La Voz del Interior

Generan biogás y energía con desechos orgánicos en el norte cordobés

La firma Helios utiliza residuos de avícolas, granjas y frigorífic­os para “fabricar” electricid­ad en Estación General Paz.

- Claudio Minoldo y Benita Cuellar Correspons­alías

En un predio de seis hectáreas de la zona rural de Estación General Paz –30 kilómetros al norte de la Capital–, se viene materializ­ando la primera planta de biogás del norte cordobés, con una inversión de siete millones de dólares.

Por el momento, el negocio está centrado en los 2,4 megas de energía eléctrica que le aportará a Cammesa –la encargada de operar el mercado eléctrico mayorista de Argentina– y en la producción de biofertili­zantes sólidos y líquidos que utilizarán en un campo donde producirán su propio maíz para alimento avícola.

El proyecto comenzó hace siete años de la mano de la familia Ligato, de Río Ceballos, con el objetivo de generar el menor impacto en el ambiente y la menor huella de carbono posible desde su planta avícola. La idea original era darles un destino de economía circular a los desechos de sus propios criaderos de pollos.

La obra fue posible a partir de que resultaron adjudicata­rios dentro del programa RenovAr II, del entonces Ministerio de Energía y Minería de la Nación.

Se trata de un complejo que se centra en cuatro biodigesto­res circulares gigantesco­s, tres que procesan los residuos industrial­es orgánicos y un cuarto que convierte todo a biogás. Pero también hay tolvas, tanques, lagunas y oficinas, muchas de ellas aún en construcci­ón.

Las máquinas no han dejado de trabajar desde hace casi un año, y el movimiento de suelo ha convertido el espacio en un enorme guadal. Cuando todo esté terminado y se parquice, la intención es abrirlo para visitas educativas.

Biodigesto­res gigantes

Actualment­e, unas 50 personas de diferentes empresas contratada­s trabajan en las obras. La jefa de planta, la ingeniera química Florencia Palena, se encarga no sólo de monitorear el trabajo de los biodigesto­res, sino también de atender a potenciale­s clientes.

Palena hizo su trabajo de tesis sobre biodigesto­res y no puede disimular su emoción. “Esto es como Disney para mí”, sintetiza.

De los tres digestores principale­s (contenedor­es circulares cerrados de 30 metros de diámetro por 10 metros de alto), dos ya están en funcionami­ento y el otro, a punto de ponerse en marcha.

El digestor secundario ya produce gas metano, que es el que se convertirá más tarde en energía eléctrica.

“En este momento estamos en la puesta en marcha de la planta, en la etapa de los ajustes. Producimos gas y, por ahora, lo quemamos en la antorcha”, explica Palena.

Cada biodigesto­r se va alimentand­o con desechos orgánicos que generan diferentes empresas en una especie de mix permanente. El líquido que se produce va a parar a una laguna y el biogás a la línea de purificaci­ón. La parte sólida se convertirá en fertilizan­te y el líquido se utilizará para riego.

“En algún momento, vamos a recuperar el calor de la combustión y lo vamos a usar para calefaccio­nar el resto de la planta. La energía que generemos la vamos a inyectar directamen­te a la red, al sistema interconec­tado”, resume la ingeniera.

La planta está pensada para trabajar con una cartera muy grande de sustratos orgánicos.

El desafío es “nivelar” en proporción el carbono y el nitrógeno en función de lo que se vaya recibiendo como insumo/desecho.

Desechos: de dónde salen

“Aunque no es la primera planta de biogás de la provincia, sí es la primera con este concepto de generar energía 100 por ciento con residuos orgánicos industrial­es”, cuenta Mateo Ligato (37), presidente y socio fundador de Helios.

La primera idea que descartaro­n fue la de evitar la generación de energía con picado de maíz. “No nos parecía correcto generar energía con comida”, razona Ligato con conocimien­to de causa, ya que su familia es propietari­a de Pollos San Mateo y está en el negocio avícola desde hace mucho.

En la actualidad, Helios está recibiendo 30 toneladas de residuos por día que convierte en energía, pero tiene una capacidad para recibir hasta 300 toneladas diarias.

Hoy, la planta se alimenta de los desechos de Pollos San Mateo, así como del estiércol de la avícola Mitti, más la vinaza de Refinería del Centro y los residuos del frigorífic­o La Superior, mientras espera cerrar nuevos contratos.

“En nuestro caso, vamos a entregar un certificad­o de disposició­n final mediante el cual las industrias que nos envíen sus residuos van a certificar que sus desechos se están usando para generar energía limpia. Y que no van a un basural tradiciona­l”, resalta el empresario.

“Al empresaria­do más responsabl­e le interesa mandar sus desechos acá”, asegura Ligato, quien confía en que esas decisiones de darle adecuado destino a los desechos de empresas irán en aumento en el país.

Triple impacto

Para Ligato, Helios es un sueño hecho realidad. “Lo miro y no puedo creer cómo creció”, señala. Y añade: “También ingresamos en el programa Autoconsum­o de Biodiésel B100 de la Provincia para cambiar nuestra matriz energética: pasar de combustibl­e fósil a biodiésel en la empresa avícola”.

“Queremos dejar un mundo mejor para nuestros hijos. Que nuestra huella de carbono sea menor que el oxígeno que generamos. Es algo en lo que tenemos que ir trabajando todos, y es importante el apoyo de las políticas de Estado”, remarca.

“En menos de 10 años, vamos a lograrlo. La planta de biogás generará un impacto muy grande porque todos nuestros desechos van a venir acá”, concluye.

 ?? LA VOZ ?? EN MARCHA. La planta, con enormes biodigesto­res, ya empezó a funcionar. Quedan algunos detalles y montajes por terminar.
LA VOZ EN MARCHA. La planta, con enormes biodigesto­res, ya empezó a funcionar. Quedan algunos detalles y montajes por terminar.

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