Artime, su revancha con el ascenso y el objetivo

Todo pasó antes de que pasara todo. Era la previa del partido. A Luis Fabián Artime le hablaban de acá y de allá. Se le acercaban de seguridad, de Belgrano, de Brown de Adrogué, la gente… todos.

Y en un momento se escapó del asedio que supone ser el presidente de un club. Y se alejó hacia el campo de juego. Quedó solito unos 15 segundos. Y miró alrededor. Miró emocionado. Se le enrojecieron los ojos. Contempló a la hinchada copando el estadio San Nicolás. Ese instante de soledad fue el último antes del delirio por el ascenso, por el 3-2 tremendo que viviría después.

Y por supuesto que estuvo en la escena del festejo inmenso que se dio. Y dejó sus frases sobre las razones del regreso de Belgrano a la elite del fútbol argentino, justo en su segundo año de mandato.

“Esto fue a lo Belgrano. Lo jugaron como una verdadera final. Cómo se tenía que jugar. A mí me gusta ganar las finales así. Esto no es para cagones. Nos jugamos muchísimo, muchísimo. El técnico, nuestra conducción, toda la comisión directiva”, enfatizó Artime, quien al final se fundió en un emocionado abrazo con su papá Don Luis, histórico goleador del fútbol argentino.

“Dijimos que veníamos a ‘Belgranizar’, dijimos que veníamos a despertar al gigante dormido. El gigante dormido volvió a donde no tendría que haber bajado. Queremos hacer a Belgrano cada vez más grande”, agregó el presidente celeste.

Y cerró: “Había que ganar con los huevos en la garganta”. Obviamente elogió a la gente que trabaja en el club, la que se sumó a su proyecto de gestión.

En otro día inolvidable para él en Belgrano, “el Luifa”, como los jugadores, fue ovacionado.