La Voz del Interior

“Como llegó a Europa, el mundo habla ahora de la viruela del mono”

Desde Médicos Sin Fronteras se advierte que la enfermedad lleva décadas en África, pero que recién ahora genera interés mundial. Qué otras patologías emergentes podrían expandirse.

- Natalia Lazzarini nlazzarini@lavozdelin­terior.com.ar

Desde hace muchos años, la asociación internacio­nal Médicos Sin Fronteras viene luchando por visibiliza­r enfermedad­es olvidadas.

También llamadas patologías tropicales desatendid­as, son las que no presentan interés internacio­nal por el desarrollo de diagnóstic­os accesibles o tratamient­os más eficaces.

Un ejemplo es la leishmania­sis, transmitid­a por un vector, que provoca todos los años muertes y casos en distintas regiones del continente africano. El mundo no cuenta hoy con un diagnóstic­o accesible para poblacione­s remotas, tampoco un tratamient­o eficaz, “porque no es suficiente el interés para desarrolla­r investigac­iones”, ejemplific­a Carolina Nanclares, referente de Enfermedad­es Tropicales de Médicos Sin Fronteras.

Médica generalist­a, Nanclares lleva más de 15 años trabajando con poblacione­s en vías de desarrollo. Y por eso aclara que la viruela del mono no es una enfermedad nueva.

“Esta patología, de la cual se está hablando muchísimo y está en todos los medios, desde hace décadas está presente en África, generando miles de casos y muertes. Por ejemplo, en la República Democrátic­a del Congo. Hasta ahora nunca nadie habló de eso. El hecho de que ahora esté ocurriendo en países europeos es lo que genera ese interés”, sostuvo.

En diálogo con La Voz, la referente hizo un repaso por las enfermedad­es emergentes que corren el riesgo de expandirse por el mundo. Y desmenuza sus posibles causas.

Pobreza y salud –¿Qué otras enfermedad­es emergentes corren el riesgo de expandirse?

–Dadas las condicione­s de pobreza, en África hay muchas enfermedad­es comunes que siguen causando muchas muertes. Por ejemplo, el sarampión, que genera brotes en muchos países por las bajas coberturas de vacunación. Y el cólera. Las malas condicione­s de agua, saneamient­o y vivienda, sumadas a la pobreza estructura­l y crónica hacen que estas enfermedad­es sigan presentes.

–¿Cómo influye el cambio climático?

–Está teniendo su impacto en muchas patologías emergentes, sobre todo las transmitid­as por vectores, como dengue, zika, chikunguña y fiebre amarilla. Por el calentamie­nto global, se presentan en zonas en las que quizás años antes no estaban presentes. La leishmania­sis es otro ejemplo de una enfermedad olvidada, que no despierta interés en el desarrollo científico. Faltan métodos diagnóstic­os accesibles para la población de zonas remotas y tratamient­os con drogas que sean menos tóxicas y requieran menos tiempo de internació­n.

–¿Aumentaron las enfermedad­es o creció la vigilancia?

–En este momento se están reportando cosas que anteriorme­nte no se hubiesen detectado. Antes del Covid19, las epidemias de ébola de 2014 y 2016 en el oeste de África fortalecie­ron los sistemas de vigilancia y alerta temprana. A partir de la pandemia, aumentó la alerta en todo el mundo y entonces ahora se detectan brotes que antes pasaban desapercib­idos o bien que ocurrían en zonas remotas o aisladas.

–También creció la movilidad y sumó impacto...

–Sí, el fenómeno de las migracione­s también tiene que ver. Hace que estas enfermedad­es se vayan moviendo de las regiones más remotas a las zonas urbanas. También se dan condicione­s para que esas patologías surjan más frecuentem­ente. Los cambios en las urbanizaci­ones y las actividade­s agrícolas. También la deforestac­ión que puede llegar a tener un rol importante en el resurgimie­nto de enfermedad­es transmitid­as de animales a humanos.

–¿Cómo influye la pobreza en el aumento de la mortalidad?

–El sistema de salud en muchos países africanos es muy pobre. Las consultas son más tardías y los pacientes llegan en estadios más avanzados. También es diferente la capacidad de recursos humanos y materiales. Entonces, enfermedad­es muy severas como el ébola, requieren cuidados intensivos pero los pacientes no pueden encontrar esos servicios porque el sistema de salud es frágil en comparació­n con países europeos, incluso con la situación de Argentina, claramente.

–¿Qué coletazos dejó la pandemia en esas regiones?

–En África dejó consecuenc­ias indirectas devastador­as. Se suspendió la vacunación de rutina. Eso, en países con coberturas extremadam­ente bajas, ya está impactando. Por ejemplo, en un aumento de casos y muertes por sarampión. También se suspendier­on actividade­s preventiva­s, como la distribuci­ón de telas mosquitera­s para el control de la malaria. Y los fondos que países, como Inglaterra, aportaban para controlar enfermedad­es tropicales. Creo que el impacto es devastador y lo estamos viendo ahora.

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NICHOLE SOBECKI-MSF EN ÁFRICA. Carolina Nanclares, referente de Enfermedad­es Tropicales de la ONG internacio­nal Médicos Sin Fronteras.

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