Bombas, suplementos dietarios y el desafío de mapear los servicios
En el marco de un taller focalizado en uso de datos y diseño de políticas productivas, Corace y Fundar presentaron los avances de los estudios para profundizar sobre la complejidad económica de Córdoba.
El encuentro, que encabezó el secretario de Economía municipal, Guillermo Acosta (integra el directorio de Corace), contó con la presencia de investigadores, equipos técnicos, funcionarios y empresarios, además de los economistas Fernando García Díaz (Cepal) e Inés Butler (expuso la experiencia del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires).
La actividad incluyó el abordaje de dos casos paradigmáticos de bienes que se fabrican en Córdoba y que presentan oportunidades.
Bombas. Es un segmento con un amplio abanico por sus usos múltiples, que van desde un rubro de alto valor estratégico, como petróleo y gas, hasta la demanda domiciliaria para piscinas. Está identificado como el segundo bien de mayor complejidad que se fabrica en la ciudad, con empresas que exportan. Piero Venturi, de Venturi Hnos., contó la experiencia de esa firma con bombas hidráulicas. A nivel nacional, las ventas externas de esos equipos las encabeza Mendoza, seguida por Buenos Aires, San Luis y Córdoba. Entre 2017 y 2019 Argentina exportó bombas por 110 millones de dólares anuales, que equivalen a sólo 0,2% de los envíos totales.
Suplementos dietarios.
Están dentro de la categoría de “alimentos y bebidas”. Luis Argañarás, de Química Luar, comentó el camino recorrido por esa compañía para desarrollar un producto destinado a tratamientos por artrosis y artritis, trabajo que implicó una fase de investigación conjunta entre la empresa y el Ceprocor, con proteína de colágeno bovino. También la diversificación hacia otros “alimentos de uso médico” y las estrategias para exportar.
Cómo sigue
El mapeo y selección de productos, empresas y cadena de proveedores (fue posible también gracias a los datos que gestiona la agencia ProCórdoba) implica orientar las políticas de desarrollo productivo y hacerlas dialogar con otras esferas, como la infraestructura (conectividad, servicios públicos y movilidad), la planificación urbana (uso del suelo), y la educación, capacitación y reconversión de perfiles, entre otras.
“Es un camino para mejorar el entorno de competitividad, estimular la innovación y atraer inversiones. En todo esto se pone en juego nuestra capacidad de coordinación y el valor de la institucionalidad”, opina Michel.
¿Y los servicios?
Si bien la metodología de la complejidad económica fue pensada para la producción y exportaciones de bienes, en el caso de las ciudades, es habitual que predominen los servicios. De hecho, Córdoba Acelera ancló rápidamente en el entramado de empresas vinculadas con la economía del conocimiento.
El director ejecutivo del organismo, Andrés Michel, adelantó que avanzarán con estudios enfocados en servicios, pero con el cruce de datos de empleo (no por exportaciones), como parámetro de diagnóstico y proyección. Ese fue el camino que hizo, por ejemplo, la Ciudad de Buenos Aires, también basada en la metodología de la complejidad económica.