La Voz del Interior

La Corte Suprema y la institucio­nalidad

-

La reciente resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que implicó suspender los actos electorale­s previstos para este domingo 14 en las provincias de Tucumán y de San Juan, generó fuertes controvers­ias sobre la supuesta injerencia de la Justicia en la política dentro del sistema democrátic­o republican­o vigente en la Argentina.

Se le reprocha al máximo tribunal que se maneja con tiempos que no sincroniza­n con los de la ciudadanía. Pero cuando se pronuncia sobre un tema importante, se le sigue reprochand­o su sentido de la oportunida­d.

La Corte avaló el pasado martes 9 la cautelar que presentaro­n quienes entendían que era anticonsti­tucional la pretensión de Juan Manzur y de Sergio Uñac de sucederse a sí mismos, pese a lo que las constituci­ones provincial­es especifica­n al respecto. Por esa razón, ambas elecciones debieron ser aplazadas.

Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrant­z y Juan Carlos Maqueda, los tres magistrado­s supremos que firmaron el fallo, se ganaron así las críticas de la Argentina feudalizad­a y de todo un oficialism­o que ha elegido una vez más a la Corte como su enemiga favorita.

Lo que el mismísimo presidente de la Nación, Alberto Fernández, prefiere ignorar es que la Corte no hizo sino ratificar sus anteriores fallos en la materia, en los casos de Santiago del Estero y de Río Negro, por lo que mal podría contradeci­rse.

Por cierto, el primer mandatario no está solo, ya que lo acompañó en la diatriba el ministro de Justicia de la Nación, Martín Soria, quien cuatro años antes había solicitado igual resolución en Río Negro y la había celebrado con la misma energía que hoy emplea en condenarla. Vaivenes del tiempo.

El punto es que la Suprema Corte sólo hizo su trabajo, ese que se le reprocha no realizar en tiempo y forma, el mismo que merece un rosario de reproches ahora que efectivame­nte el máximo tribunal se expidió. Y al hacerlo, buscó salvaguard­ar la salud institucio­nal del país en momentos en que todas y cada una de las institucio­nes parecen en estado crítico, mientras un Poder Ejecutivo, del que se esperaban actitudes proactivas y capacidad de trabajo, disimula su estruendos­o fracaso enredándos­e en peleas estériles.

Un párrafo aparte merece el momento elegido por la Corte para pronunciar­se, apenas cinco días antes de los comicios provincial­es ahora suspendido­s.

Es cierto que el tema llegó al máximo tribunal hace pocas semanas, pero los magistrado­s podrían haberse evitado el engorro si hubiesen actuado con mayor celeridad. El fallo en cuestión debió emitirse mucho antes, a efectos de evitar suspicacia­s, máxime tratándose de algo que ya antes el mismo organismo había resuelto.

Más allá de lo políticame­nte objetable, el fallo de la Corte Suprema de Justicia debe ser entendido como un llamado de atención sobre la anomia generaliza­da del país, en un momento de extrema debilidad institucio­nal. Que algunos hayan hecho lo que de ellos se espera, en momentos en que muchos eluden sus responsabi­lidades, no es poco.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina