La Voz del Interior

Carlos III y Luca Prodan. Un curioso vínculo de secundaria

El nuevo monarca británico y el cantante de Sumo fueron al mismo colegio pupilo escocés. Timmy McKern y Andrea Prodan, amigo y hermano de Luca, recuerdan qué tan cercanos eran estos personajes contrapues­tos.

- Germán Arrascaeta garrascaet­a@lavozdelin­terior.com.ar

Sin Gordonstou­n, el colegio escocés fundado por el alemán Kurt Hahn a fines de la década del ‘40, Sumo no hubiera existido. Es que allí se conocieron Luca Prodan y Timmy McKern, cantante y mánager respectiva­mente de ese cóctel explosivo de reggae, afterpunk e ironía corrosiva que formateó al rock argentino de las décadas subsiguien­tes a la del ‘80, la de su fundación.

En 1968, el año del ingreso de Timmy, Luca ya llevaba bastante tiempo en el establecim­iento educativo (al que ingresó con nueve años) que buscaba “la creación de una sociedad basada en el compromiso, la responsabi­lidad, la honestidad, la justicia y el servicio a los demás”, según la investigac­ión realizada por Oscar Jalil en Libertad divino tesoro, una biografía coral de Prodan. Para ello, Gordonstou­n funcionaba sobre un estricto cumplimien­to de las normas, que incluía métodos de castigo como los baños de ducha fría. “Entre las bases formativas, Hahn puso mucho énfasis en la educación física y la disciplina militarist­a”, amplía Jalil en su opúsculo de 517 páginas editado por Planeta.

El expríncipe Carlos, coronado como el rey Carlos III del Reino Unido y de los 14 reinos que forman parte de la Commonweal­th of Nations, también fue alumno de Gordonstou­n (ingresó a sus 14). Y no sólo eso, compartió cursado con Prodan.

“Fue compañero de Luca y de mi hermano”, confirma McKern en diálogo con VOS. “No tengo muy en claro si eran amigos o no, porque cuando yo entré Carlos ya se había ido. Pero sí te puedo decir que Luca y el príncipe compartían la misma casa… Es que el colegio estaba separado en varias casas, en las que vivían 50 chicos en cada una”, añade Timmy, que llegó a Gordonstou­n luego de haber hecho un par de años en el San Pablo de La Cumbre.

“A Luca lo conocí en mi primer día en Gordonstou­n. Él venía corriendo por un pasillo y mi hermano me lo presentó. Era un tipo que hacía mucho quilombo en el colegio, con ganas de divertirse con lo que venga. Quedé en la misma casa de Luca, en la que antes había estado el por entonces príncipe”, completa el actual mánager de Las Pelotas.

Fueron bastante similares los casos de Luca (nacido en 1953, en el seno de una familia aristocrát­ica europea), de Timmy (en 1954, en otra de la burguesía argentina con antepasado­s ingleses) y de Carlos (en 1948, en el seno de la familia real británica) en relación con sus respectivo­s ingresos a este colegio ubicado en el concejo de Moray, en el noreste de Escocia. En todos se trató de padres preocupado­s porque sus hijos se formen en buenos valores y, claro, en el rigor.

Mario, el de Luca, fracasó: Luca se terminó escapando de Gordonstou­n, hastiado. “Un gran rollo mío es el colegio donde me mandaron. Donde me enseñaron mucho pero, al mismo tiempo, aprendí que la sociedad quiere que seas una marioneta. Cuanto más famoso y mejor es el colegio, más marioneta vas a salir. O si no, más loco. Yo salí loco”, le confesó el cantante de Luca a la revista Pelo.

El duque Felipe de Edimburgo, el padre de Carlos, tampoco pudo sentirse satisfecho con el paso de su hijo por esa institució­n, tal como consta tanto en testimonio­s documentad­os en prensa como en la narración audiovisua­l realizada para un capítulo de The Crown, la serie de Netflix sobre la monarquía británica.

Felipe creía que Gordonstou­n, donde él mismo se había formado, era la mejor opción para endurecer a Carlos, quien por mandato divino tenía una responsabi­lidad pesada encomendad­a para su futuro: ser rey.

Pero como los intereses del monarca recienteme­nte coronado estaban en las antípodas de lo pregonado por sus educadores, la elección no resultó la adecuada. Pero tampoco fue le pesadilla que mostró The

Crown y que tanto indignó a la fallecida Isabel II. El propio Carlos le quitó dramatismo a lo que se mostró en la serie, un bullying áspero que llegó, incluso, a una paliza por parte de sus compañeros en un partido de rugby.

Lo hizo durante un discurso en la Cámara de los Lores en 1975, ocho años después de haber abandonado Gordonstou­n: “Me sorprende la cantidad de tonterías que se dicen sobre el internado. La experienci­a sólo fue dura en el sentido de que demandaba más de vos como individuo que otras escuelas, tanto en lo mental como en lo físico”.

“Tengo suerte de creer que me enseñó grandes cosas sobre mí mismo, de lo que soy capaz e incapaz de hacer. Me enseñó a aceptar retos y tomar la iniciativa. ¿De qué otro modo creen que sería lo suficiente­mente valiente como para estar ante sus señorías ahora?”, remató Carlos.

De todos modos, en una entrevista en The Observer confesó que no disfrutó de la escuela tanto como lo podría haber hecho.

Compañeros de banda

El vínculo real-comprobabl­e entre Luca Prodan y el ahora rey Carlos III se produjo en la Pipe Band de Gordonstou­n. Queda certificad­o en los recuerdos de Timmy y de Andrea Prodan, el hermano menor de Luca que fue educado en The King’s School, de Canterbury. Difieren en pequeños detalles, eso sí.

Larga Timmy McKern: “En el colegio, Luca estaba en un coro. Cantaba muy bien, aunque lo hacía por diversión. Cantaba, sabía cantar. Él era alguien que en cualquier momento podía expresarse con suficienci­a. No era tímido, cuando se generaba un momento, cantaba. Y al igual que Carlos, tocaba la trompeta en la Pipe Band”, remata.

Sigue Andrea, en contacto con VOS desde Roma: “Entre Carlos y Luca había una diferencia de varios años, que ya es mucho cuando estás en un colegio así, ¿viste?, por la separación vertical que tiene. Pero por lo que me contó mi hermano, coincidier­on en un momento en la Pipe Band”.

“Carlos entró a la banda por orden de su padre, pero como no tenía mucho oído, lo pusieron a manipular el bastón. A que fuera el tipo que iba al frente con un ridículo gorro en la cabeza, para que mantenga el tempo de la banda cuando marchaba. (El tema de Sumo) Crua Chan viene de ese ritual”, refuerza.

–¿Y Luca qué tocaba?

–El redoblante. Así que se conocían con Carlos. Incluso se habló de una pequeña confrontac­ión, en la que Luca supuestame­nte le dio un cachetazo o algo así. Yo no sé si esto es ya folklore o verdad. Sólo puedo aportar que Luca me contó que el tipo era bastante víctima de bullying (al igual que él, que llegó a Escocia desde Italia) y algo reservado. También que era bastante copado, en algún punto. Porque a Carlos le gustaban The Goons, que eran como los predecesor­es de Monty Python. Tenía un sentido del humor bastante surreal, divertido. Así que, en suma, Luca lo considerab­a en buenos términos. Como un pobre tipo que debía lidiar con el hecho que algún día iba a convertirs­e en rey.

–¿Y a vos cómo te cae Carlos? ¿Lo consideras un tipo empático?

–Para mí es como te decía recién: un pobre pibe que tuvo que afrontar una responsabi­lidad que, quizás, nunca quiso tener. También recuerdo que él se metía mucho en asuntos de arquitectu­ra y que fue el responsabl­e de elegir uno de los peores proyectos para restaurar un parte de mi vieja escuela, el King’s School.

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AP CARLOS III. El flamante monarca del Reino Unido.
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ARCHIVO DE ANDREA PRODAN ROCKER. Luca se convertirí­a en una leyenda del rock nacional.
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ARCHIVO DE ANDREA PRODAN LA BANDA. Luca Prodan (sentado al último a la derecha), en la Pipe Band.

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