La experiencia de las consejerías en derechos sexuales en el norte cordobés
En el norte de la provincia de Córdoba, se lleva adelante el proyecto “Redes feministas del norte de la provincia de Córdoba”, dirigido por Mariana Gamboa, docente investigadora extensionista de la Facultad de Ciencias Sociales, y codirigido por Mariana Butinof, docente investigadora extensionista de la Escuela de Nutrición, de la Facultad de Ciencias Médicas, ambas de la UNC.
El proyecto está en curso desde 2021 en cuatro localidades cercanas entre sí y se desarrolla junto con la Casa de la Mujer Campesina de Sebastián Elcano, el Colectivo Las Violetas de Las Peñas, la Comuna del Cerro Colorado y el Equipo de Promotoras de Salud de Deán Funes, de la Unión del Trabajo Popular y la Unión Campesina del Norte (Ucan) del Movimiento Campesino de Córdoba, con el apoyo del Ministerio de Salud de la Provincia y del hospital de San José de la Dormida.
La idea es acercar a las mujeres, niñas y jóvenes a sus derechos de salud a través de espacios de consejerías en derechos sexuales reproductivos y no reproductivos y de mecanismos para el acceso, en articulación con municipios y servicios de salud locales. La intención, explican, es promover la inclusión de la perspectiva de género en las acciones de salud.
Butinof indica que la propuesta parte de un diagnóstico en el que se reconoce que el norte de la provincia de Córdoba presenta altos índices de vulneración de derechos. “En los centros de salud comunal, la atención médica es escasa y en general sin perspectiva de atención primaria de la salud –que prioriza la participación social y la promoción de la salud– y carece de perspectiva de género”, remarca. Además, dice, los hospitales municipales y el hospital de San José de la Dormida, de referencia en la zona, se encuentran a 30 kilómetros de distancia en promedio y no hay transporte público frecuente y directo que facilite la llegada a los centros asistenciales.
Se trabaja en espacios de diálogo intersectoriales, con campañas de salud organizadas con los colectivos de mujeres de cada localidad y en conversaciones con los referentes de salud de zona. Para las campañas, en una primera instancia, se invita a mujeres y jóvenes casa por casa, en escuelas o lugares centrales de cada comuna o paraje, a participar de instancias de información para promover el autoconocimiento del cuerpo; la salud, y los métodos de prevención de embarazos no intencionales, de infecciones de transmisión sexual y de los cánceres de mama y de cuello de útero.
Posteriormente, se lleva adelante en el centro de salud local, con la participación de un médico que provee de los métodos anticonceptivos elegidos previamente por las mujeres, la realización de papanicoláu (PAP) y de test de detección de infecciones de transmisión sexual (ITS).
“Entre 2021 y 2022, se han llevado a cabo cinco jornadas integrales de salud y cuatro campañas de acceso a métodos anticonceptivos –entre ellos, dispositivos intrauterinos e implantes subdérmicos–, PAP y realización de pruebas de detección de ITS. Más de 200 mujeres accedieron a estas prácticas de cuidado”, explica Butinof.
Las conclusiones parciales de este proyecto muestran que existen dificultades, como la falta de movilidad para el acceso desde zonas rurales, lo que deja a las mujeres más vulneradas en una situación de demanda no satisfecha y quizás no registrada por el sistema de salud. “Este proyecto está permitiendo visibilizar estas necesidades y vulneraciones, así como achicar las brechas en salud”, concluye Butinof.