucrados como “cogestores” Gerardo Agustín “Coco” Panero y Walter Fattore, quienes hicieron de contacto para que Rivarola le pida a Víctor Hugo “Vitito” Brugnori que efectúe el pago.
Brugnori comentó en la audiencia que posee un campo que heredó. Al comentar que fue “estafado y engañado”, confesó haber pagado para que su hijo saliera de la cárcel. Cuando confirmaron la prisión preventiva, advirtió el fraude, dijo. Según la causa, iba a pagar 250 mil dólares si resultaba apartado de la acusación.
El primero en “levantar la mano” y reconocer los hechos fue Panero, quien pidió disculpas y reconoció plenamente la acusación.
Luego, Fattore eligió el mismo camino, al igual que Brugnori.
En los tres casos, al momento de expresar su arrepentimiento y suplicar perdón, el fiscal Carlos Gonella pidió a los acusados que aclararan si aceptaban el valor de la prueba que integra el expediente. La respuesta positiva implica admitir el hecho como está redactado y con los hechos fijados. En los tres casos, sirve para sostener la acusación para los otros dos acusados.
Estrategias
Por lo que se viene escuchando tras la primera audiencia, la estrategia de los dos que seguirán discutiendo en el juicio es diversa.
En el primer hecho con la cooperativa de El Tío, Viaut desconoce haber sido parte de la negociación que habría emprendido el ordenanza de su tribunal, “Paco” Rivarola.
En el segundo hecho, según trascendió, el fiscal federal aceptaría haber cobrado los 17 mil dólares pero a título de “asesoramiento”, lo que podría valerle “sólo” un reproche ético. Esto es lo que ha venido declarando antes del juicio.
Ambos acusados, Viaut y Rivarola, sí coinciden en algo: ambos pidieron licencias por carpeta psiquiátrica, con goce de haberes.
En lo que resta del plenario, seguirán desfilando testigos, algunos “nuevos”, que ha propuesto la defensa y que podrían ofrecer un enfoque distinto al que ofrece la acusación.
También puede haber cuestionamientos de índole formal a un cuadro probatorio contundente, como la grabación que aportaron denunciantes.