La Voz del Interior

Estafas inmobiliar­ias. Una radiografí­a de la causa que estalló en el sur de Punilla

El fiscal Enrique Gavier avanza en la investigac­ión, con 19 detenidos por una supuesta asociación ilícita. Una escribanía, eje para montar el engaño con venta de lotes en varias comunas serranas.

- Francisco Panero fpanero@lavozdelin­terior.com.ar

El sur del valle de Punilla se ha visto conmovido por el caso de la megaestafa inmobiliar­ia que denuncian decenas de personas y que el fiscal de Delitos Complejos de Córdoba Enrique Gavier investiga con 19 detenidos, entre ellos varios profesiona­les, como escribanos, contadores, abogados, ingenieros y funcionari­os.

Los damnificad­os se quejan por el engaño al que fueron sometidos al venderles terrenos cuyos dueños ni se habían enterado de que estaban siendo comerciali­zados.

La banda liderada supuestame­nte por Juan Ignacio Coutsiers se valía de un trabajo de inteligenc­ia que detectaba fracciones de tierra en la zona de Villa Carlos Paz, Bialet Masse, Villa Parque Síquiman, Cosquín y Tanti.

Los propietari­os estaban alejados, habían dejado de pagar impuestos o tenían algún inconvenie­nte en sus títulos.

Según la acusación, tras esto, la banda colocaba cartelería, hacía publicacio­nes en Facebook –en el sitio Market Place o con perfiles personales falsos– o en otras redes sociales. Una vez que conseguían clientes, usaban poderes falsos de quienes eran los titulares registrale­s, concurrían a una escribanía donde realizaban diversas maniobras “documental­es” para dar apariencia de legalidad a la venta y otorgando la ilusión de entregar un título perfecto.

Gavier adjudica a 19 personas estar dentro de una organizaci­ón delictiva.

Los acusados son: Juan Ignacio Coutsiers (quien actuaría como líder de la agrupación), su hermano Martín Esteban Coutsiers, el padre de ambos Carlos Pedro Coutsiers, la escribana pública María Rosario Muto, Darío Ramón Vidal (vendedor y ”secretario” de la escribanía), Manuel Alfredo Rojas (abogado y escribano), el secretario de Gobierno de Siquiman Jorge Gustavo Perchante, su esposa Alexandra Díaz Copello, el abogado Raúl Héctor Cano, el operador inmobiliar­io Miguel Ángel Hirles, los “falsos apoderados” Víctor Zárate y Rodolfo Román Quiroga y los vendedores inmobiliar­ios y comisionis­tas Rodrigo Molina, Juan Carlos March, Alejandro Cersósimo, Javier Perano, Julio Perano, Juan Ignacio Durand y Emanuel Vélez Britos.

El fiscal dice que conformaro­n esta organizaci­ón o asociación ilícita con la intención predetermi­nada de cometer estafas y falsedades documental­es, poniendo en marcha un negocio espurio mediante la venta aparente de una gran cantidad de terrenos “ajenos”.

Los roles

Juan Ignacio Coutsiers está acusado como presunto jefe de la organizaci­ón y se indica que controló el Registro Notarial 185 a cargo de la escribana Muto Olmedo. Ese lugar está señalado como oficina y centro de operacione­s.

A Martín Coutsiers, hermano del anterior, se le adjudica haber proporcion­ado informació­n clave por su empleo en las oficinas de Catastro de Villa Carlos Paz, lo que le permitió identifica­r y adquirir inmuebles “abandonado­s”.

Cano está como supuesto miembro, pero podría recibir un rol más determinan­te porque aportaba asesoramie­nto jurídico a la maniobra.

La escribana Muto Olmedo, Rojas, Perchante, Díaz Copello, Carlos Pedro Coutsiers, Durand, Vidal, Hirles, Molina, March, Zárate, Cersósimo, Javier Perano, Julio Perano, Quiroga y Vélez Britos, se sumaron a las actividade­s principale­s con su aporte específico.

La escribana era importante para la banda. Desde su condición de notaria de registro e instrument­adora de los negocios fraudulent­os, contribuía a dar aparente regularida­d y legalidad a las operacione­s materializ­adas por la asociación criminal en contra de las víctimas. En el expediente se asegura que “en la mayoría de los casos recibía a las víctimas que eran derivadas por otros miembros de la organizaci­ón en la sede del registro a su cargo para la instrument­ación del negocio fraudulent­o”. Otras veces “permitía que sus dependient­es autorizara­n escrituras a su nombre en locaciones distintas a las del registro, haciendo constar falsamente que fueron hechas en su presencia”.

El abogado Rojas, escribano asistente, colaboró al confeccion­ar instrument­os falsos que contenían negocios fraudulent­os para luego ser autorizado­s por la notaria. Actuaba en la sede de la escribanía, en la ciudad de Córdoba. Según datos de la causa, él también recibía, atendía y asesoraba a las víctimas, a las que convencía de la legalidad de la operación y ponía excusas por la inscripció­n de las ventas en el Registro de la Propiedad.

Vidal, el “secretario” de la escribana, se encargó de la atención de las víctimas y en ocasiones leyó los instrument­os a los clientes. Se considera que “prestó colaboraci­ón a la empresa delictiva montando una “sucursal” del Registro Notarial 185 en un departamen­to de Marcos Pellegrini al 350, de Carlos Paz. Allí, los interesado­s iban con la expectativ­a de comprar “a derecho” y con un “título perfecto”. Actuaba “en reemplazo de la escribana”, para lo cual esgrimía diversas excusas.

El ingeniero civil Carlos Coutsiers –padre de Juan Ignacio y de Martín– fue presidente del Colegio de Ingenieros de la Provincia y, al ser detenido, era vicepresid­ente de esa institució­n. Está sospechado de haber brindado informació­n sobre inmuebles que les permitió identifica­r cuáles estaban en condicione­s de ser vendidos. Además, habría dado dinero para comprar terrenos en el emprendimi­ento Villa Yuspe.

Perchante y su pareja Díaz Copello compraron lotes en la ampliación de Villa Yuspe, ubicada en San Buena (Punilla), según la Justicia. Este emprendimi­ento provenía de un remate cuyo comprador no pudo perfeccion­ar la adquisició­n. A ambos se les adjudica haber com

prado otros terrenos de adquisició­n fraudulent­a. Perchante habría intimidado a las víctimas para que, una vez advertidos de la maniobra fraudulent­a, no realicen reclamos o desistan de los ya interpuest­os arguyendo conservar influencia­s por haber trabajado en la Policía Federal

Durand habría ofrecido lotes fraudulent­amente adquiridos, presentánd­ose en ocasiones como dueño de los inmuebles o como intermedia­rio. Zárate y Quiroga sirvieron de apoderados de los verdaderos titulares registrale­s de los inmuebles comerciali­zados valiéndose para ello de la utilizació­n de instrument­os apócrifos o inexistent­es, según la fiscalía. March intimidaba a las víctimas para que cesaran los reclamos, de acuerdo a la sospecha fiscal.

Britos, Molina, Hirles, Javier Perano, Quiroga, Julio Perano y Cersósimo, contribuye­ron con el ofrecimien­to de los terrenos con acciones de difusión y publicidad.

A su vez, Molina y Hirles ocuparon inmuebles a través de acciones violentas, personalme­nte o contratand­o a otras personas aún no identifica­das, según la Justicia.

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POLICÍA DE CÓRDOBA DETENIDOS. Uno de los 19 acusados fue detenido en Villa Carlos Paz por orden judicial meses atrás.

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