Las claves de la “B”: de un buen arranque a la caída

Belgrano llegó a la Boutique con la idea de sumar de a tres y arrebatarle el segundo puesto del torneo a River, pero las cosas no se dieron como imaginó Norberto Fernández. Tanto que su equipo no hizo pie en el segundo tiempo y se fue goleado en el clásico por Talleres 4 a 1.

El planteo con Amaya por la derecha y Barrea por la izquierda, dejando a Rami en el centro del ataque y a Tomasetti suelto del medio hacia arriba, no dio frutos a la hora de jugar porque el equipo no tuvo peso en el tramo final del campo.

Acertó a los 21 del PT en la única que se le presentó y Rami le dio el 1 a 0. Pero el resultado en lugar de tranquilizarlo, lo llevó a replegarse buscando cortar los circuitos de juego y se olvidó del arco rival.

El pésimo arbitraje de Salomé Diorio puso más que nerviosos a todos los jugadores y que la pierna fuerte fue la dueña de muchas de las acciones. Pero también es real que el equipo se equivocó.

Primero falló en las marcas en el segundo: Facello nunca pudo con Romero y con Barrera, quienes vieron en la franja derecha el camino a romper la defensa visitante. Tomasetti intentó jugar sin tener socios a la vista y la soledad de Rami primero y Barrea después, fue todo un problema. Cuando Talleres se adueñó de la pelota en el complemento, desnudó todos los errores del Pirata. Los volantes no ganaron las divididas y el local se le fue encima. Zalazar enloqueció la franja izquierda y llegó una lluvia de goles que no pudo frenar el Celeste.

Descontrolado, nervioso y con un intento fallido de cerrar el partido cuando quedaban más de 40 por jugarse, se fue con las manos vacías y goleado por un rival que aprovechó los espacios que la “B” le dio. Una derrota dolorosa por el marcador y por la forma en que se jugó.