San Roque. Niegan impacto de algas en el agua que toma la Capital
A pesar del alto deterioro del embalse, Ersep y Aguas Cordobesas sostienen que se cumple con los parámetros fijados por las normas. Una denuncia judicial se presentó por el tema.
La salud del lago San Roque es crítica. El proceso de eutrofización es cada año más frecuente e intenso. Las tristes postales del espejo de agua de color verde flúo por la presencia de algas hacen pensar que su futuro no es el más auspicioso. ¿Cómo puede impactar en la calidad del agua potable de la ciudad de Córdoba?
El 70 por ciento del suministro de este servicio proviene del San Roque, a través de la planta Suquía de la empresa Aguas Cordobesas.
Desde la firma concesionaria del servicio para la capital provincial, aseguran que el estado del lago no afecta la calidad del agua potable. “Nuestra empresa está preparada para tratar el agua cruda que viene del embalse”, afirmaron.
Controles de Ersep
El Ente Regulador de Servicios Públicos de Córdoba (Ersep) tiene a su cargo el control de la calidad del agua que proveen los diferentes prestadores de la provincia.
Los informes de septiembre y de noviembre de 2021, y de marzo de 2022, de la planta Suquía indicaron: “El valor del recuento de zooplancton y fitoplancton no refleja lo establecido en la resolución N° 174/16 en salida de planta”. Y agrega: “Se informó al prestador a los fines de que optimice el tratamiento de las unidades de planta potabilizadora”.
Ante la consulta de La Voz sobre el significado de esa observación, desde el Ersep aclararon: “La norma dice que debe evitarse la presencia, pero no hay valores numéricos límites todavía. Ninguna planta tiene capacidad de su remoción en un 100 por ciento. Son recuentos muy bajos, sin impacto en la calidad y la cualidad organoléptica del agua”.
Cómo eliminan las algas
La presencia de algas es constante en el dique, pero el mayor impacto ocurre en verano y en otoño. Aguas Cordobesas asegura que no representa un problema para la potabilización. “El agua producida en planta Suquía cumple con todos los parámetros de calidad establecidos en el contrato de concesión, en las normas provinciales para aguas para bebidas y las guías de calidad de aguas de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, indicaron a este medio.
Desde la empresa, afirmaron que en forma diaria se controla el fitoplancton (algas) en agua cruda y a la salida de la planta. “Ante la aparición de una posible proliferación o bloom de algas, también se toman muestras en parte del trayecto del agua hacia la planta, lo que permite anticipar y adecuar el tratamiento”.
Según detalló Aguas Cordobesas, para controlar los niveles de algas se somete el agua cruda a los siguientes procesos:
1. Decantación, con decantadores tipo pulsator, y con posibilidad de dosificar carbón activado en polvo.
2. Clarificación, con filtros rápidos de arena.
3. Desinfección, con cloro líquido.
4. Etapa final de alcalinización, si es necesario.
Una denuncia a la Justicia
Hace unos días, la legisladora provincial Luciana Echevarría (Izquierda Unida) realizó una denuncia penal contra el Gobierno de Córdoba y Aguas Cordobesas por la supuesta contaminación del agua.
El argumento de la demanda es que un análisis realizado en el agua potable de una vivienda de la ciudad de Córdoba por Exequiel Di Tofino, docente de la Universidad Nacional de Córdoba, presentó casi el doble de niveles de microcistinas que lo permitido por la OMS.
La microcistina es una toxina producida por algas conocidas como cianobacterias. Pueden generar daño hepático, entre otros efectos adversos.
Inés Daga, docente de la Universidad Nacional de Córdoba que realiza análisis frecuentes en el lago, señala que las floraciones de cianobacterias en el San Roque comenzaron en la década de 1970. “Con el paso de los años, se han incrementado. Para saber si esas floraciones tienen toxinas, hay que hacer un análisis, pero se presume que la mayoría de las floraciones son tóxicas”, explica.
No obstante, aclara: “Si bien hay altas probabilidades de que el agua cruda tenga toxinas, no podemos afirmar que lleguen a la población, porque antes pasa por la planta potabilizadora”.
Un trabajo de las investigadoras Valeria Amé, Anabella Ferral y Velia Solís sobre eutrofización del San Roque detalla varios estudios que detectaron niveles de microcistinas en el espejo de agua por encima de los valores sugeridos por la OMS para la exposición recreativa: 20 microgramos por litro (μg/l).
“Aguas Cordobesas incluye en su proceso una predesinfección por ozono para disminuir la cantidad de algas y una posterior desodorización por carbón activado para la eliminación de olores y sabores desagradables. Ambos procedimientos reducirían la concentración de cianotoxinas, en caso de estar presentes”, indica el trabajo.
La resolución 174 de 2016 del entonces Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos de Córdoba establece como “límite tolerable provisional” un micrograma de microcistina por litro. Según la denuncia de Echevarría, el nivel detectado en la vivienda de la Capital de una muestra tomada en marzo de este año fue de 1,925 microgramo.
La constante presencia de algas en el San Roque denota el deterioro de la calidad de sus aguas. Hay mayor presencia en verano y en otoño.