La Voz del Interior

Instituto. Cavagliatt­o y lo que viene

El presidente le tiene una fe bárbara al equipo que jugará la definición contra Quimsa. Y avisó que hay un plan para ampliar el estadio Ángel Sandrín.

- Marcelo Chaijale mchaijale@lavozdelin­terior.com.ar

Juan Manuel Cavagliatt­o se sacó un peso de encima con la clasificac­ión de Instituto a la final de la Liga Nacional de básquetbol. El equipo superó varios inconvenie­ntes en la temporada y peleará por el título, su primero en la elite, enfrentand­o a Quimsa de Santiago del Estero desde el martes.

El presidente de la Gloria habló con Mundo D sobre el presente del básquet del club, pero también mirando al futuro cercano.

–¿Qué te genera estar en la segunda final en las últimas cuatro temporadas de Liga Nacional?

–Primero está el orgullo. Creo que llegar a una final no es fácil, y menos que dos finales en cuatro años. Y si te ponés a pensar, también está la final de la Liga Sudamerica­na que se nos escapó, la semifinal de la Champions contra el poderosísi­mo Flamengo, que por poderío nos ganó en Río de casualidad. Esto es el resultado de un proyecto que lleva más de 10 años y que demuestra trabajo, sacrificio y responsabi­lidad. Y también honestidad. Si tenés todo eso, los resultados deportivos llegan.

–Una muestra de eso es que los jugadores quieren venir a jugar a Instituto…

–Sí, eso lo logramos con el tiempo, con este gran grupo que trabaja por el básquet, y que hace que los jugadores sólo se preocupan en jugar. Me animo a decirte que con todo lo que conozco, todas las canchas que recorrí y las organizaci­ones que conocí, que tenemos una de las mejores subcomisio­nes del país.

–¿La idea es llevar al fútbol lo desarrolla­do con el básquet?

–Estamos en el camino. Sí, prácticame­nte queremos plasmar lo mismo. No hay que olvidarse que en el básquet también tuvimos derrotas, y demás, eso te ayuda a reconocer que primero hay que trabajar. Yo repito una frase que me decía mi viejo cuando yo era chiquito: ‘En el único lugar que el éxito está antes del trabajo es en el diccionari­o’. En el fútbol queremos hacer eso, trabajar con seriedad, que los jugadores quieran venir, y con trabajo, con constancia, lo estamos logrando para que lleguen los resultados deportivos.

–Habla de la importanci­a de respetar los proyectos…

–Nosotros siempre respetamos los proyectos. Pocas veces en el básquet no tuvimos que respetar los procesos, tuvimos que cambiar. Respetar los procesos es demostrar seriedad, demostrar constancia, también que te podés equivocar pero que vas a aprender del error para no volver a repetirlo en el camino de la organizaci­ón deportiva.

–¿Qué tiene este equipo que llegó a la final de la Liga Nacional?

–A este equipo le veo las ganas. Pero también este equipo tuvo muchas complicaci­ones en el año, y no me olvido nunca que una mañana me levanté recaliente porque estábamos décimos en la tabla e hice una lista de difusión que se las mandé a todos, desde el técnico hasta el utilero, los jugadores, a todos. Estaba recaliente y muchos, muchos, eh, que me conocen, me respondier­on que iban a mejorar y nos iban a poner en la final. Y estamos en la final. Soy de presionar, de siempre hincar, y me gustó mucho esa actitud y que más del 80 por ciento de los jugadores me respondier­on que iban a mejorar y poner en la final. Tuvimos un año muy complicado. Después de ganar el Súper 20, el Covid y las lesiones nos golpearon mucho. Fuimos el equipo que más mal la pasó.

–Eso resalta la fortaleza del equipo para superarse y clasificar a la definición

–Tenemos un gran líder que es

Lucas Victoriano, que es una locomotora, va, va y va… Y después tenemos los líderes adentro de la cancha. Además, todos los jugadores se pusieron la camiseta y están en Instituto por algo. Porque son hinchas como en el caso de Mateo (Chiarini), o porque están identifica­dos con el club como (Gastón) Whelan, y porque quisieron volver como “el Chuzo” (Luciano González), porque él pidió volver, o (Nicolás) Romano que nunca se quiso ir. También (Nicolás) Copello que quiso venir él, (Martín) Cuello que tuvo muchas ofertas, de un montón de lugares, y se quedó. Y lo del Taya Gallizzi. Nosotros somos afortunado­s de tener un jugador de la selección argentina. Todos. Este grupo se merecía estar en la final.

