Ante el jurado, Gastón Zárate complicó a Macarrón
“El perejil”, como se lo llamó en su momento, dijo haber escuchado una pelea entre el viudo y la víctima, antes del viaje. La sombra del auto de Rohrer camino a Río Cuarto.
Cuatro años estuvo Gastón Ezequiel Zárate imputado como presunto asesino de Nora Dalmasso (51).
El hombre que trabajaba en la pintura del domicilio donde ocurrió el crimen, declaró ayer como testigo y complicó al viudo, hoy acusado como instigador. Zárate fue el único detenido en el caso. Estuvo apenas unas horas preso.
Pero sostuvo que la causa lo “liquidó”, porque por los antecedentes no le daban trabajo.
En rigor, ya tenía una imputación anterior, por una falsa denuncia de robo de una moto y una acusación de su madre (porque la habría golpeado e intentado ahorcar).
El expintor, hoy de 42 años, dijo que tiene cinco hijos, se dedica a mudanzas y vive con su madre, quien hasta habría vendido una casa y un auto para pagar al abogado y sus peritos. Admite que tiene “otros problemas” legales, por violencia de género. “Siempre me denuncia mi ex”, afirmó.
Ni bien se sentó frente al Tribunal que juzga a Marcelo Macarrón como instigador del crimen, Zárate dijo que la causa en su contra la habrían armado “los policías y (Daniel) Lacase”, el exvocero del viudo.
Aseguró que los investigadores Rafael Sosa, Diego Osorio “y otro”, también llegado desde Córdoba, lo “apretaban” en la esquina de su casa y le decían que él o su amigo, Carlos Curiotti, serían detenidos para “tapar” al verdadero autor.
Según sostuvo, mientras lo interrogaban, los policías dejaban el teléfono encendido y del otro lado de la línea habría estado Lacase.
En 2007, el vocero del viudo fue acusado de pagar el hotel a los investigadores de Córdoba que intervinieron en el caso.
La causa por presunta admisión de dádivas fue archivada por el actual fiscal de Cámara, Julio Rivero.
“Me entregué un viernes (…) y justo estaba el que hoy es jefe de Policía y me dijo que él sabía que yo no era. Por televisión, en la cárcel, vi la marcha”, contó, en alusión al “perejilazo”, la manifestación popular que clamó por su liberación.
“¿Qué más querés que te diga?”, le dijo Zárate al presidente del tribunal.
Y, para sorpresa de muchos, acotó: “Me llamaron varios abogados para defenderme, uno fue (José Manuel) De la Sota y el otro fue Luis Juez. Le dijeron a mi mamá que ellos tenían un staff para defenderme y luchar contra los mafiosos”.
Zárate también sostuvo que es profesional de “Kun Fu norteño”, cinturón negro, y que “hace mucho”, fue “campeón del mundo de artes marciales”.
Acusación y pelea
La declaración más fuerte del eximputado contra el viudo ya había sido formulada en 2016, cuando Macarrón fue imputado como presunto autor material.
Entonces, se sospechaba que había viajado para matar a su mujer tras tener relaciones con ella.
“Lo único que yo escuché y que siempre voy a repetir, es que un día antes de que él se fuera (a Uruguay) lo escuché discutiendo (con Nora). No sé qué discutían, pero él decía que todo se iba a terminar, que se iba a acabar (….). Ella le reclamaba algo, bienes o patrimonio, y él le decía: ya me tenés harto, todo se va a acabar, vamos a cortar por lo sano”, disparó.
Dijo que la pelea se habría suscitado en la cocina (en la planta baja), a eso de las 10. Que él estaba en la pieza de arriba, junto a la ventana, que no tenía vidrios y por la que pasaba cerca la tubería de ventilación de la cocina.
“Embustero total”
Como ya hizo en otras oportunidades en que testigos perjudican su posición, el imputado pidió la palabra tras la declaración de Zárate.
Lo calificó como “un embustero total”. Negó haber discutido con su mujer. Dijo que por la mañana de ese miércoles tuvo cirugías. Aseguró que la ventana tenía vidrios porque si no se hubiera mojado el parqué.
Auto misterioso
En la 15ª audiencia del juicio también declararon Carlos Wiltberg y Juan Silvestre, amigos del imputado que ratificaron haber visto, la noche previa al crimen, un Audi Rural por la ruta 8. “Ahí va Michel (Rohrer)”, coincidieron en afirmar que dijo Wiltberg cuando el auto los sobrepasó, a 160 kilómetros por hora, a la altura de Paso del Durazno.
Rohrer, el empresario al que apuntan los hijos de Macarrón, sostiene que ese fin de semana estuvo en Buenos Aires.
Silvestre dejó entrever que alguien habría modificado su declaración. Porque figuraba que sólo habían hecho alusión a un auto “semejante” al de Rohrer. Agregó que, años después, el empresario le fue a pedir explicaciones sobre lo declarado.
El juicio contra el viudo continúa este miércoles en los Tribunales de la ciudad de Río Cuarto.