Chile: la Convención Constituyente pisa el acelerador en la recta final
La Asamblea vota las últimas normas del proyecto que presentará a los chilenos en reemplazo de la Carta Magna impuesta por la dictadura de Augusto Pinochet.
La Convención Constitucional chilena votó ayer las últimas normas del borrador de constitución que propondrán a los chilenos para reemplazar a la impuesta por la dictadura militar de Augusto Pinochet Ugarte hace 41 años, la que postula que “Chile es un Estado plurinacional e intercultural’’.
La propuesta reconoce por primera vez a nivel constitucional la existencia de 11 pueblos originarios, en un país en que los indígenas son el 12,8 por ciento de los 19 millones de chilenos.
Entre las más de 400 normas propuestas por los convencionales, hay varias que despiertan controversia entre los chilenos, como la que elimina el Senado, la que crea sistemas de justicia paralelos –uno nacional y otro indígena– y la exigencia de paridad en las direcciones de órganos públicos y semipúblicos.
Además proponen nuevos derechos fundamentales, entre ellos el derecho a una vivienda digna; al trabajo decente; a la remuneración equitativa, justa y suficiente, y a una igual remuneración por igual trabajo.
El proceso constitucional chileno surgió de un acuerdo político transversal en noviembre de 2019 después del estallido social y las masivas protestas contra las desigualdades. Casi un año después, el 78 por ciento de los chilenos votó por cambiar la Constitución.
Los 155 redactores de la nueva Carta Magna, la mayoría de izquierda, fueron elegidos hace un año y ayer votaron las últimas normas del proyecto que los chilenos aprobarán o rechazarán en un plebiscito el 4 de septiembre. Si es rechazado, seguirá vigente la Constitución impuesta por el dictador Augusto Pinochet.
Los convencionales dejaron una gran cantidad de normas enunciadas y, de ser aceptadas, deberá implementarlas el Congreso.
Tierra para todos
Esta semana, el gobierno del presidente Gabriel Boric, continuando con la política vigente, anunció que este año se destinarán 40 millones de dólares a la compra de tierras para entregar a indígenas, cifra que subirá a 86 millones de dólares en los años siguientes.
Los convencionales aprobaron por más de dos tercios, al igual que las restantes normas, un artículo que pone fin al Estado subsidiario vigente y lo reemplaza por un “Estado social y democrático de derecho’’. Además, aprobaron otros artículos que señalan que la chilena será una “democracia paritaria’’ y que el Estado deberá promover “una sociedad en la que mujeres, hombres, diversidades y disidencias sexogenéricas participen en condiciones de igualdad sustantiva’’. También aprobaron una norma que indica que todos los órganos del Estado, “empresas públicas y semipúblicas deberán tener una composición paritaria que asegure que al menos el 50 por ciento de sus integrantes sean mujeres’’.
Desde el próximo martes, funcionarán las comisiones de Armonización –para hacer más pulcra y coherente la propuesta– y de Normas Transitorias, que fijarán los plazos para pasar de la actual institucionalidad a la nueva.
Boric, a favor
Hasta marzo pasado, varias encuestas señalaban que la mayoría de los chilenos aprobaba la propuesta constitucional en el plebiscito. Sin embargo, las cifras comenzaron a cambiar en mayo, cuando un sondeo de Plaza Pública Cadem indicó que un 48 por ciento de los consultados dijo que la rechazaría y que un 35 por ciento la aprobaría. Otras empresas entregaron porcentajes similares.
“Yo no acepto que a la Convención se les meta a todos en el mismo saco por las tonteras que han hecho un par de convencionales’’, dijo Gabriel Boric a comienzos de mes, y agregó: “Mi opción personal es que tengamos una nueva Constitución el 4 de septiembre’’.