España. Una vuelta por Gran Canaria
La isla de Gran Canaria es uno de los destinos turísticos más importantes. Su fortaleza es el excepcional clima en cualquier época del año y la diversidad de paisajes a corta distancia.
Más cerca de África que de la Península Ibérica, la isla de Gran Canaria pertenece al archipiélago de la Comunidad Autónoma de Canarias en Las Palmas. Fue bautizado como el “continente en miniatura”, ya que en un día es posible recorrer las extensas costas, atravesar el desierto de dunas, explorar valles y bosques subtropicales y vivir la cultura a flor de piel.
La energía de verano eterno es bandera en la isla. Más allá del contexto natural, desde el primer paso los visitantes se envuelven del carácter optimista y hospitalario de los canarios, quienes hacen propio un ritmo de vida relajado y festivo. En sus 1560,1 km2 propone numerosas experiencias: náuticas, de aventura, deportivas, rurales, urbanas o el simple hecho de estar frente al mar.
Arriba las palmas
Gran Canaria junto con las islas de Lanzarote, Fuerteventura, La Graciosa y otros cinco islotes forman la provincia de Las Palmas. La capital es Las Palmas de Gran Canaria, fundada en 1478 y con un gran patrimonio histórico y cultural. La primera parada citadina es el barrio Vegueta.
Caminar sus calles permite detenerse en capítulos importantes, como la ermita de San Antonio Abad, la plaza Santa Ana, el Obispado, la Casa Regental y la Catedral de Santa Ana son sólo algunas de las huellas históricas que permanecen hace cinco siglos.
Además, Vegueta acoge museos como la Casa de Colón, donde se puede conocer de cerca su viaje a América y su estancia en la ciudad. También el Museo Canario, el Museo de Arte Sacro, el Centro Atlántico de Arte Moderno. Otra parada interesante es la zona residencial de Tafira, donde se ubica el Jardín Botánico Viera y Clavijo, con cientos de plantas, árboles y extrañas flores del Archipiélago.
No es menor que desde 2005 la mitad occidental de la isla Unesco la declarara Reserva de la biosfera.
De playa en playa
La vida en la playa es y será la principal y más deseada actividad. En plena ciudad nos topamos con Las Canteras, tres kilómetros de arena rubia y paseo con todo tipo de servicios: hoteles, restaurantes, bares y terrazas. El movimiento y la diversidad de idiomas en la costanera se detienen a la hora de la caída del sol. Vale la pena.
Otra opción es La Bahía de El Confital, que se abre a los pies de las montañas como prolongación del mar. El paisaje es rocoso y árido y el oleaje ideal para el surf. Para quienes gustan de playas más tranquilas y familiares, Puerto Mogán en el sur es la combinación perfecta de agua calma azul y arena fina.
Allí se practican actividades deportivas como el kayak, el buceo, la pesca de altura o el paddle surf. A su vez, propone un paseo marítimo con propuestas gastronómicas que se destacan por el pescado fresco. Hacia el puerto se encuentra un laberinto de canales pintorescos con casas coloridas, pasadizos repletos de flores y el refugio de los barcos de pesca.
Si de diversidad se habla, la Reserva Natural de las Dunas de Maspalomas está constituida por tres ecosistemas: el Palmeral, la Charca y las Dunas.
La zona no solo es conocida por su enorme campo de dunas y buen clima, sino más bien por su kilométrica extensión de playa. Los turistas se mezclan en sus orillas con tramos solitarios y aislados aptos para nudismo. Playa del Inglés y Meloneras ofrecen gran número de hospedajes, y opciones de ocio para el día y la noche.
Caminar hacia las dunas, subirlas y esperar el atardecer será inolvidable. Una maravilla natural que invita a contemplar el desierto frente al mar.
En la Caldera de Bandama, al noroeste, está el cráter de un volcán dormido de un kilómetro de diámetro y 200 metros de profundidad. De su interior salió la lava que formó el pico Bandama, desde el que se obtiene una panorámica privilegiada.