Un poco de alivio con la fiesta del fútbol
Córdoba lleva al fútbol en su sangre. La historia de sus clubes, el poderío de la plaza, los jugadorazos que proyectó al país y al mundo y la infraestructura, entre otras cosas, marcan ese perfil futbolero de la provincia.
Por eso, cada vez que uno de sus equipos se presenta, sus hinchas, que confirman una fidelidad sin fin, se movilizan por el color de sus amores. Ni hablar si el que juega es Talleres, uno de los clubes más populares por estas tierras, y mucho más si su rival, como anoche, es uno de los considerados cinco “grandes” del fútbol argentino. Y qué decir si viene este River de Gallardo que siempre promete algo extra por su protagonismo, por su propuesta, por su juego. Y si, como bonus track, la “T” le gana al que es considerado el mejor equipo del país, ya poco puede agregarse.
Como sucede con los millonarios y con Boca cuando desembarcan en una provincia, desde el día antes hay gente que se moviliza para estar cerca de sus ídolos, para ir a hacerles el aguante, como pasó el martes cuando River se instaló en Córdoba. En ese escenario, lo menos que se podía esperar anoche en el Kempes era una fiesta. Así fue, un fiestón que se magnificó para los albiazules con el 1-0.
Entonces, al margen de alegrías y tristezas, era inevitable que la foto de la tapa de la edición de hoy estuviera dedicada a este tema, además del despliegue en todas nuestras plataformas.
Pero es obvio que el fútbol, por más adrenalina que genere y alivio que traiga, es uno más de la cantidad de hechos que se suceden en esta Argentina que propone un frenesí sin respiro. En ese marco, la política nacional continúa signada por lo que pasa alrededor del Consejo de la Magistratura, con las disputas y el fuego cruzado entre el oficialismo y la oposición por la designación de los integrantes del cuerpo. Y en otro capítulo de tironeos políticos, el gas natural para industrias de Córdoba se ha transformado en un nuevo eje de tensión en la relación entre la provincia y la Nación.
Lo menos que se podía esperar en el Kempes era una fiesta, y fue un fiestón que se magnificó con el 1-0 que llenó de felicidad a Talleres.