Disputas y humor social
Nada ilustra mejor la dificultad para lograr consensos en la Argentina que la eternamente aplazada nueva Ley de Coparticipación Federal. Está pendiente desde 1994, cuando se reformó la Constitución Nacional, y ese largo paréntesis que no se cierra se halla en el origen de muchas tensiones entre la administración nacional y las provinciales.
Por razones políticas o económicas, Córdoba ha sido una protagonista privilegiada de esas disputas, más allá de que estas surgieron de diferencias en la coparticipación o en los envíos discrecionales de los llamados aportes del Tesoro nacional (ATN). Ahora Finanzas de la Provincia –y es nuestro título de tapa– revela que la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) le debe 48 mil millones de pesos a la Caja de Jubilaciones.
También en la sección Política mostramos cuáles son los problemas que más inquietan a los cordobeses y generan un humor social negativo, peor que el que imperaba en plena pandemia. El pesimismo es generalizado: el 80 por ciento de los encuestados cree que en un año estará peor que en el presente.
“La desesperanza se vincula con la situación económica puntual, que es la inflación, pero para entender la falta de perspectiva hay que agregar una segunda cuestión, y es que llevamos una estanflación de más de una década. Es mucho tiempo con una situación jodida”, afirma el consultor Sergio Berensztein. No es extraño que del malhumor social emerjan extraños monstruos políticos, con propuestas que parecen situarse en el borde inferior de la democracia.
En el Primer plano, nos ocupamos de lo que el censo nacional puede revelar sobre la provincia de Córdoba, con una muy interesante entrevista al demógrafo Lisandro González y testimonios de cuatro censistas.
La foto de tapa homenajea a las primeras conductoras de trolebuses, una actividad en la que Córdoba aplicó la paridad de género antes de que estuviera en la agenda política cotidiana.
No es raro que del malhumor social emerjan extraños monstruos políticos, con propuestas poco democráticas.