La Voz del Interior

El peronismo desafiado, una imagen inédita en Córdoba

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El peronismo cordobés transita su sexto mandato provincial consecutiv­o con el máximo caudal de poder de este cuarto de siglo. Durante la mayor parte de estos 23 años, no tuvo desafíos de riesgo en la oposición, a excepción de en 2007. Hoy, por primera vez en 15 años, se siente desafiado por la construcci­ón todavía indefinida que encabezan Luis Juez y Rodrigo de Loredo. Eso se percibe en todos los órdenes: la política no descansa, la aceleració­n de la gestión es abrupta y hay decisiones a futuro que empiezan a evidenciar también esa percepción de riesgo del oficialism­o.

El escenario no explica por sí mismo tanta preocupaci­ón. Juan Schiaretti entra al tramo final de su tercer gobierno con los índices de aprobación más altos de todo el ciclo peronista y buscando proyección nacional. La imagen de la gestión municipal de Martín Llaryora

Virginia Guevara vguevara@lavozdelin­terior.com.ar

en la Capital es buena y está en ascenso en todo el Gran Córdoba. El PJ gobierna casi todas las ciudades más grandes de la provincia y además administra en su beneficio las principale­s pautas publicitar­ias, las inauguraci­ones y las fechas del calendario electoral.

No obstante, Hacemos por Córdoba se encuentra en un inédito estado de alerta. Como si fuera Goliat; como si pudieran darle con una piedra en su cabeza de gigante.

Sin descanso

Nadie puede descansar. Deben intentarse todas las alternativ­as que sumen votos a Hacemos por Córdoba y todas las que dividan el voto opositor: como siempre lo hizo el peronismo, pero más que nunca en esta ocasión. Ese es el imperativo que baja desde el Panal a cada unidad básica, y Schiaretti asume en primer lugar ese mandato de ultra actividad: el viernes llegó de los Emiratos Árabes y en la misma jornada viajó a inaugurar una red de gas en San Antonio de Arredondo. Todo un mensaje para una dirigencia que durante décadas disfrutó de la amplia zona de confort que supieron construir José Manuel de la Sota y el actual gobernador.

Llaryora es el candidato a suceder a Schiaretti. La vieja guardia considera que se trata de un lanzamient­o apresurado, pero nadie en el peronismo cuestiona esa candidatur­a. Lo que sí se cuestiona es el optimismo del intendente, quien considera que los capitalino­s van a apostar a la continuida­d del modelo y que es el proceso de trabajo conjunto Municipio-Provincia lo más valioso que tiene Hacemos por Córdoba. Es Llaryora quien más impulsa la unificació­n de fechas.

No obstante, la competenci­a municipal es un desafío en sí mismo para el PJ. El viceintend­ente Daniel Passerini es quien se encuentra con mejores chances, a juzgar por las encuestas. La senadora Alejandra Vigo, que mañana relanza su Instituto Diseñando Ciudad, es quien le sigue en las mediciones. Las incesantes recorridas de Llaryora con su secretario de Gobierno, Miguel Siciliano, parecen señalar otra búsqueda de posicionam­iento.

El segundo mandato que desde la cabeza de Schiaretti baja a todo el peronismo es la priorizaci­ón de la gestión. La inflación es una desgracia para todos los argentinos, pero potencia los presupuest­os estatales. Los mercados de crédito miran con total desconfian­za a la Argentina, pero Schiaretti volvió con más financiami­ento árabe para acueductos de relevancia histórica, y la Provincia pone en marcha dos autovías que se pagarán durante las próximas décadas pero tendrán tantos frentes de obras como hagan falta para que estén listas antes de las elecciones.

La lógica es idéntica en la ciudad de Córdoba: parques, plazas y ciclovías florecerán antes de las urnas, y también estarán superadas para entonces las viejas frustracio­nes urbanas del edificio del Concejo Deliberant­e, el Teatro Comedia y la Plaza España.

Con esas obras y con la idea del proceso Provincia-Municipio es que Llaryora intenta dar garantías de futuro a todo el peronismo.

Urgencias inesperada­s

La gestión provincial ofrece pruebas al canto de que hay temas que la vieja guardia del peronismo prefiere resolver ahora mismo. Algunos porque dudan de que Llaryora llegue a ser gobernador. Otros porque dudan de que Llaryora, si es gobernador, respalde ciertas decisiones; la apurada licitación del juego on line, por ejemplo.

Otras dos novedades de la última semana también muestran que el schiaretti­smo desafiado prefiere asegurar frentes que nadie imaginaba que la Provincia pretendía encarar.

La sorpresiva licitación lanzada por el Ersep para contratar a una empresa que realice una revisión tarifaria integral de la concesión de Aguas Cordobesas es uno de esos frentes. Las facturas del agua son indigeribl­es para muchos capitalino­s: aumentaron más de 38% en lo que va del año y la empresa ya pidió otra suba de 13,2%. La concesión del Grupo Roggio vence en 2027 y muchos observan que el proceso de revisión tarifaria desembocar­á, muy posiblemen­te, en una extensión del contrato.

La incursión de la empresa provincial Caminos de las Sierras en el negocio inmobiliar­io es otra extraña señal del schiaretti­smo. Esa empresa, que opera como un verdadero “ministerio de obras viales” sin supervisió­n del Tribunal de Cuentas, se propone adjudicar un millonario negocio en el corto plazo: nueve áreas de servicio que pueden incluir centros comerciale­s, de esparcimie­nto y de hotelería en los accesos a la Capital. Todas para un único adjudicata­rio y a la brevedad. Como si quedara poco tiempo.

El PJ cordobés percibe por primera vez en años que el poder no estará garantizad­o.

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JUAN DELFINI
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