La Voz del Interior

El “frente de frentes” para saltar la grieta y contener a Milei

- Julián Cañas jcanias@lavozdelin­terior.com.ar

“Juan. Si no hacen algo, Milei puede ser el próximo presidente y no me animo ni a imaginar lo que podría pasar en el país”, dijo, con tono dramático, uno de los miembros de la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA), mirando fijo a Juan Schiaretti.

“Se necesita un frente de frentes para afrontar las próximas elecciones, y luego un gobierno de coalición”, respondió el precandida­to presidenci­al.

En esa charla en la sede de la UIA, Schiaretti anticipó una propuesta que un par de horas después retumbaría en el escenario político nacional: un futuro gobierno de coalición.

El mandatario cordobés no mencionó a Javier Milei, pero tiene los mismos datos que los empresario­s y los principale­s aspirantes presidenci­ales: el libertario sigue creciendo en las encuestas y ya no es una quimera que ingrese al balotaje. En ese hipotético escenario, las internas en el oficialism­o y en Juntos por el Cambio, alimentan las chances del polémico dirigente ultraliber­al de llegar a la Casa Rosada.

En su incursión del jueves pasado por Capital Federal, donde también se reunió con el exministro de Economía Roberto Lavagna, Schiaretti dio un paso más al sumar una coalición de gobierno a su mensaje “antigrieta”.

No es un matiz en su discurso. Se trata de una convocator­ia concreta a otros presidenci­ables para sentarse a dialogar a fin de conformar lo que él denominó un “frente de frentes”.

Schiaretti hizo nombres propios. Mencionó a Horacio Rodríguez Larreta y a los radicales Facundo Manes y Gerardo Morales, para armar un gran frente que compita en las Paso.

Larreta le respondió ayer, en una entrevista con La Voz luego de disertar en la Bolsa de Comercio. “Lo dije mucho antes que Schiaretti. Creo en la ampliación de la coalición a partir de una serie de valores, de visiones, de propuestas para la Argentina. Yo creo en eso”, dijo el precandida­to del PRO.

Schiaretti y Larreta no se hablan a través de los medios. Dialogan más de lo que trasciende, y comparten trato personal y el asesoramie­nto de Guillermo Seita, influyente consultor.

Por sus declaracio­nes, parece que tienen amplias coincidenc­ias, pero las diferencia­s asoman en el cómo.

El gobernador dice que hay que armar un nuevo espacio, diferente a JPC y al FDT. Larreta aspira a ampliar la alianza que integra con los radicales y con la Coalición Cívica. Una diferencia que no es sutil.

Hasta acá, el discurso de Schiaretti y el de varios precandida­tos apuntaba a la grieta, en referencia a Cristina Kirchner y a Mauricio Macri como exponentes de posiciones irreconcil­iables.

En el último mes, sobre la base de encuestas, la preocupaci­ón del denominado círculo rojo y de la dirigencia política en general tiene nombre propio: Javier Milei.

El mensaje antipolíti­ca del candidato libertario en contra de la “casta” sigue ganando seguidores. Los empresario­s están preocupado­s por lo que puede suceder con sus negocios. Los políticos observan azorados cómo crece un fenómeno que se funda en cuestionar a la política. Un déjà vu del que “se vayan todos” de 2001.

Para Schiaretti, un gran frente electoral y luego un gobierno de coalición serían el modo de saltar la grieta y también de contener el “fenómeno Milei”.

Nadie sabe cómo se terminarán acomodando las piezas en el escenario electoral nacional. Hay plazo hasta el 24 de junio para presentar las candidatur­as.

La coalición cordobesa

Al fundamenta­r ante la UIA su estrategia de un frente electoral amplio y luego una coalición para gobernar, Schiaretti explicó qué está haciendo el oficialism­o en Córdoba, sumando a su alianza a radicales, a dirigentes del PRO y a vecinalist­as.

Lo que para los opositores locales de Juntos por el Cambio es lisa y llanamente una “compra de dirigentes” con fondos y cargos públicos (lo dice en esos términos el radical Rodrigo de Loredo), para el gobernador y el candidato oficialist­a Martín Llaryora significa ampliar el espectro oficialist­a.

“No son acuerdos por lugares en la lista. Hacemos Unidos será un gobierno de coalición, sumando a dirigentes que nos aporten otras miradas”, repite Llaryora.

Aunque este impulso aperturist­a, que para el schiaretti­sta Carlos Gutiérrez inició José Manuel de la Sota en 1998 con Unión por Córdoba, también impacta en el PJ.

Nadie sacará los pies del plato, pero los peronistas debaten –por lo bajo– la “des pero nización” del oficial ismo.

En la previa del acto de lanzamient­o de la fórmula de Hacemos Unidos, el bar del hotel Quorum funcionó casi como un cabildo abierto.

En muchas mesas se discutió de manera acalorada, sobre todo la inclusión de Javier Pretto en la fórmula municipal de la Capital.

Hay una circunstan­cia que juega a favor de esta apertura: la candente interna en la oposición y la decisión de De Loredo de no acompañar a Luis Juez en la fórmula provincial generaron en el PJ un sentimient­o de triunfalis­mo anticipado, que amortigua cualquier debate interno.

En los casi 24 años de gestiones peronistas, ante los ruidos internos, el PJ siempre fue sostenido por los liderazgos de sus referentes y el irresistib­le magnetismo de ejercer el poder. Las diferencia­s se disuelven cuando hay que salir a hacer campaña para mantenerse en el gobierno.

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LA VOZ SCHIARETTI. El precandida­to presidenci­al propone una alianza amplia.
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