La Voz del Interior

Schiaretti está decidido a jugar a nivel nacional

- Julián Cañas jcanias@lavozdelin­terior.com.ar

Asus funcionari­os les baja una línea inalterabl­e: priorizar la gestión y no hablar de candidatur­as. Sin embargo, el gobernador Juan Schiaretti viene dando pasos y señales de que ahora sí está decidido a jugar en el escenario nacional en 2023.

Quien más lo conoce y más tiempo pasa con él, su esposa, la senadora nacional Alejandra Vigo, lo dice con todas las letras: “No sé en qué lugar, pero no tengo dudas de que Juan no se retirará de la política el año que viene. Quiere aportar su experienci­a a nivel nacional”.

De este modo, la senadora peronista alimenta las versiones que señalan que el gobernador no se quedará en Córdoba.

No obstante, Schiaretti también tiene claro sus prioridade­s: no hay futuro político nacional si el PJ no retiene el poder en la provincia.

Con ese convencimi­ento, mientras aceita sus contactos nacionales, Schiaretti no descuida el escenario local. Se muestra cerca del intendente de Córdoba, Martín Llaryora, quien cada vez tiene más allanado el camino para ir por su sucesión en el oficialism­o provincial.

El lunes pasado, el mandatario provincial y el intendente capitalino habilitaro­n el Centro de Encuentro Barrial (CEB) en Estación Flores. Con una inversión de 143 millones de pesos, la gestión schiaretti­sta impulsa estos centros de recreación y capacitaci­ón como un modo de apuntalar la administra­ción llaryorist­a.

Están en construcci­ón otros dos CEB en la Capital, que tienen tareas educativas y deportivas, pero también un objetivo de cercanía con los sectores más vulnerable­s.

Schiaretti y Llaryora mantendrán la estrategia de no adelantar los tiempos de las definicion­es, pero eso no significa que no se muevan pensando en el año que viene. Todo lo contrario. Ambos mandatario­s peronistas apelan al mismo argumento, “mejorar la vida de los cordobeses”, pero todo lo que hacen tiene como fin retener el poder en la provincia y en la Capital.

Hasta ahora, Schiaretti contradice los manuales de la política para quienes tienen fecha de vencimient­o en sus cargos. Viene esquivando el “síndrome del pato rengo”, que significa perder influencia, en la medida que se acerca el alejamient­o irremediab­le del poder.

En ese contexto, Schiaretti les transmite a sus íntimos su ambición de tener protagonis­mo a nivel nacional.

No son sólo palabras: introdujo modificaci­ones en su equipo de comunicaci­ón, donde cada vez tiene más injerencia su amigo, el consultor porteño Guillermo Seita, mientras que su asesor todoterren­o Roberto Sposetti se mantiene cerca, pero más abocado a la gestión provincial. Para apuntar al escenario nacional, Schiaretti se rodeó de nuevos publicista­s y sumó otros encuestado­res.

Un ministro provincial que no participa de la mesa chica schiaretti­sta, pero que suele tener conversaci­ones con el gobernador más allá de la gestión, comentó en privado que lo ve entusiasma­do para jugar en lo nacional.

“A diferencia de 2019, cuando estaba dubitativo, ahora al ‘Gringo’ lo veo entusiasma­do con tener protagonis­mo en el escenario nacional. Quiere aportar en un proyecto que saque al país de esta mediocrida­d. No sé desde qué lugar, pero el año que viene va a jugar. Eso sí, algo es seguro: nunca cerca del cristinism­o”, argumentó el experiment­ado funcionari­o, al que le encanta hablar de política, aunque esté alejado de las disputas por cargos.

La vice, sin el poder de Twitter

En las conversaci­ones entre los peronistas, el nombre de Cristina Fernández de Kirchner siempre aparece. Para Schiaretti, es un tema resuelto. No así para el resto de los gobernador­es peronistas.

La vicepresid­enta tensa la relación con el presidente Alberto Fernández y algunos de los sectores que la apoyan ya hablan de un “operativo clamor” para que vuelva a ser candidata presidenci­al.

No es el plan de Cristina Kirchner, quien apostará a volver a ser senadora por la provincia de Buenos Aires. Aunque intentará influir en la elección del candidato presidenci­al peronista, que, para ella, está claro, no será Alberto Fernández.

Más que gobernar, la vicepresid­enta aspira a tener fueros para esquivar la acción de la Justicia.

Es una de las pocas certezas que tienen los mandatario­s peronistas, varios de los cuales hablan con Schiaretti.

Cristina Kirchner ya no tiene el poder de imponer por Twitter al candidato presidenci­al peronista, como hizo con Alberto Fernández el 18 de mayo de 2019. Ahora se recostará en la porción de poder que le queda, que es la provincia de Buenos Aires. No es poco, pero no le alcanza para ser determinan­te.

En este escenario, los peronistas debaten el futuro inmediato. La mayoría aún mira hacia el Frente de Todos como única alternativ­a, pese a las dudas que siembra la alarmante pelea entre el cristinism­o y el Presidente.

Schiaretti no se anota en esa lista. Su horizonte es lo que denomina el “peronismo republican­o” o una alternativ­a opositora que lo contenga, siempre lejos de los K.

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PRENSA GOBERNACIÓ­N EQUIPO. Llaryora y Schiaretti se muestran cada vez más juntos en la gestión.
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