Salario real en el piso: rebrota el frente gremial
Pablo Petovel
Trabajo hay. La tasa de desempleo viene bajando trimestre a trimestre desde la salida de la pandemia hasta niveles previos a la crisis. Hay menos desocupados, más ocupados y cayó la gente con dificultades muy graves de empleo.
En Córdoba, el desempleo bajó casi cuatro puntos en un año: 8,7% en el segundo trimestre, según publicó el miércoles el Indec.
Pero los fríos números de los últimos informes del mercado de trabajo esconden dos problemas graves. La informalidad laboral crece como principal motor de la recuperación de puestos (trepó hasta 28,8% los ocupados buscando trabajo). Y el poder adquisitivo de los salarios se cae a pedazos.
En relación con la informalidad, un informe publicado la semana pasada por La Voz expuso datos alarmantes: en el Gran Córdoba, desde mediados de 2021, el número de trabajadores no registrados que se desempeñan como asalariados en el sector privado inició el camino de superar al de los formales, algo que ya ocurría hace tiempo en la mayoría de las provincias del Norte, pero es inédito en el distrito que gobierna Juan Schiaretti.
El otro problema, la fuerte caída del salario real por la inflación, que afecta tanto a informales como formales, está generando, en este último caso, un rebrote de la conflictividad gremial.
Con un breve descanso en el trimestre noviembre-enero, en el que el salario total creció interanualmente más que los precios, la derrota de los ingresos de los asalariados se viene produciendo desde abril de 2018, dos años antes de la llegada de la pandemia.
De los últimos siete meses (hasta junio, último dato publicado), los sueldos perdieron en cinco y todo indica que el escenario será peor en julio y agosto, con tasas de inflación del 7,4% y 7%, respectivamente.
Analizando sólo el sector privado formal, en el promedio de todos los sectores, la realidad mejora, pero el escenario está muy lejos de mostrar la recuperación de la brutalidad resignada entre 2018 y 2021.
Aunque la mayor parte de las paritarias ya cerraron, los sindicatos pugnan por acercar en el tiempo las cláusulas de revisión pautadas.
Gastronómicos en alerta
En este contexto, la punta en el sector privado parece haberla hecho uno de los gremios más golpeados históricamente por la informalidad, ahora potenciada en la pospandemia: los gastronómicos.
Luis Barrionuevo, el polémico referente nacional de Uthgra, disparó en el último encuentro gremial en Mar del Plata: “Es hora de que los empresarios paguen”.
Lo dijo en referencia a un paro de cuatro días que el gremio planea para el viernes 7 y el lunes 10 de octubre. Reclaman por una suba del básico que, en el escenario de máxima, equilibre las remuneraciones en las localidades turísticas con las que se pagan en Caba.
La efervescencia gremial se hace más evidente en el sector público. Para muestra, basta el ejemplo de las poco frecuentes complicaciones que la Provincia tuvo para cerrar la paritaria para la segunda parte del año con la UEPC y las asambleas y manifestaciones del Suoem, que ya llevan más de 10 días.