Atenas. El Loro, para la historia
Quién es y cómo surgió este personaje tan querido en el deporte cordobés.
Días intensos vive Atenas, que la viene peleando para lograr la permanencia en la Liga Nacional. Días iguales de intensos vive Aníbal Ramírez, correntino de 43 años que la da vida y personalidad al Loro de Atenas. La mascota más famosa del deporte cordobés y una de las más queridas de la escena nacional es una porción gigante de la historia del club de barrio General Bustos. Ir al Polideportivo Cerutti a ver a Atenas es ir también a buscar una foto con el Loro. Desde mediados de los ’90, cuando la Liga Nacional tomó algunos formatos de la NBA, las mascotas de los equipos llegaron para quedarse. Pero ninguna pegó tan fuerte como el Loro. Fue mimado por próceres como Marcelo Milanesio y Héctor Campana.
Fue adoptado con cariño por la hinchada del Verde y por el espectador común. Por su traje pasaron muchas personas. La última de esas apasionadas personas es Aníbal, un correntino bonachón y remador que le puso el alma a los partidos con San Lorenzo.
Eran noches bravas, en las que Atenas se jugaba, literalmente, su historia. Una derrota… descenso. Y no pasó. Aníbal le metió biri biri al Loro, desdramatizó cada noche y estuvo en el centro de las arengas cuando los jugadores gestaron el empate de la serie. La Voz invitó a Aníbal a la redacción y él llegó todo entusiasmado. Y contagió. Como si se tratara del Cerutti, cada empleada y empleado le pidió una foto y hasta le contó alguna anécdota de ir a ver un partido de Atenas. Como el Loro, Atenas es parte de la cultura de la ciudad. Y lo seguirá siendo.
Aníbal es de barrio La Violetas y se encarga de decirlo a cada rato. Trabaja en Cultura de la Municipalidad, desde donde lo recomendaron para ser el Loro. “Y te digo más, mi apodo de toda la vida es Loro, ja, ja, lo que es el destino ¿no? En el barrio tenemos la comparsa para los corsos y siempre estamos trabajando en hacer eventos culturales para la gente. Y ahora estar en esto de Atenas es un sueño, es algo muy lindo”, relata emocionado.
Aníbal trajo una pequeña mochila. Ahí entra el tesoro ateniense: el traje del Loro. Es el mismo de mediados de los noventas. Lo han ido remachando y retocando para que sobreviva a los veranos de Liga Nacional y las noches de festejos alocados de aquellos años felices.
Aníbal sabe que tiene en sus manos elementos históricos y promete cuidarlos con su corazón. “Esto careta del Loro es una reliquia”.
Lo de reliquia no es exageración. El periodista Gustavo Farías, colaborador de La Voz, supo reseñar esa historia de la mascota en una nota publicada en febrero de 2007. Farías contó el nombre del Loro. Que es Augusto y es en homenaje al recordado utilero del club, Augusto Battistoni. Ese hombre era y es querido por todas y todos. Su nieto, Octavio Sarmiento, integra el plantel de Atenas que espera ganar el martes el quinto partido ante San Lorenzo, en Buenos Aires, y evitar el descenso. Farías precisó sobre el origen del Loro: “Nacido hace una década en el cuer
po de Víctor (hermano de Mauro) con la modesta idea de amenizar los entretiempos, Augusto se convirtió en un ‘antihéroe’ con sus piruetas circenses y se ganó la simpatía de la hinchada griega”.
Aníbal, el Loro de hoy, espera ser invitado a viajar a Buenos Aires para estar en esa final. Siente que con él, Atenas ganó dos partidos y puede meter un tercer triunfo al hilo. “El Loro trae suerte”, bromea. Y no se va sin tirar un pronóstico. El que gana Atenas estaba cantado, lo que no estaba cantado era que dijera el marcador: “80-62, Atenas ganador. Como siempre”. El Loro es muchas cosas más que una mascota. ¿También es gurú? La historia dirá.