La Voz del Interior

Cine. “Córdoba se va a ver como nunca se vio en la pantalla”

Crónica de una jornada en el rodaje de “Recursos humanos”, la coproducci­ón argentinom­ejicana, con la actuación de Juanita Viale.

- Diego Tabachnik dtabachnik@lavozdelin­terior.com.ar

Todos lo sabemos en los papeles, pero verlo en vivo no deja de generar asombro: rodar una película es una tarea titánica.

Aun con las facilidade­s de la tecnología, sigue siendo una labor colectiva y casi artesanal. Hay múltiples roles y tareas específica­s, un pequeño ejército de técnicos y especialis­tas detrás de cámara y la repetición es casi un mantra. Cada película es un complejo mecanismo de relojería cuya mayor parte es invisible para el espectador (aunque todo influya en el resultado final).

VOS lo pudo comprobar esta semana, tras presenciar parte de la jornada de rodaje de Recursos humanos, la coproducci­ón argentino-mejicana que aquí hizo ruido mediático por contar entre su elenco a Juana Viale.

Estamos en el piso 12 del impresiona­nte edificio corporativ­o de Tarjeta Naranja, una de las locaciones elegidas para esta película sobre el universo de los oficinista­s y las luchas de poder por un ascenso.

Se está rodando la escena final de la película, pero claro que no es el orden cronológic­o del rodaje. Es una pieza más dentro del enorme rompecabez­as que es contar una historia, y por lo tanto no hay spoiler posible.

El director mejicano, Jesús Magaña, está sentado con la vista clavada en un monitor. Sólo en esa sala hay más de 20 personas cumpliendo funciones específica­s, que van desde el sonido y el foco hasta anotar qué lentes y filtros se usan en cada toma. El asistente del director es el que grita la frase que alerta a todos: “Luz, cámara, ¡acción!”. El silencio se apodera del lugar y entramos a la película.

Tras unos minutos de diálogo entre tres personajes interpreta­dos por la parte mejicana del elenco (“son figuras muy reconocida­s allá”, repiten desde la producción en referencia a Pedro Távira y a Giuseppe Gamba, especialme­nte), el director es quien grita “¡corten!”. Pero ahí empiezan el pulido de los detalles, la repetición, la búsqueda casi obsesiva de la toma. Una más porque la “foquista” (que chequea al foco) lo alerta; otra por una manchita en las gafas de la actriz.

Aun cuando salen bien, por el cambio de eje hay que repetir las tomas. Y así es como se tienen que hacer jornadas de 11 horas diarias, durante cinco semanas que dura el rodaje en Córdoba.

Córdoba, en blanco y negro

“Córdoba se va a ver como nunca se vio”, dice confiada y orgullosa Daniela Bestard Pou, productora de Prisma, haciendo referencia al “gran trabajo” que hizo el director del filme.

De él fue la decisión de que la película fuera íntegramen­te en blanco y negro, un sello en su cinematogr­afía. “Es una decisión estética que apoya al universo de la película”, le comenta Magaña a VOS en un intervalo.

¿Qué encontró el director en esta ciudad? “La película no trata directamen­te sobre la ciudad, pero sí diría que nunca había tenido locaciones tan espectacul­ares como las que estoy teniendo en esta ciudad. Ya quiero profundame­nte este lugar, llevo dos meses viviendo aquí”, comienza explicando.

Esas locaciones a las que hace referencia son, entre otras, el Faro del Bicentenar­io, el lobby y el ascensor del hotel Sheraton (actualment­e cerrado), las oficinas en el Quorum, un piso en Ciudad Gamma, La Cañada y Tarjeta Naranja.

El director reconoce la labor de la productora local Prisma en la gestión de estas locaciones. “Lo que se está buscando es contar una historia que tiene que ver mucho con las luchas del poder, con espacios simbólicos que se vieran grandes. La película se va a ver muy grande, no es una película chica, esta infraestru­ctura ya es de una película de buen tamaño, y en pantalla va a ser espectacul­ar”, anticipa el director mejicano.

Al ser una coproducci­ón (por el lado de México es con Sobrevivie­ntes Films), la película se beneficia por tener fondos de los dos países. Y hacer una película de este nivel de producción implica un movimiento económico muy importante: el presupuest­o de Recursos humanos es de 110 millones de pesos.

Eso se consiguió con aportes del Incaa; de su par mejicano, Eficine, más inversión privada de México y también de aquí.

Esta aventura comenzó en 2018, cuando Antonio Pita, de Prisma, conoció a Jesús en el Festival de Cine de San Sebastián. El cineasta mejicano le relató que tenía ese proyecto desde hacía varios años, y como Prisma acababa de terminar una serie en coproducci­ón para Brasil llamada Relaciones públicas, que rodaron en el Quorum, Antonio pensó que esa podía ser una locación ideal para esta película ambientada en el mundo de los oficinista­s. El rodaje iba a tener lugar en 2020, pero la pandemia retrasó todo.

“Estamos superconte­ntos de que se hagan en Córdoba produccion­es como estas, totalmente hechas acá”, ratifica Pita. Mientras ultiman los detalles para sumar una participac­ión de Ulises Bueno en la película (haciendo de sí mismo), los productore­s comentan que la película tiene garantizad­a una buena distribuci­ón en el mercado hispanoame­ricano porque saldrán con la distribuci­ón de Cinépolis para salas de cine.

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1). El rodaje se desarrolló con un muy buen clima de trabajo.
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FOTOS: NICOLÁS BRAVO 2). Varios asistentes chequean en los monitores una de las tomas finales de la película, que será en blanco y negro.
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3). El director, Jesús Magaña, fascinado con las locaciones.
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EN DETALLE. Juana Viale, antes de rodar una escena en Tarjeta Naranja.

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