La Voz del Interior

Oportoapie. Una escapada a la ciudad de los puentes y de los azulejos

A orillas del río Duero, una muy buena opción para conocer en dos o tres días.

- Constanza Vásquez Especial

Oporto es la segunda ciudad más poblada de Portugal después de Lisboa. Es una ciudad costera que se encuentra al noroeste del país y la atraviesa el río Duero, que en conjunto con los puentes, barcos y fachadas de colores, le otorgan identidad y protagonis­mo.

La ventaja que tiene Oporto frente a otras ciudades portuguesa­s es que los atractivos se encuentran uno cerca otro. Esto facilita el recorrido de la ciudad, que puede hacerse a pie o con transporte público.

Para quienes visitan Europa y selecciona­n varios países en pocos días, o para quienes se encuentran en algún país europeo y quieren hacer una escapada, Oporto es ideal para conocer algo de Portugal con tiempo acotado. La ciudad encaja perfecto en dos o tres días.

La ciudad del puerto ofrece un recorrido que incluye caminatas por centro histórico, callecitas para perderse, restaurant­es con terrazas y diversa gastronomí­a, paseos en barco, cata de vinos, y mucha historia que quedó asentada en la arquitectu­ra y urbanizaci­ón.

La cara de Oporto

Después de haber escuchado tanto sobre el río y los puentes, uno tiende a buscar esta imagen cuando llega a Oporto, lo cual es fácil de encontrar ya que la inclinació­n de las calles en bajada indican la dirección al río. Siguiendo este camino, uno llega a la parte más turística de La Ribeira. El río es atravesado por el famoso puente Don Luis, que separa Oporto de Vila Nova de Gaia, la ciudad vecina.

Del lado de Oporto, la orilla del río es un paseo gastronómi­co y peatonal con restaurant­es pintoresco­s y buenas vistas. Las terrazas y galerías al aire libre invitan a sentarse y probar algún plato típico con vista al río. Mientras tanto, la música callejera se encarga de embellecer esta experienci­a.

Desde el frente, cruzando el puente, el lado de Vila Nova de Gaia regala la vista a la fachada de Oporto, la ciudad de colores que posa sobre el agua, con una silueta irregular y bien marcada que forman los edificios en altura, los tejados color ladrillo que los decoran, y seguro algún barco que parece posar para darle más encanto. Si uno llega a horario, el atardecer puede ser un regalo.

Sobre el río

La orilla del río es una experienci­a de día completo. Aparte de la comida o cena en algún restaurant­e, esta zona ofrece algunas actividade­s: La primera - que podría ser la obligatori­a-, es el Crucero de los Seis Puentes, un paseo en barco por el río Duero que regala otra perspectiv­a de la ciudad.

Otra experienci­a es la visita a las bodegas ubicadas en Vila Nova de Gaia, también sobre el río. Son famosas por el vino de Oporto, bebida típica. Se ofrecen recorridos con guía, cata de vinos y venta.

También se puede dar un paseo en el teleférico de Gaia, para tener otro punto de vista de la ciudad.

La ciudad y los imperdible­s

La Estación São Bento es un buen comienzo del recorrido. Las paredes de la estación cuentan la historia de Oporto a través de imágenes creadas con más de 20 mil azulejos. Es la expresión más famosa que pone a la cerámica como rasgo identitari­o de la ciudad.

La Catedral es otro punto de referencia. Pero otra iglesia a la cual no se puede faltar, es la Iglesia de los Clérigos, o más bien, la Torre de los Clérigos que la conforma. Vale el esfuerzo de los 225 escalones cuesta arriba para tener la mejor panorámica de Oporto, con vista al río desembocan­do en el mar, y los miles de tejados de ladrillo que le dan color a la ciudad.

La Livraria Lello, inaugurada en el año 1906, es conocida como “la librería más bonita del mundo” y alberga rumores acerca de que J.K Rowling, la autora de Harry Potter, se inspiró en ese lugar para escribir la serie literaria. Esto último si bien no está confirmado, atrae a cientos - o miles- de turistas por día.

La Iglesia de San Francisco, la Casa de la Música, la Capilla de las Almas, el Café Majestic, y la peatonal Rúa de Santa Catarina, son otros puntos de la ciudad para visitar.

Un buen consejo: Hacer un free walking tour puede ser muy útil para recorrer la ciudad con un guía que explique la historia y los detalles. Se trata de tours grupales organizado­s que pueden conseguirs­e por internet. El tour es gratis, pero con el compromiso de dejar a voluntad, lo que se considere y se pueda pagar.

Para terminar

Suena imperdonab­le irse de una ciudad con mar sin ver el atardecer desde la costa. Una buena despedida de Oporto sería la caída del sol desde el Faro de las Felgueiras. Se puede llegar en transporte público con dirección a Foz do Douro, o caminando por la costa. Está a pocos minutos del centro y regala una experienci­a anaranjada en una playa de piedras, con un faro para el postureo y los pescadores como siluetas.

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FOTOGRAFÍA­S CONSTANZA VÁSQUEZ MARCA EL CAMINO. No hay que perderse una visita al histórico Faro de las Felgueiras.
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El famoso puente Don Luis.
 ?? ?? Una estación con más de 20 mil azulejos.
Una estación con más de 20 mil azulejos.

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