El nuevo Talleres y la necesaria identidad
Más allá de que el Mundo Talleres vivirá la parte final del semestre en modo Copa Libertadores, donde el martes tuvo una noche soñada, el 6 de junio se iniciará la Liga Profesional y a los pocos días continúa la Copa Argentina.
Sus retos para dentro de pocos días ya fueron fijados: necesita recuperar el protagonismo perdido en la Copa de la Liga Profesional (terminó en el puesto 26 de los 28 equipos de la categoría) para poder defender el tercer puesto en el torneo 2021 que le permitió seguir siendo internacional (lo es en este 2022 por haber sido tercero en Tabla Anual 2021 y en la actual está a 10 puntos) y continuar en la Copa Argentina (está en 16avos y debe enfrentar a Chaco For Ever), de la que viene de ser subcampeón.
¿Cuál será el medio? Se entiende que será la identidad de juego. Lo mejor de cada Talleres que vio la luz de la era Andrés Fassi fue por saber a qué jugar para imponer condiciones más allá de rivales y cancha. Fueron esos Talleres con planteles comprometidos (los que se obligaron a estar a la altura o más), formados a tiempo o casi, por una directiva ejecutiva, sin dilaciones y entrenadores que supieron maximizar virtudes y minimizar defectos en el juego del equipo, de los jugadores y de ellos mismos. En síntesis, ese Talleres que se perdió en los primeros 60 días del año, que no tuvo plan B (en especial en la elección del sucesor de Alexander Medina) y que se buscó recuperar desde entonces.
Ese Talleres con identidad, del que empezó a hablar el entrenador Pedro Caixinha en Perú, durante la conferencia previa al juego con Sporting Cristal. El mismo DT al que habrá que reconocerle uñas para guitarrero ya que con poco logró llevar a la “T” a no hacer sapo en su reaparición en la Fase de Grupo y poder definir un 11 al fin, sin disfrutar de jugadores importantes (caso Valoyes y de refuerzos como Oliva). El mercado –el internacional que se abrió el lunes y el local que arranca el domingo– será lo que permitirá eso ya que habrá poco descanso y lapsos exiguos para cambiar la realidad física que lo vio asumir con “nueve lesionados”. Nada más y nada menos.
Para ese Talleres que juegue igual en el Kempes y fuera de él (”Si no ganás de visitante; no crecés como equipo”, dijo el DT sobre un aspecto en el que la “T” fue el peor de todos) se necesita de un mercado ganador por parte de Fassi, quien prometió seis o siete refuerzos “importantes”. Ahí están comprendidos un central que pueda ser salida, tenga pase largo y un tiempista (todo eso se perdió con la salidas de Tenaglia y antes de Hincapié) y un lateral con llegada que marque y pese en ataque como lo hace Enzo Díaz. ¿Más? Sí, un volante creativo o dos si se termina yendo Juan Ignacio Méndez y un delantero que pueda retrasarse para poder crear espacios o que tenga desborde (como era Auzqui, que podía activar a Fértoli, por caso). Es costoso, pero es lo mínimo que se necesita –sin pensar en la salida de Valoyes o de Díaz o Villagra o Girotti– para lograr esa identidad tan ansiada. Más caro será un desempeño como en el del primer torneo del año.
Hugo García hgarcia@lavozdelinterior.com.ar