Pumas vs. ovejas: un proyecto busca saldar un viejo conflicto cordobés
Uno es un emblema de la fauna silvestre, cuya extinción debe ser evitada. Y el ganado de cría es el modo de subsistencia de muchas familias rurales. Una ONG busca alternativas.
Un conflicto “circular” lleva décadas instalado, sin resolverse: el puma silvestre ataca al ganado de cría; el productor mata al puma, pero todo vuelve a empezar, una y otra vez. En ese esquema, todos pierden. Los habitantes rurales que viven de la cría de ovejas o de cabras se perjudican en lo económico. Y la vida silvestre ve reducida la población de uno de sus emblemas en Córdoba, cuya función es indispensable en la cadena de fauna.
El choque de intereses entre ambas partes suma cada año más muertes por “bando” y renueva discusiones. Es, además, uno de los motivos que hacen peligrar la supervivencia del puma.
Ante este panorama, la reserva de flora y fauna Pumakawa, ubicada en Villa Rumipal y referente en Argentina en el manejo y protección del puma, lanzó un proyecto que plantea diversas técnicas alternativas para mitigar esta antigua pugna, que lleva siglos (desde la introducción masiva de ganadería en el país).
Marcos Domínguez, que vivió más de 100 años en las alturas de las Sierras Grandes, con la cima del cerro Negro como su patio, se jactaba (hasta su muerte, años atrás) de haber liquidado a más de 100 “liones”, que atacaban sus corrales.
El dilema se vive en las Sierras pero también en otras regiones del llano cordobés.
Entonces, ¿qué hacemos?
“Nosotros queremos matar al puma, porque nos hace daño, hace lo que quiere. Pero no es fácil agarrarlo y está prohibido matarlo. Mientras tanto, nos sigue comiendo las cabras. Queremos escuchar que nos diga usted cómo se puede solucionar el tema”. El elocuente audio de una mujer de un campo de Sobremonte, en el extremo norte cordobés, desnuda el problema y la necesidad de respuesta.
“Soy un pequeño productor y hace varios años venimos sufriendo la pérdida de nuestra majada por causa del puma; en mi caso teníamos 150 cabras y en este momento no llegan a 20”, plantea en texto un hombre de Pocho, en el noroeste cordobés.
“Soy asesor de un grupo de productores ovinos y queremos ver una solución al problema que no sea necesariamente sacrificar a pumas o zorros, que podrían convivir tranquilamente con la ganadería”, se escucha en otro audio, enviado desde el sur de Córdoba.
A días de haber lanzado la convocatoria, Pumakawa recibió 15 solicitudes de intervención.
“Estamos buscando campos que durante este 2022 hayan sufrido daños a causa del puma para visitarlos, observar la situación y proponer soluciones para ahuyentarlo. Desde hace décadas la técnica que se utiliza es matar al puma y muchos creen que es lo más efectivo, pero el hecho de que el puma siga afectando es una muestra de que esa técnica no es eficiente”, señaló Kai Pacha, responsable de la reserva de Calamuchita. “Para conseguir mejores resultados proponemos cambiar de técnicas”, completa la mujer.
La primera etapa busca plantear el proyecto en emprendimientos de ganado ovino, principal presa del puma. Luego seguirán por caprinos, el segundo en “preferencia”. En menor proporción, el felino también ataca a potrillos. Y rara vez se lanza contra vacas o ganado mayor, según explican los especialistas.
El proyecto se denomina “Cacu”, en honor a una puma nacida en cautiverio en la reserva de Rumipal y fallecida en 2021. En Pumakawa, además de muchos otros animales de fauna silvestre, viven 13 pumas en habitáculos de gran tamaño, rescatados del mascotismo.
Desde 2020 Pumakawa viene trabajando con 150 productores de la Capoc (Cámara de Productores Ovinos de Córdoba). “Cuando planteamos el proyecto nos abrieron sus puertas, entre ellos hay un porcentaje que sufre daño por pumas”, apunta Kai Pacha. “Nuestras estadísticas resaltan que el primer depredador del ganado en Córdoba es el perro cimarrón; en segundo lugar, el puma. Y tercero, el abigeato (los ladrones de ganado)”, agrega.
Luces, perros y vizcachas
Colocar luces en los corrales que los ahuyente, con intermitencia aleatoria para evitar el acostumbramiento, es una de las recomendaciones.
Otra, sumar perros de la raza maremmano abruzzese, burros o mulas protectoras.
La reintroducción de la vizcacha, para ofrecerles otra alternativa de alimento
Para contactar el proyecto. La reserva Pumakawa habilitó el teléfono 3546-569141, para reportar casos de campos de cualquier punto de la provincia con esta problemática. En redes, se puede consultar en @pumakawareserva.
al ganado, es la tercera opción. “Sin estudios previos, la vizcacha fue considerada perjudicial a principios del siglo pasado, y eso contribuyó a su extinción de algunos lugares, e influyó en que el puma atacara más al ganado. Su dieta preferida es la presa silvestre, pero al escasear, va hacia el ganado”, detalla Kai.
Uno de los puntos centrales del proyecto es relocalizar colonias de vizcachas, para lo que se requiere autorización de la Secretaría de Ambiente. El plan para 2022 contempla ocho traslocaciones autorizadas.
“Estamos convencidos de que la convivencia entre producción y vida silvestre es posible”, asegura Kai.
La estrategia de Pumakawa es “proteger al ganado para así proteger al puma” y buscar una buena convivencia que, hasta ahora, nunca se pudo lograr.
El proyecto es financiado por Pumakawa, que recepta donaciones para poder fortalecerlo. A su vez, tienen a la venta un kit de luces intermitentes más económico que otros que se ofrecen en el mercado.
La reserva de Rumipal es una asociación civil sin fines de lucro. Con este plan busca activar alternativas para tratar de mitigar un viejo conflicto, que no muestra ganadores.