Separaciones. ¿Cómo se calcula ahora la cuota alimentaria de los hijos?
Especialistas explican los ítems que se tienen en cuenta en este momento a la hora de calcular los gastos y qué factores afectan al porcentaje que deberá aportar cada progenitor.
Cuando una pareja se separa, además de cargar con el dolor emocional que ello implica, debe comenzar a pensar una nueva configuración familiar. Cuando hay hijos, esto suele ser en un inicio algo confuso y abrumador.
Quienes se dedican a intervenir en este tipo de situaciones aseguran que con el asesoramiento adecuado y si hay buena voluntad y ambas partes buscan poner el foco en el bienestar de los hijos, puede resolverse sin conflictos. Esta asesoría puede ser a través de abogados particulares o asesores estatales de Tribunales de Familia.
En un principio deben resolver tres cuestiones básicas: cómo se conformará la cuota alimentaria, cómo se hará la división de bienes de la pareja y cuál será el régimen de comunicación con los hijos. Hay otra figura que puede intervenir en la separación, en caso de que alguna parte lo reclame, que es la compensación económica que se da en el caso de que uno de los progenitores se dedicó más a las tareas domésticas y por ello perdió posibilidades laborales o de estudio, entre otras cuestiones.
Las especialistas reconocen que hay mucho desconocimiento sobre los derechos y obligaciones que le corresponden a cada padre respecto a estos ítems. Desde hace unos meses el caso del cantante Paulo Londra y su expareja volvió a traer el tema a la agenda pública.
Pero la pareja famosa es una más de las miles que pasan por este proceso y cada una tiene economías diferentes, rutinas y características diferentes que hacen que cada acuerdo sea único .
Algunos lo arreglan de palabra, otros buscan abogados y acuerdan un sistema que luego es homologado en la Justicia -que es lo más recomendado-, y otros, al no ponerse de acuerdo, llegan a tribunales. Allí un juez analizará la situación y tomará la decisión que crea más correcta.
El ítem que es más urgente a la hora de la separación es la cuota alimentaria, ya que los hijos deben cubrir sus necesidades sin dilaciones. Y si bien cada caso es singular, la forma de cálculo se basa en factores iguales para todos.
¿Cómo se calcula la cuota?
“Cuando hablamos de cuota alimentaria, nos referimos a las necesidades de las personas de 0 a 21 años que deben ser cubiertas por sus padres o tutores. Para ello primero se debe calcular cuánto gasta ese o esos hijos por mes”, explicó Luciana Ulla, abogada de familia.
Para ese cálculo se tienen en cuenta los siguientes ítems: salud (obra social si la tuviere o el costo de algún tratamiento que el niño haga); educación (cuota del colegio y/o de actividades extraescolares); la alimentación propiamente dicha (que incluye alimentos, bebidas, vestimenta, higiene personal); gastos de vivienda (todos los servicios como luz, gas, agua sumado a otros servicios como cable, Netflix, Spotify) y esparcimiento. Incluso se tienen en cuenta gastos extraordinarios, por ejemplo un viaje de estudio o una fiesta de egreso, entre otros.
Para hacer ese cálculo recomienda anotar esos gastos durante un mes de una familia que luego se hará proporcional a la cantidad de hijos. Por ejemplo, si en la casa quedaron viviendo la mamá y dos hijos, el importe del servicio de luz que se sumará como gasto común será dos tercios del monto total.
“Si no hay acuerdo en ello, se hace un cálculo usando los índices de la canasta básica y también se investiga la capacidad de pago de los progenitores, en caso de que haya alguno que sea reticente a aportar o que oculte sus ingresos”, aclaró Marcela Menta, jueza de Sexta Nominación de los Tribunales de Familia de Córdoba.
Paola Dauría, abogada de Familia, explicó que una vez que se tiene el número de cuál es el gasto total de ese niño o esos niños, hay que analizar cómo se paga.” El Código Civil indica que el sistema es igualitario, es decir que ambos progenitores tienen una obligación igualitaria para solventar los gastos”, indicó.
Lo que las profesionales aclaran es que en ese primer monto, supongamos que sea de 100 mil pesos, en principio deberá ser cubierto en un
Para calcular el monto de la cuota se suman: alimentos, vivienda, salud, educación y esparcimiento.