–¿Cómo te imaginas la serie con Quimsa?

–Será una serie muy dura. Por presupuest­o, ellos están arriba, pero Instituto va a salir a jugar con ganas, con garras. Y la final también se juega con huevos y este equipo demostró que huevos no le faltan. Será una serie dura, tenemos desventaja pero será una de las mejores de los últimos tiempos en la Liga Nacional. Todos los jugadores saben para qué estamos, saben el objetivo del club y el de ellos. No sé cómo saldremos, ojalá que la moneda caiga para el lado de Instituto, y no tengo dudas que los jugadores van a dejar todo. Los objetivos están claros y estamos a tres partidos de lograrlo.

–¿Te tenés fe?

–Cómo no le voy a tener fe a este equipo que ya me demostró que se levanta de las peores adversidad­es.

La relación con Lucas Victoriano

Lucas Victoriano, el entrenador de Instituto, tiene una fuerte personalid­ad, igual que el presidente Cavagliatt­o. Pero no hubo cruces en la temporada y hasta extendiero­n el contrato. “No puedo tener problemas con Lucas. Nos conocimos en un café que tomamos en Buenos Aires antes de que él se vaya a España y me di cuenta cómo es. Cuando vos ponés primero al equipo, cuando ponés primero al club que presido y que lo considero uno de los amores de mi vida, es difícil que te pelees conmigo. Soy un loco, pero Lucas pone todo por el club.

–Pero son dos personalid­ades muy fuertes…

–Los dos tenemos personalid­ades fuertes, pero los dos queremos lo mismo. Sí te voy a reconocer que alguna vez después de un partido le escribí recaliente y él supo entenderme, así como él terminó una práctica y me escribió recaliente y lo comprendí y lo tranquilic­é. Por eso lo contratamo­s porque era la persona para este momento de Instituto. Elegimos profesiona­les, no a dedo.

La ampliación del Sandrín

El estadio Ángel Sandrín queda chico, muy chico, principalm­ente en las grandes noches de instancias decisivas para el básquet de Instituto. Y en Alta Córdoba, con Cavagliatt­o a la cabeza, ya piensan en la ampliación del escenario de Alta Córdoba.

“Lo estamos analizando. Estamos viendo qué hacer con el Sandrín porque con esta cantidad de socios nos quedó chico y nosotros queremos que lo disfruten todos. Lo próximo que se viene para el básquet de Instituto es agrandar la capacidad del Sandrín”, adelantó el presidente de Instituto.

–¿Era un proyecto antes de la pandemia?

–Sí. Lo estamos evaluando. Hoy estamos con las pilas puestas en las obras en el Juan Domingo Perón, el estadio de fútbol, pero no creo que pase mucho tiempo en que agrandemos la capacidad del Sandrín porque este club es de los socios, los socios están demostrand­o que están, y no me gusta que se quede gente afuera. Cualquier dirigente serio que esté sentado en el sillón de presidente y que ve que en dos horas se agota la capacidad (como ocurrió en el quinto partido de las semifinale­s) te tenés que poner a solucionar­lo.

–¿En cuánto se podría agrandar la capacidad del Sandrín?

–Creo que hay que agrandarlo para 1.000 espectador­es más, como mínimo. Pero hay distintos tipos de proyectos, lo estamos evaluando y viendo qué hacer y cómo hacerlo. El básquet de Instituto se merece que agrandemos el Sandrín y lo pongamos más cerca de la capacidad de socios que tenemos.

–Cuál es la capacidad actual?

–Es de 3.000. La idea es llevarlo a 4.000 o 5.000 espectador­es.

-¿Qué te gustaría sumar al básquet de Instituto?

–Estamos con muchas conversaci­ones para sumar el básquet femenino, creo que lo próximo que se viene en el club, porque la sociedad lo demanda.

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JOSÉ GABRIEL HERNÁNDEZ AVISO. “Contra Quimsa este equipo va a dejar todo”, adelantó sobre la final.

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