Nacira Muñoz. “No asocio la realidad institucional actual del Inta con el ajuste”
La vicepresidenta del organismo asegura que el instituto podría recuperar autarquía económica para los próximos 30 años. “Hoy tenemos presupuesto y estamos consiguiendo vacantes”, destacó.
Nacira Belén Muñoz proviene del “palo” de los investigadores y, como tal, se pronuncia por dar mayor relevancia –y presupuesto para estas áreas dentro del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), donde acompaña desde febrero al tucumano Mariano Garmendia como vicepresidenta en la cúpula del organismo.
Afirma que el rol del instituto “es contribuir al desarrollo agrobioindustrial con mejora de tecnologías, acompañamiento de procesos organizacionales y generación de conocimiento”, para lo cual debe contar con recursos estables y un presupuesto acorde a su misión.
En diálogo con Agrovoz, Muñoz hace foco en los recursos necesarios para fortalecer al organismo y se niega a asociar “la realidad institucional actual con el ajuste”, en medio de las estrecheces financieras del país.
“Ajuste fue lo que nos sucedió durante el gobierno anterior; nuestro presupuesto era mínimo, con la reducción de personal que hizo el entonces Ministerio de Modernización”, describe. Y lo contrapone con la situación actual: “Hoy tenemos presupuesto, estamos consiguiendo vacantes, se ha regularizado un número importante del personal de planta no permanente a planta permanente”.
Postura “no polarizadora”
En su carta de presentación se declara “muy crítica del concepto de la grieta”, instalado cuando se trata del rumbo y el debate político en el país. “Todo lo que se plantea de modo dicotómico, binario, es siempre excluyente y deja afuera otras formas de pensar, otras oportunidades. La construcción de consenso es fundamental; tenemos muchas más cosas en común que diferencias; es simplemente plantearlo desde una intención no polarizadora”, resume.
Junto con estas definiciones, defiende el rol de la biotecnología como herramienta de progreso. Con la siguiente acotación: “Es una gran oportunidad y una fuerte responsabilidad. Es legítima la preocupación (de la sociedad) y los procesos decisorios se legitiman en comunidad ampliada. El científico solo, la biotecnología sola y el Estado solo tomando decisiones no alcanza”, afirma.
Muñoz también contesta sobre los mandatos ambientales que recaen sobre el agro. “En principio, no pondría a la población urbana versus el campo. Pero sí considero fundamental, si queremos construir un rumbo de sustentabilidad, que lo tenemos que construir entre todos, y ahí tenemos responsabilidades compartidas y diversas”.
Formada en Córdoba
A punto de cumplir 40 años, Muñoz es sanjuanina de nacimiento y cordobesa por adopción. Aquí transcurrió la mayor parte de su vida y su formación académica: es bióloga y doctora en Biología, egresada de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba.
Su tarea como investigadora tuvo recorrido en el Centro de Investigaciones Agropecuarias (Ciap), con sede en Córdoba. Es uno de los seis centros de investigación con los que cuenta el Inta, junto con sus 15 centros regionales.
Desde aquí pudo encaminar sus formaciones de posgrado, incluido un posdoctorado en China (enfocado en los procesos fisiológicos y el uso eficiente de los nutrientes en el cultivo de soja).
“Decir que uno de los seis centros de investigación del Inta está en Córdoba (sin contar los que dependen del Centro de Investigación para la Agricultura Familiar, Cipaf) tiene mucho valor y masa crítica junto con las universidades para la generación de conocimiento”, destaca.
Desde este trampolín, construyó su carrera; y ahora, desde su cargo como vicepresidenta, pone el acento en reforzar los recursos “para darle continuidad y previsibilidad” al instituto.
Proyecto Finta
Uno de los focos principales está en el proyecto Finta (Fondo Fiduciario del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), que fue reflotado en el Congreso y es encabezado por el diputado santafesino Marcos Cleri, del Frente de Todos.
“El Inta podría lograr su autarquía financiera”, dice Muñoz y pone de relieve la orientación de este proyecto, que busca consolidar por el término de 30 años las actividades en ciencia, tecnología e investigación.
Esto a partir de recibir un porcentaje del fondo nacional de tecnología agropecuaria, y por acuerdos con otros organismos e inversores.
“Tenemos avanzada la gestión de un crédito del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Birf), como parte del programa del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, que en el caso del Inta nos permitiría mejorar algo de la infraestructura”, agrega.
Refuerzo para salarios
El presupuesto del instituto estuvo entre los puntos tratados durante el primer encuentro del consejo directivo con los titulares de todos los centros regionales del país, a principios de este mayo. Allí se anunció que el organismo contará en esta primera parte del año con una cuota para salarios de cuatro mil millones de pesos y un refuerzo adicional de 1.100 millones de pesos.
“Hicimos mucha referencia a la importancia de participar como Inta en la definición de instrumentos legislativos”, anota Muñoz. En esta lista ubica la ley para el cultivo de cannabis con fines medicinales, recientemente aprobada, y una futura normativa sobre fitosanitarios, “un tema que preocupa a todos los territorios”.
Al respecto, Muñoz admite que el Inta está preparando un documento, en principio de uso interno, con la participación de expertos, orientado a trabajar sobre una ley nacional de fitosanitarios.
El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, también le solicitó al organismo trabajar en un plan nacional de buenas prácticas agrícolas, con mayor amplitud del que aplica el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) en productos hortícolas y frutales.
Los procesos decisorios se legitiman en comunidad ampliada. El científico solo, la biotecnología sola y el Estado solo tomando decisiones no alcanza.