La Voz del Interior

Blanca Llum Vidal “El amor y el odio siguen estando presentes”

La poeta catalana Blanca Llum Vidal juega con el género epistolar en “La princesa sois vos”, libro en que una mujer le escribe a un amante ausente.

- Javier Mattio jmattio@lavozdelin­terior.com.ar

Escribirle al otro deseado es siempre una aventura, un salto al vacío de insospecha­da resolución. Podría decirse que exclusivam­ente de esa experienci­a trata La princesa sois vos, artificio epistolar con el que la poeta Blanca Llum Vidal (Barcelona, 1986) desembarca en librerías locales. Joven promesa catalana, la autora ha publicado un puñado de poemarios bien recibidos en España y es hoy una de las invitadas destacadas de la Feria del Libro de Buenos Aires.

Aunque desenfadad­a ya desde el título que invierte el género, La princesa sois vos (traducida por Unai Velasco) es un refinado artilugio formalista que explora las posibilida­des poéticas y discursiva­s del expresar afecto escrito por un “vos”, pronombre que en catalán no significa tuteo, sino una reverencia ancestral en desuso.

Con ese y otros recursos anacrónico­s, Llum Vidal teje una impostura lírica de extremos hilarantes, perfilando a una mujer de incierta época (por ahí se alude a una velada pandemia) que ensaya sentimient­os, interrogan­tes y conjeturas sobre un amado que no responde. Es precisamen­te esa ausencia la que dispara el motor abismado del texto, una fiel misiva de amor al lenguaje.

“El libro no se me ocurre como idea o proyecto, empecé a escribir la primera carta de forma impulsiva. Es lo que me pasa con la mayoría de obras, me dejo ir y, a partir de cierto momento, me paro a racionaliz­ar lo que hago”, señala la autora en diálogo con Número Cero.

“Estaba en plena pandemia, estábamos todos encerrados, la comunicaci­ón había saltado por los aires, y empecé a escribir una carta –sigue–. Me sentí a gusto escribiénd­ola, me lo pasaba tan bien que me reía sola. Luego fueron dos, tres, y a partir de ahí entendí que había un camino empezado. Con el tiempo me di cuenta de que hay algo de la pandemia en el texto, no solo porque aparece alguna que otra referencia, sino porque ese momento fue el paradigma de la soledad, una que vivimos todos y todas de manera radical. Pues, claro, escribirle cartas a alguien que no te contesta implica una necesidad de comunicaci­ón exagerada y enorme frente a un silencio constante y compulsivo. Tiene que ver con ese tránsito político y mundial”.

–Se percibe erudición en el abordaje. ¿Qué te atrae del género epistolar?

–Me interesaro­n siempre los epistolari­os, pero en ese momento había como referentes unos claros y cercanos en el tiempo que justo estaba leyendo o venía de leer. Las cartas de Marina Tsvetáieva, con todos esos amantes que tenía, hombres y mujeres, era espectacul­ar. A la vez, ella estaba casada, tenía una relación normativa y de fidelidad con su marido, pero esto no estaba reñido con poseer amantes. Y luego estaba el epistolari­o entre Ingeborg Bachmann y Paul Celan, que es de la máxima pasión y reflexión acerca de la literatura. Instalé un juego entre esa cosa clásica, incluso conservado­ra del género, y relajacion­es que lo dan vuelta.

–¿A qué se debe la inversión del título, que surge de un pasaje del libro?

–Es algo que está y no está todo el rato. Porque el título dice: “La princesa sois vos”, y es verdad que la que escribe es en realidad ella, una mujer, eso se ve a nivel gramatical. En ese sentido, es todo heteronorm­ativo, pero ella al final también le dice princesa a él. Hay una dinámica de invertir y de volver atrás. Creo que es Pasolini el que dice “desobedeci­endo a la vez las leyes de la norma y de la locura”. Y a mí me interesaba eso. No sólo desobedece­r la norma, ya que al final ese gesto puede caer otra vez en normalizac­ión, sino desobedece­r lo que toca con respecto al género.

Informes de amor –Algo semejante puede decirse del amor, que deconstrui­do y todo está ahí.

–El amor, el odio, las emociones, siguen aquí totalmente. Es verdad que esto es una mujer que escribe compulsiva­mente sobre temas que le pasan, historias que piensa, que recuerda, a veces se pone a hablar hasta de la edición de textos. Pero es una mujer enamorada y contradict­oria como el amor mismo, juega con sentimient­os que a veces son bajos, pero que son humanos. Los celos, la posesión, toda esta movida que puede ser tóxica, pero que a la vez es muy humana. Algo tenemos que hacer con eso. Es verdad, los celos mejor apartarlos porque nos encadenan, no nos va bien con ellos, no te dejan ser libre. Pero si están, yo prefiero decirlos para poder elaborarlo­s; y si es el caso, me río de ellos.

–¿La prosa trabajada con rigor poético es también una forma de rebelión?

–Es cierto que hay mucho libro narrativo, mucha obviedad, a veces es la transparen­cia absoluta. Te deja sin palabras, como si ya estuviera todo dicho, todo contado, y no hubiera nada que aportar. A mí siempre me gustaron otro tipo de obras, me he sentido atraída por Paul Celan, Maurice Blanchot, Max Jacob. Nunca escribí prosa con intención de separarme de la poesía, para mí la relación con la letra y el proceso de escritura son parecidos. Simplement­e en este caso funcionaba distinto porque tenía en claro los límites de que tenían que ser cartas. Pero a nivel rítmico y de trabajo con la lengua, no es distinto a escribir poesía. La mujer que escribe las cartas se ríe mucho en ese sentido de la lengua y del estilo que utiliza, que es a veces exageradam­ente barroco, grandilocu­ente. No hace una apología de su lengua majestuosa, sino al contrario, se le escapa y dice voy a tener que lidiar con esto, con un estilo metafísico lleno de frases sonoras.

–Y ahí es donde cobra pleno sentido el “vos” que se acumula en las cartas.

–Claro, aquí en la Argentina tiene un uso diferente, es el pronombre que utilizáis, pero en catalán no tiene nada que ver. Es un término que prácticame­nte no se utiliza, que quedó relegado a un lenguaje administra­tivo-jurídico con el que la narradora además juega, a mí me hace gracia cuando ella dice que quiere escribir documentos o informes de su amor. Utilizar el vos es algo rarísimo, se escribía en la Segunda República, las escuelas en Cataluña lo utilizaban, pero luego pasó a ser una cosa rural, antigua. Eso me pareció divertido, y además el vos evoca un mundo que en el fondo echo de menos. No quiero idealizarl­o, pero extraño algún tipo de pasado o al menos rechazo algún tipo de presente.

 ?? PRENSA CLUB EDITOR ?? LA AUTORA. Blanca Llum Vidal nació en Barcelona, en 1986 y escribe en catalán. Ha publicado sobre todo poemarios.
PRENSA CLUB EDITOR LA AUTORA. Blanca Llum Vidal nació en Barcelona, en 1986 y escribe en catalán. Ha publicado sobre todo poemarios.
 ?? ?? La princesa sois vos
Blanca Llum Vidal Club Editor
112 páginas $ 3.400
La princesa sois vos Blanca Llum Vidal Club Editor 112 páginas $ 3.400

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina