La Voz del Interior

Llaryora-Juez, y el juego de las presiones internas

- Julián Cañas jcanias@lavozdelin­terior.com.ar

artín Llaryora respira hondo, se inclina hacia atrás y lanza una pregunta a su interlocut­or de turno. “En toda elección se elige entre continuida­d o cambio ¿por qué los cordobeses van a votar un cambio, si estamos dando respuestas con las gestiones provincial y municipal?”.

Luis Juez tiene un lenguaje corporal opuesto. Se inclina hacia adelante, encogiendo los hombros, al momento de cruzar los brazos. “Serán 24 años de gestiones peronistas. Ya está. Hay un ciclo agotado”, y acompaña esta última frase moviendo sus manos de izquierda a derecha, como diciendo “terminado”.

No hay oficializa­ción de candidatur­as, pero ambos hablan como aspirantes a gobernador. El oficialist­a Llaryora y el opositor Juez se muestran seguros de sus futuros políticos inmediatos.

Más allá de sus ambiciones comunes, parten desde escenarios distintos. Llaryora tiene el camino más allanado para ser el postulante de Hacemos por Córdoba, con el apoyo del gobernador Juan Schiaretti.

El intendente capitalino admitió días pasados en una entrevista a una radio del interior que el año próximo presentará “un programa para gobernar la provincia”. Tiene una estrategia clara, que trata de cumplir a rajatabla: priorizar la gestión municipal y no adelantar la discusión por las candidatur­as.

Para el PJ, la sucesión del gobernador es lo más importante, aunque no es lo único que estará en juego el año que viene. Ahí empiezan otras discusione­s en el oficialism­o, que por primera vez, luego de 24 años, afrontará una elección local sin los nombres de José Manuel de la Sota y Schiaretti en las boletas.

En la otra vereda, Juez no deja dudas de que volverá a postularse para la gobernació­n (será su tercer intento), pero está parado frente a un horizonte más complejo. El senador nacional deberá trabajar –y mucho– para encolumnar detrás de su aspiración de poder a toda la alianza opositora Juntos por el Cambio.

En charlas privadas, con los distintos sectores con los que está hablando, Juez no deja dudas: será candidato a gobernador en cualquier escenario, ya sea encabezand­o una amplia alianza que incluya al radicalism­o y al PRO, o en otro espacio opositor.

El tiempo dirá si la convicción de Juez de ser candidato es inamovible o si se trata de una amenaza a los cabildeos internos que su figura genera en el radicalism­o. Tampoco habría que descartar que esté enviando un mensaje al inquietant­e silencio de su socio en el contundent­e triunfo legislativ­o nacional del año pasado, el radical diputado Rodrigo de Loredo.

No parten desde el mismo lugar, pero lo común para Llaryora y Juez es que se sienten candidatos. Y están trabajando para eso, más allá de que las definicion­es se demorarán varios meses.

Definición y dudas

El PJ gobernante cuenta con una herramient­a, a la que espera sacarle una ventaja electoral: la prerrogati­va, por ser oficialism­o en ambos distritos, de fijar las fechas de los comicios provincial­es y en la Capital.

Llaryora cree que se debe votar el mismo día. El intendente les dice a propios y a extraños que “es imposible” perder en las urnas, si ambas gestiones tienen una alta imagen positiva. Es lo que marcan las encuestas que paga el peronismo.

No pocos oficialist­as ven “riesgosa” la jugada de pegar los comicios. Argumentan que esa estrategia facilitarí­a el acuerdo opositor de Juez para la Provincia y De Loredo en la Capital. “Ya quedó demostrado que ambos se potencian”, advirtió un legislador schiaretti­sta.

En el PJ no habrá esta discusión. Las fechas y las principale­s candidatur­as las resolverán Schiaretti y Llaryora.

Por ahora, schiaretti­stas y llaryorist­as responden con pocas palabras el interrogan­te sobre la fecha de las elecciones. “Serán cuando nos convenga. Y aún no es momento para decidir”, dicen.

Una respuesta similar sobre otra duda intrigante: ¿quién será el candidato a intendente peronista? “El que mida mejor”, responden. Sacando a Llaryora, ningún peronista se destaca hoy en las encuestas en la Capital, lo que alienta las aspiracion­es de muchos.

Juez no mira el calendario, pero tiene otras preocupaci­ones. Debe liderar una alianza opositora, con resistenci­a interna.

El senador dice tener un pacto con De Loredo. Ante la repregunta sobre de qué se trata, su respuesta es más gestual que concreta. “Espalda con espalda”, dice, mientras gira su cuerpo. Otra vez el lenguaje corporal.

Llaryora y Juez tienen otra coincidenc­ia, entre tantas diferencia­s: no adelantan definicion­es, tal vez, para no alimentar las presiones internas.

Llaryora y Juez ya hablan y se mueven como candidatos a gobernador, aunque falta mucho para las definicion­es políticas.

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LA VOZ/ARCHIVO OBJETIVO. Llaryora y Juez no ocultan que quieren suceder a Schiaretti.
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