La Voz del Interior

La UCR se estresa por la “indefinici­ón” de De Loredo

Dos análisis opuestos entre los sectores del radicalism­o que se enfrentaro­n en el último proceso interno, que tuvo una disputa partidaria y una Paso.

- Juan Manuel González jmgonzalez@lavozdelin­terior.com.ar

Cuando el martes en Voz y voto

Rodrigo de Loredo dijo que “internamen­te ya tomó la decisión” de a qué se postulará en 2023, los radicales se pusieron en alerta. Cuando esperaban que goteara alguna pista, el líder de Evolución en Diputados cerró el grifo y alimentó todas las conjeturas.

“Queremos darnos la oportunida­d de ver para qué estamos, qué tan competitiv­os somos, hasta dónde crecemos y en qué lugar nos quieren los cordobeses”, dicen en la estructura de De Loredo, estrategia que tiene como necesidad estirar las definicion­es hasta enero o febrero.

Y agregan, como si hiciera falta remarcar, que “no está descartado ningún escenario”; a saber: candidato a intendente, candidato a vicegobern­ador o líder de un boleta como candidato a ocupar el principal despacho del Panal. “El tiempo es de Rodrigo, veremos para qué está”, sintetizan.

“No hay ‘Rodrigo o muerte’” es la respuesta que ensayan los dirigentes del sector de Mario Negri, quienes advierten que “muchos radicales quieren ganar, y si para eso es necesario que encabece Luis Juez, será con Juez”. Aclaran que “nadie en el partido le va a decir que no a Rodrigo si quiere ir por la intendenci­a”, es la lectura.

Analizan que la indefinici­ón de De Loredo podría llevar al límite la paciencia de Juez, empujándol­o a apresurar una candidatur­a que obligue a las tribus radicales a definirse, bajo la premisa de que “con Juez hay lugar para todos, pero Rodrigo no lo garantiza”.

“De Loredo no quiso que el radicalism­o se encolumnar­a tras su candidatur­a cuando el partido se lo pidió y luego rompió el bloque en Diputados. ¿Por qué ahora sería confiable para el radicalism­o?”, dicen los radicales que creen que Juez es quien debe enfrentar a Llaryora, mientras que De Loredo debe disputar (con más chances, creen) la capital provincial.

La pelea por la lapicera

El estrés en el radicalism­o es tal que en el sector que conduce el partido sospechan que “De Loredo quiere estirar la definición para ser él quien tenga la lapicera” al momento de confeccion­ar la lista.

Recuerdan que “Juez sabe que Negri tiene la lapicera del partido y una cosecha en las últimas dos elecciones de 300 mil votos”, cavando la trinchera con los resultados de las elecciones de 2019 y en las Paso de 2021. “No manejamos las ansiedades de otros espacios. Tenemos la tranquilid­ad de saber que tenemos a un gran candidato que arrastra al 90 por ciento de las bases del partido”, es la réplica en el búnker de De Loredo, donde consideran que una sobreexpos­ición de Ramón Mestre será perjudicia­l para la estrategia de Juntos por el Cambio.

“No hay ánimo de dañar a Juntos por el Cambio con esta indefinici­ón. Se trata de un proceso de prudencia propio para el contexto de una grave crisis. Evolución es parte del radicalism­o, no irá por fuera. Y el radicalism­o es médula de Juntos, que no se va a romper”, lanzan los coroneles de De Loredo, quienes aclaran: “Entendemos las ansiedades, pero no las administra­mos”.

En este escenario, las posibilida­des de que haya una interna cada vez son más lejanas, pero también impera la necesidad de que se defina un reglamento para definir las candidatur­as.

Qué candidatur­as y cuándo y cómo definirlas son las preguntas que traban la redacción del reglamento de la coalición.

La fecha límite

Un reglamento que contemple cargos, modo y fecha de elección de candidatos parece ser la herramient­a para comenzar a “acomodar los melones”, una frase acuñada por Juez y ahora utilizada con frecuencia entre los liderados por De Loredo.

“El reglamento dará a todos los candidatos un mecanismo de salida si las encuestas no logran ordenar una fórmula o si las exceptivas de distintos dirigentes son las mismas”, completan.

En el sector de Negri, el análisis es otro: “Juez y Rodrigo creen que sus candidatur­as se arreglarán en una mesa, pero en el radicalism­o cualquiera puede judicializ­ar la interna, por eso llevar al límite la paciencia del partido es arriesgar la unidad de Juntos por el Cambio”.

En el campamento de De Loredo, creen que la fecha límite debería acercarse a febrero, con un enero de fuertes negociacio­nes.

En el de Negri, en cambio, dicen que la fecha debe dejar un margen político por si la interna se pudre y deban llamar (otra vez) a Bustos Fierro.

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GENTILEZA RECORRIDA. Ayer, el diputado realizó una gira por Punilla.

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