La cuota alimentaria no tiene que ver con la división de bienes, pero es bueno que se tramiten al mismo tiempo.
Luciana Ulla
Abogada de familia
Acudir a abogados en estos casos sirve para encontrar herramientas para una nueva configuración familiar. Paola Dauría Abogada de familia
El porcentaje de la cuota dependerá de la capacidad económica de los padres y del régimen comunicacional.
50% por cada progenitor. Sin embargo, ese porcentaje se modificará según los siguientes factores: la capacidad económica de los progenitores y el sistema comunicacional que adopten.
Si hay uno de los progenitores que se ocupa más tiempo de los hijos, esas tareas de cuidado son tomadas como un aporte a la cuota alimentaria, por lo tanto ese 50% inicial será menor para quien pase más tiempo con los niños. Por ejemplo, si el papá sólo los ve fin de semana de por medio y duermen una sola noche semanal con él, su aporte deberá ser mayor, ya que la otra progenitora tiene a su cargo más tareas de cuidado, higiene, de preparar la comida, las tareas, etcétera.
Esta fue una incorporación novedosa con el cambio del Código Civil y Comercial en 2015 en el que se les asigna un reconocimiento monetario a esas tareas de cuidado.
El segundo factor que podrá variar el porcentaje de la cuota son los ingresos de los progenitores. Si uno de ellos gana, por ejemplo, tres veces más, pues deberá aportar más a los gastos de sus hijos. “Para ello necesitamos saber si los progenitores trabajan en blanco o en el sector informal, si es independiente qué categoría de monotributo tiene, si es dueño de inmuebles o alquila”, agregó Menta.
Régimen de cuidado
El régimen comunicacional o de cuidado, también llamado “plan de parentalidad”, deberá ser acordado entre las partes de acuerdo a la situación de cada familia. Están quienes comparten el cuidado de sus hijos al 50% compartiendo con ellos igual cantidad de días al mes, de llevarlos al colegio, a sus actividades extraescolares, ayudándolos con sus tareas, y hay otras familias que por distintas circunstancias deciden optar por otros regímenes: como por ejemplo de lunes a viernes con uno de los padres y fines de semana con el otro y tantas otras combinaciones posibles, según lo que ambos crean más adecuado para sus hijos y la etapa por la que transcurren (no es lo mismo un bebé que un niño de 10 años que uno de 18).
Esto repercutirá también en la cuota alimentaria. Un dato para tener en cuenta es que estos acuerdos pueden variar a medida que las situaciones familiares cambien, ya sea porque los hijos crecen y tienen otras necesidades y gastos o porque algún progenitor se muda a un lugar más lejos, entre otros factores.
“El acuerdo se puede actualizar a lo largo del tiempo. A veces incluso se homologa en lo que están de acuerdo, supongamos, régimen comunicacional y van a juicio sólo por la cuota”, aclaró Luciana Ulla.
“Se dio con más frecuencia después de la pandemia que los padres separados comenzaron a compartir más los cuidados de los hijos. Ahora, que el cuidado sea compartido no significa que no vas a tener que pagar una cuota, ya que se debe asegurar la misma calidad de vida de esos niños en uno y otro hogar. Esto sucede cuando los ingresos de los padres son desiguales”, dijo Menta.
Modalidad de pago
La modalidad de pago de la cuota también deberá ser acordada entre las partes. Para establecer actualizaciones no se establece un monto fijo, sino que se acuerda el equivalente a X cantidad de salarios mínimos. Como ese índice se va actualizando de manera oficial a lo largo del año, entonces no requiere hacer nuevos acuerdos cada vez que los precios suben.
“Se puede realizar un depósito una vez al mes, o dividirse los gastos, por ejemplo uno paga la escuela y la obra social y el resto los impuestos y alimentos. Esta última modalidad es recomendable si se sabe que el otro progenitor es cumplidor, sino conviene el monto fijo por mes”, aclaró Dauría.
Las profesionales enfatizaron que el objetivo debe ser siempre el bienestar superior de los niños. “En una planificación familiar hay un compromiso, una obligación filial que como madre o padre estoy obligado a cumplir. Tener hijos conlleva derechos y obligaciones”, explicó Menta.
Luego agregó: “La falta de trabajo o las pocas posibilidades laborales no se traducen en un justificativo para no pagar la cuota alimentaria. El mayor esfuerzo es de los padres, no de los hijos”.